Qué son los minijobs: pros y contras para jóvenes y empresarios

El mercado laboral, muy dañado en esta época de crisis, evoluciona en función de los tiempos. Si hace años, durante la bonanza económica, se hablaba de la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales, ahora que el paro es una lacra en gran parte de Europa, adquieren protagonismo los minijosbs o miniempleos.

Los minijobs son trabajos de un máximo de 15 horas semanales, con un sueldo aproximado de 400 euros, que llevan una década implantados en Alemania. Sus defensores aseguran que han ayudado al país germano a capear el desempleo, mientras que sus detractores afirman que tan solo maquillan los datos de parados y que tan solo fomentan el trabajo temporal y precario.

Minijobs en España

Uno de los aspectos más relevantes de los minijobs es que el trabajador no paga ningún tipo de cuota al Estado y el empleador tiene cuantiosos incentivos. España sigue ahora la estela de Alemania y ha aprobado una reducción del 75% de las cuotas a la Seguridad Social para las empresas con más de 250 empleados que utilicen la fórmula del minijob y del 100% para las que cuenten con menos de 250 trabajadores.

El principal objetivo de los minijobs es incorporar al mercado laboral a jóvenes desempleados en general –la medida española está enfocada a contratar a menores de 30 años- pero la experiencia alemana nos indica que los minitrabajos abundan solo en determinados tipos de trabajos, como camareros, empleados del hogar o cuidadores.

Además de ser empleos sin cualificación, suelen ser por tiempo determinado. Muchos expertos apuntan que los minijobs pueden ser válidos para sustituir los contratos abusivos de becas o para aportar unos ingresos mínimos a estudiantes o personas con cargas familiares. Pero definitivamente, no son una solución para los millones de jóvenes cualificados y en situación de desempleo.

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