Caramelos cuando te duele la garganta: ¿realmente funcionan y alivian?

Seguro que si te preguntásemos qué llevas en el bolso es posible que, entre la lista infinita de cosas que tengas, aparezcan los típicos caramelos mentolados o con sabor a miel y limón que tomas cuando notas que tu garganta está sensible. Y si no están en tu lista, probablemente cuando presentas malestar, carraspeas o te falla la voz, alguien te haya ofrecido un caramelito más de una vez.

Sin embargo, ¿funcionan o alivian realmente los caramelos cuando te duele la garganta? Lo cierto es que no, ni siquiera los que venden en la farmacia van a ayudarte a recuperar tu voz. De hecho ocurre todo lo contrario, pero ¿cuál es la razón?, ¿qué debes hacer entonces cuando tienes un dolor o molestia en la garganta? En Diario Femenino te damos algunos consejos.

Caramelos para la garganta, ¿sí o no?

Hay que tener en cuenta, en primer lugar, que la sabiduría popular y los consejos que puedes encontrar en Internet no son los mejores aliados para mantener la salud de tu voz. Y es que los caramelitos para la garganta que tomas cuando te duele pueden producir una sensación de bienestar muy agradable mientras los tienes en la boca, lo que hace que el cerebro crea que todo va bien y, entonces, se lanza a seguir hablando sin parar.

Pero, al poco tiempo, seguramente vuelvas a tener esa misma sensación y vuelvas a necesitar otro caramelito. Y así sin darte cuenta, caramelo tras caramelo, te has terminado la caja pero tu garganta sigue estando reseca y puede que incluso te duela más, la sientas más inflamada y tu voz haya empeorado.

En verdad esa sensación agradable ha sido por el aumento de la secreción de saliva que se genera en tu boca al mover el caramelo por ella. Una vez que el caramelo ya no está, tu boca vuelve a resecarse porque el mecanismo que ha provocado esa sensación sigue estando presente.

Cómo combatir el dolor o molestia en la garganta sin caramelos

Si esto te ocurre de forma habitual, es recomendable hacer lo siguiente:

+ Analiza cómo respiras: fíjate si respiras por la nariz y por la boca, porque si es por tu boca las mucosas se secan antes ya que el aire al entrar no está caliente, húmedo y limpio como sucede cuando respiras por la nariz.

+ Sustituye el caramelo por suero fisiológico: las ampollas monodosis son magnificas para llevar en el bolso y recurrir a ellas para ponerlas a través de la nariz en cualquier momento.

+ Controla la cantidad y la calidad del agua que bebes: es necesario que tu hidratación esté en un nivel óptimo para que tu garganta esté lubricada.

+ Abre a tope el grifo de agua caliente de la ducha y disfruta de un momento de calma y autocuidado para ti y para tu voz.

Además de la sequedad que puede provocar por ejemplo el abuso de calefacción o la contaminación por polvo, otros de los mecanismos que provocan estas sensaciones de malestar en la garganta suelen ser el frío, los cambios de temperatura, el ruido, las alergias, cambios hormonales, etc. Todos provocan respuestas en tu cuerpo que quizá te suenen. Ya has visto la del caramelo mentolado. Veamos otra.

¿Cómo proteger la garganta más allá de ponerse una bufanda en invierno?

Invierno. Hace frío fuera. Te pones el abrigo y te envuelves cual crisálida en una bufanda de 2 metros. Das una vuelta a tu cuello, otra, otra…y por fin la anudas para que quede bien sujeta. ¡Ahora sí que vas a estar calentita! Pero ¡ojo! porque también vas a estar inmovilizada. 

Es verdad que mantener el calor en la zona del cuello es confortable. Pero si para conseguirlo necesitas inmovilizar cabeza, cuello y puede que también tus hombros lo que vas a generar es tensión en la zona cervical. Tus movimientos no serán fluidos, irán en bloque y tus músculos trabajarán forzándose en exceso para hacer gestos que sin la bufanda realizan sin esfuerzo. Esto no quiere decir que tengas que pasar frío al salir a la calle en invierno. Aunque está demostrado científicamente que exponerse de forma controlada al frío es bueno para tu salud hormonal.

Lo mejor es encontrar la manera de no sentir frío sin bloquear tu cuerpo con una bufanda. Porque los músculos del cuello y de la cabeza son los asistentes de tu voz. Y necesitas que estén relajados y flexibles para poder hablar, cantar, dar una conferencia y disfrutar de tu comunicación libremente.

Si aún así quieres seguir usando bufandas enormes, es recomendable que cuando te las quites hagas unos movimientos de rotación de tus hombros hacia atrás, cuanto más amplios mejor. También que muevas, con suavidad, el cuello en círculos y que frotes suavemente o con un masajeador tu cuello, nuca y los músculos de los hombros para que así se relajen y vuelvan a estar elásticos y disponibles.

Otros consejos que debes tener en cuenta ante un dolor o molestia en la garganta

Todos los consejos que hemos mencionado hasta ahora los puedes llevar a cabo a diario para mantener tu salud vocal. Pero tienes que saber que cuando un problema de la voz persiste necesitarás cuidados más específicos que eviten una ronquera o afonía permanente.

Si una alteración vocal persiste más de dos semanas tras un resfriado o catarro debes consultar con tu médico. Y, en caso de que tu profesión requiera el uso de la voz continuado (ya sea en reuniones, llamadas telefónicas, videollamadas o conferencias), te pongas en manos de un profesional que te ayude a:

+ Incorporar una rutina de cuidado más específica para recuperar el estado de tus cuerdas vocales.

+ Realizar ejercicios de calentamiento adaptados a tu demanda vocal, pues no todos los ejercicios que hay en Internet sirven para todo el mundo porque cada persona tiene una voz única.

+ Disfrutar de nuevo hablando y comunicando saliendo de la rueda del sobreesfuerzo vocal y de la fatiga que genera a nivel físico y emocional.

Recuerda que, aunque hay cosas que no podemos cambiar y tenemos que convivir con ellas, en tus manos tienes el poder para cuidar de tu voz con responsabilidad para que brille y te acompañe día a día sin sentirla seca, rasgada y limitada.

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