Llagas bucales o aftas: cómo prevenir y curarlas
Llagas, aftas o úlceras bucales. Da igual qué nombre se le dé porque son terriblemente molestas. Aparecen en la boca, en cualquier superficie mucosa, en los bordes interiores de los labios o en el paladar, y lo peor es que suelen surgir en el peor momento y sin que conozcamos el motivo.
Causas de las llagas
Las llagas bucales consisten en una ulceración grisácea o amarilla con un borde enrojecido y producen un picor y dolor intenso. El dolor desaparece a los pocos días, pero la llaga puede tardar en curarse varias semanas.
Si bien no se puede determinar la causa de la aparición de aftas, hay algunos factores que pueden desencadenarlas como pueden ser algunos procesos de infección viral. También es frecuente que aparezcan tras un arreglo bucodental o tras un mordisco en la lengua o en el carrillo.
Hay otros factores que favorecen la aparición de llagas bucales, como pueden ser el estrés emocional, los cambios hormonales o las alergias a ciertos alimentos. Pero sobre todo, la falta de ciertas vitaminas y minerales en nuestro organismo. La falta de hierro, ácido fólico y la carencia de vitaminas del grupo B son una de las causas principales de la aparición de llagas.
Remedios para las llagas
El paso más importante para evitar la aparición de llagas en la boca es llevar una alimentación sana en la que no falte el hierro y las vitaminas del grupo B. Las vísceras, los huevos y el pescado nos proporcionarán el hierro que necesitamos. Por su parte, la vitamina B 12, que es la que más incide en la aparición de aftas, podemos encontrarla en la levadura de cerveza, las espinacas, acelgas y también en plátanos y legumbres.
En cualquier caso, una vez aparecidas las llagas bucales, conviene evitar las comidas picantes así como las bebidas ácidas como el zumo de naranja o las bebidas con gas.
Los alimentos con aristas como patatas fritas, galletas o frutos secos pueden provocarnos más dolor en la llaga. También hay que evitar los alimentos calientes que pueden aumentar el dolor y comer preferentemente alimentos que no haya que masticar mucho: yogures, purés...
Y siempre se puede echar mano de ciertos remedios naturales:
- Enjuagar la boca dos veces al día con agua de Carabaña.
- Comer una manzana después de las comidas.
- Hacer un enjuague con zumo de limón.
- Aplicar en la llaga una bosita de té.
- Beber infusiones de manzanilla.
- Aplicar con un algodón unas gotas de agua oxigenada.
- Tomar infusiones de cola de caballo.
- Hacer un enjuague con sal y vinagre.
- O el más sencillo y eficaz enjuague: agua y sal.
Estos son sólo algunos de los remedios que se proponen, que se puede hacer uno mismo en casa, y no pasa nada por probar alguno de ellos.
Conviene en cualquier caso, realizar una correcta higiene bucal, pero con cuidado, pues podemos agravar las llagas si nos cepillamos con mucha fuerza. Si las llagas persisten, o si aparecen frecuentemente, y si en algún caso, van acompañadas de fiebre, es necesario acudir al médico para determinar sus causas.
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