Ansiedad y pereza, mucha pereza: síntomas del síndrome prevacacional

Los hay que dicen que aún faltando días para que lleguen sus vacaciones tienen ya el horario de sueño cambiado, los hay que se ven ojerosos, perezosos, ansiosos, más hambrientos de lo habitual, más sedientos...

Ha comenzado la cuenta atrás para que lleguen tus vacaciones y sientes que los nervios se apoderan de ti, es una tremenda sensación de agobio, parece que no pasan las horas, tu productividad desciende notablemente, eres consciente de ello... Amiga, tu lo que padeces es el síndrome prevacacional. Sí, sí, lo has leído bien, no el síndrome postvacacional -que seguro padecerás a la vuelta de tus vacaciones-, sino el síndrome prevacacional, el que te invade el cuerpo días antes de que llegue tu merecido descanso anual. 

Efectivamente, tengo el síndrome prevacacional: ¿qué hago para evitarlo?

Es una pescadilla que se muerde la cola: tú productividad desciende, sin embargo sabes que antes de partir tiene que estar todo terminado, todo bien organizado, no puede quedar ningún hilo suelto. Eres incapaz de hacerlo, tu cerebro se ha ralentizado, tus manos se paralizan... Todo son excusas para retrasar el trabajo, piensas: lo puedo hacer después del cigarrito, después de la pausa a media mañana, bueno, mejor después de comer... Ya si eso lo hago mañana...

Lamentamos decirte que poco se puede hacer para evitar este síndrome. Es natural estar nervioso y susceptible después de tantos y tantos meses de duro trabajo. Ahora bien, no debes dejar que esta sensación persista una vez has comenzado tus vacaciones. ¡Debes de desconectar completamente!

Tener todo organizado antes de salir de vacaciones es una ayuda para sobrellevar este síndrome, claro que el hecho de organizar te va a crear cierto estrés... Respira hondo, tómatelo con calma, haz tu planing con paciencia, y sobre todo no lo dejes para el último momento. Sabes que después de tantos momentos de ansiedad vas a tener tu recompensa. ¡Disfruta de tus días de vacaciones!

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