La conciliación: positiva para la trabajadora y para el empresario
La incorporación de la mujer al mercado de trabajo ha supuesto un cambio en la estructura familiar que antes o después tendrá que reflejarse también en el entorno laboral. Son muchas las mujeres que se ven obligadas a dejar su empleo para poder ocuparse de sus hijos, ya que en muchos casos, contratar una buena niñera no resulta rentable. De esta manera, las empresas ven cómo van perdiendo a su personal cualificado por ser incapaces de proponer medidas de conciliación.
Medidas de conciliación
Si hablamos de conciliación tenemos que remitirnos al problema de base que es esa sociedad que aún no ha superado los valores machistas, donde la desigualdad está presente tanto en el reparto de responsabilidades familiares como en el ámbito laboral, que está orientado al hombre como cabeza de familia. Por lo tanto, se hace necesario un cambio de mentalidad que se adapte a la situación actual donde la mujer tiene que trabajar y no quiere renunciar a la maternidad.
Aprovechando también la situación de crisis que estamos atravesando, tal vez sea el momento de que las empresas empiecen a ver las cosas con más objetividad dejando atrás mitos como el que establece que a más horas de trabajo, más productividad. Porque es precisamente esta idea la que ha llevado a España a trabajar 232 horas más que la media europea, y los resultados están a la vista. Por suerte algunas empresas están empezando a darse cuenta de que la productividad depende principalmente de un buen entorno laboral.
Y un buen entorno laboral no se consigue teniendo a los trabajadores encerrados largas jornadas en una oficina, sino dejando que desarrollen sus capacidades y facilitando la conciliación de la vida familiar y profesional. Medidas como el teletrabajo, la flexibilidad horaria o la adaptación del entorno de trabajo aún se miran con suspicacia, pero las empresas que ya las han aplicado están más que satisfechas con los resultados.
A más conciliación, mayor productividad
Está demostrado que la flexibilidad horaria aumenta en un 60% la productividad, por no hablar del grado de compromiso que adquiere el trabajador con la empresa cuando se encuentra en una situación en la que puede compatibilizar perfectamente su trabajo y su familia. La diferencia entre un empleado que acude a su puesto de trabajo agobiado y estresado por no tener tiempo para nada y otro que tiene dominadas ambas esferas de su vida está en un mayor rendimiento. Y eso es algo que a las empresas les interesa.
Pero mientras sigan considerando las políticas de conciliación como un recurso para trabajar menos, las empresas tendrán que seguir asumiendo los costes de tener empleados desmotivados, pérdida del personal cualificado, absentismo laboral y, en definitiva, menor productividad. Tal vez uno de los motivos de que nuestra economía esté agonizando sea una mentalidad de trabajo errónea. Así que es el momento de cambiarla, porque tanto los trabajadores como las empresas lo están necesitando.
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