¿Cómo escoger una silla de trabajo?
Una buena parte del tiempo de nuestra existencia la pasamos sentadas y si trabajamos en oficina, pues este lapso seguramente se duplicará o triplicará. Esto justifica esa necesidad de estos tiempos de saber seleccionar el tipo de silla más recomendado.
Más de la tercera parte de los trabajadores sufre dolores de espalda, es el problema de salud que más costos supone entre los empleados de oficina, la segunda causa de visita al médico y el tercer motivo de las cirugías en esa zona.
Claro está que no podemos culpar a las sillas de la totalidad de esas lesiones, pero se ha comprobado que ellas pueden provocar una mala postura que con el paso del tiempo, el uso diario y prolongado, derivan en perjuicios sobre el cuerpo, particularmente en la espalda.
A continuación le dejo ciertos detalles de las sillas que no debe descuidar cuando vaya a escoger una:
1 - Asiento: debe ser regulable de manera que permita modificar su colocación con respecto al espaldar. En cuanto al tamaño, lo suficientemente ancho como para que pueda sentarse holgadamente en la parte central y tenga espacio a su alrededor.
La parte delantera del asiento debe estar inclinada hacia abajo para que no oprima la parte posterior de las rodillas ni dificulte la circulación de las piernas. La profundidad del asiento no debe dificultar la utilización del espaldar.
2- Espaldar o Respaldo: es una de las partes más importantes de la silla, debe ajustarse a la espalda y ofrecer un apoyo en la zona lumbar. Es aconsejable que su inclinación sea regulable, al igual que la firmeza y movilidad.
El espaldar debe tener una longitud suficiente como para poder cubrir al menos toda la espalda, si es regulable, mejor. Algunos modelos tienen la opción de añadirle un confortable reposacabezas en la parte superior.
3- Apoyabrazos: su función es mantener una postura cómoda, con los brazos formando un ángulo de 90 grados y sirviendo de apoyo en los codos y antebrazos. También son útiles para facilitar la incorporación por lo que deben ser lo suficientemente resistentes.
Es aconsejable optar por modelos que permitan variar la altura y posición del apoyabrazos, así como la regulación de su separación con el asiento de la silla. No deben oprimir las caderas ni tampoco ser un obstáculo para cuando vamos a apoyarnos en el escritorio.
4- Base: las ruedas en la base permiten una mayor comodidad al usuario para cambiar de postura o desplazarse en el puesto de trabajo, pero es importante que sean 5 los puntos de apoyo lo suficientemente estables. Algunos modelos permiten la colocación de distintos tipos de ruedas con varios niveles de dureza para adaptar la silla a diferentes suelos: alfombra, parquet, cemento, etc.
5 -Tapizado: son preferibles los transpirables, diseñados para soportar el uso continuado. También es aconsejable elegir un color y material fácilmente lavable con los productos indicados para tapicerías. Es conveniente contar con un tejido que permita el paso de humedad, evite el calor y sea fácil de limpiar.
Generalmente se aconsejan telas de algodón aunque éstas acumulan polvo y son más difíciles de limpiar que otras opciones. El tevinil y demás telas sintéticas, en cambio, son fáciles de limpiar, pero acumulan la humedad y pueden causar calor. Es cuestión de pensar bien y elegir la mejor alternativa para tu caso particular.
6- Reposapiés: este elemento no siempre está presente pero es muy útil para ayudar a adoptar la postura correcta. La inclinación debe ser regulable y deben estar hechos con en materiales antideslizantes que permitan la sujeción correcta de los pies y su fijación en el suelo.
A pesar de todas estas recomendaciones la más importante es que cuando se decida a elegir una silla, lo mejor será poder sentarse en ella y probarla personalmente.
Más de la tercera parte de los trabajadores sufre dolores de espalda, es el problema de salud que más costos supone entre los empleados de oficina, la segunda causa de visita al médico y el tercer motivo de las cirugías en esa zona.
Claro está que no podemos culpar a las sillas de la totalidad de esas lesiones, pero se ha comprobado que ellas pueden provocar una mala postura que con el paso del tiempo, el uso diario y prolongado, derivan en perjuicios sobre el cuerpo, particularmente en la espalda.
Cómo escoger una silla de trabajo
A continuación le dejo ciertos detalles de las sillas que no debe descuidar cuando vaya a escoger una:
1 - Asiento: debe ser regulable de manera que permita modificar su colocación con respecto al espaldar. En cuanto al tamaño, lo suficientemente ancho como para que pueda sentarse holgadamente en la parte central y tenga espacio a su alrededor.
La parte delantera del asiento debe estar inclinada hacia abajo para que no oprima la parte posterior de las rodillas ni dificulte la circulación de las piernas. La profundidad del asiento no debe dificultar la utilización del espaldar.
2- Espaldar o Respaldo: es una de las partes más importantes de la silla, debe ajustarse a la espalda y ofrecer un apoyo en la zona lumbar. Es aconsejable que su inclinación sea regulable, al igual que la firmeza y movilidad.
El espaldar debe tener una longitud suficiente como para poder cubrir al menos toda la espalda, si es regulable, mejor. Algunos modelos tienen la opción de añadirle un confortable reposacabezas en la parte superior.
3- Apoyabrazos: su función es mantener una postura cómoda, con los brazos formando un ángulo de 90 grados y sirviendo de apoyo en los codos y antebrazos. También son útiles para facilitar la incorporación por lo que deben ser lo suficientemente resistentes.
Es aconsejable optar por modelos que permitan variar la altura y posición del apoyabrazos, así como la regulación de su separación con el asiento de la silla. No deben oprimir las caderas ni tampoco ser un obstáculo para cuando vamos a apoyarnos en el escritorio.
4- Base: las ruedas en la base permiten una mayor comodidad al usuario para cambiar de postura o desplazarse en el puesto de trabajo, pero es importante que sean 5 los puntos de apoyo lo suficientemente estables. Algunos modelos permiten la colocación de distintos tipos de ruedas con varios niveles de dureza para adaptar la silla a diferentes suelos: alfombra, parquet, cemento, etc.
5 -Tapizado: son preferibles los transpirables, diseñados para soportar el uso continuado. También es aconsejable elegir un color y material fácilmente lavable con los productos indicados para tapicerías. Es conveniente contar con un tejido que permita el paso de humedad, evite el calor y sea fácil de limpiar.
Generalmente se aconsejan telas de algodón aunque éstas acumulan polvo y son más difíciles de limpiar que otras opciones. El tevinil y demás telas sintéticas, en cambio, son fáciles de limpiar, pero acumulan la humedad y pueden causar calor. Es cuestión de pensar bien y elegir la mejor alternativa para tu caso particular.
6- Reposapiés: este elemento no siempre está presente pero es muy útil para ayudar a adoptar la postura correcta. La inclinación debe ser regulable y deben estar hechos con en materiales antideslizantes que permitan la sujeción correcta de los pies y su fijación en el suelo.
A pesar de todas estas recomendaciones la más importante es que cuando se decida a elegir una silla, lo mejor será poder sentarse en ella y probarla personalmente.
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