Me da vergüenza ir al gimnasio sola: cómo perder la timidez en el gym

Consejos para combatir la timidez al no estar acompañada

Laura García, Periodista
En este artículo
  1. Trucos para vencer a la timidez de acudir sola al gym
  2. Cómo sentirte más segura los primeros días de gimnasio

Seguro que más de una vez te has planteado ir a hacer la compra sola o ir a la piscina sola, pero la vergüenza te lo impedía. El mismo sentimiento que se presenta cuando tienes que ir a un nuevo trabajo, y te da vergüenza presentarte. La vida está llena de primeras veces en las que, por suerte o por desgracia, tenemos que hacer el camino solos. Tu madre te acompañaba el primer día de cole, pero al final la que tenía que cruzar la puerta de clase ese día eras tú. Igual que en la universidad, en un primer trabajo, tu primer viaje sola y tantas otras veces. 

Salir de la zona de confort en la que nos sentimos cuando estamos acompañados por alguien de confianza no es fácil, y afrontar ciertas cosas con no más compañía que la propia tampoco. Por eso, un simple hecho como acudir al gimnasio a solas te puede costar tanto. No es el paso de entrar en la sala de ejercicio, es encontrarte sola ante situaciones en las que no te sientes tan cómoda o no estás acostumbrada y, además, crees que puedes sentir vergüenza

Sentir algo así no es malo, pero hay que superarlo como esas otras veces que lo hiciste en el pasado. Debes dar el primer paso si te da vergüenza ir al gimnasio sola abandonando pensamientos como que vas a hacer el ridículo o que te vas a aburrir. ¿Por donde empezar? Muy sencillo. Te damos algunos trucos para que sepas cómo perder la timidez en el gym. ¡Apunta! 

Trucos para vencer a la timidez de acudir sola al gym

+ No eres el centro

Lo sentimos, pero en la gran parte de los casos es así. Lo primero que tienes que pensar cuando vas al gimnasio es que no todas las miradas van a estar puestas en ti y en los movimientos que hagas sino que, como te pasará a ti, las personas con las que compartas sala levantarán la vista y mirarán a su alrededor sin pensar en qué está haciendo cada uno o si has acudido sola o acompañada. Superado este primer nivel, ya tenemos la mitad del trabajo hecho. 

+ Mal de muchos…

Otra de las cosas que suele dar bastante reparo cuando nos planteamos ir al gimnasio es hacer ejercicios que nunca hemos hecho. Cuando hemos realizado una tabla en una máquina y ya sabemos cómo funciona nos sentimos más seguras. Sin embargo, cuando nos aproximamos a hacer algo por primera vez o no lo tenemos tan metido en la rutina, nos cuesta un poco más. Esa es una de las causas por las que nos gusta acudir acompañadas. Podemos descubrir el funcionamiento de algo sin sentir vergüenza por estar en compañía de alguien de confianza.

Para esos momentos debes tener claro un pensamiento y repetirlo las veces que haga falta: todo el mundo ha ido por primera vez al gym alguna vez, todo el mundo ha utilizado una máquina por primera vez y todo el mundo ha aprendido a usarla en algún momento. Para que este pensamiento vaya bien, tómate el tiempo que necesites en prepararte y observar cómo funciona. Si acudes con cierta rutina al gimnasio te darás cuenta de que a diario hay mucha gente en esa misma situación. También puedes preguntar (sin miedo) para que alguien te enseñe. De hecho, te recomendamos que lo hagas, pues los monitores de sala están preparados para explicarte el funcionamiento y advertirte de cómo NO debes hacerlo si no te quieres lesionar, y eso es muy importante. 

+ Céntrate en lo que debes

¿Tienes claro el objetivo para el que te has apuntado al gimnasio? Mantenlo en la mente durante el tiempo que haga falta. Si tu objetivo es adelgazar, tonificar o conseguir fuerza tómate los ejercicios en serio y céntrate en hacerlos concentrada. Si tu objetivo es conocer gente, ve a por ello. Si, por el contrario, es simplemente para despejar la mente del trabajo, relájate y disfruta pero en ningún caso dejes que el temor de ir sola al gimnasio empañe el objetivo. Al fin y al cabo solo se trata de salir de la zona de confort

+ Búscate un acompañante en el propio gym

Si tienes que acudir sola al gimnasio, tanto por opción como por obligación, siempre tienes la opción de buscarte una compañía agradable en el propio gimnasio. Se trata de uno de los sitios en los que es fácil conocer gente nueva. Algunas veces coincidirás con ellas y otras no, pero tener una persona conocida en el lugar será como una pequeña isla en medio del océano. 

Cómo superar la vergüenza de ir sola al gimnasio

+ Dale la vuelta a tu pensamiento

Al contrario de lo que podamos pensar, muchas veces ir sola al gimnasio tiene sus ventajas. En primer lugar puedes concentrarte en el ejercicio que quieres hacer y, además, puedes aprovechar para ir a tu ritmo y dedicarle el tiempo que quieras. En ocasiones, por el hecho de estar acompañados vamos haciendo ejercicios a la par con la otra persona y sentimos que tenemos que tirar o que nos arrastran. Así, contarás con más libertad de horario y rutina.

+ Ríete de ti misma

Una de las cosas que más vergüenza nos puede dar a la hora de tomar la decisión de ir solas es el miedo a hacer el ridículo. Pero, ¿por qué debes tener ese miedo? El gimnasio no es un sitio especial. Puedes tener un momento vergonzoso en cualquier otro lado que no sea el gym y no puedes ir con este pensamiento allá donde te muevas. Así que la filosofía debe ser tomarte con humor esos momentos porque, al final, ¡nadie se libra de ellos! 

Cómo sentirte más segura los primeros días de gimnasio

Hay muchas personas a las que les da algo de tranquilidad tener todo bien planificado, y lo que les genera nerviosismo es acudir a un gimnasio que no conocen o sin saber qué van a hacer. Si eres de esas personas y, además, vas a tener que ir sola, aquí van nos consejos para que te sientas algo más segura: 

+ Acude al monitor o a la persona de recepción

Las personas que están en recepción y los monitores conocen tanto al personal como a las instalaciones. Por ello, si tienes alguna duda sobre ciertas máquinas, la ubicación de cada una o los horarios de las clases, mejor que el primer día te solucionen todas las dudas. Conocer donde está todo te dará mayor seguridad. 

+ Lleva un plan

Si acudes al gimnasio pensando cuál va a ser tu rutina del día tendrás la mente ocupada en ello y no te dará tiempo a pensar en la vergüenza o en ir sola. El monitor puede generarte una tabla de ejercicios, puedes acudir a clase o puedes saber perfectamente qué es lo que vas a hacer cada día. ¡Es muy fácil! 

+ La hora

Si te es posible porque tienes un horario flexible es recomendable que intentes acudir a una hora en la que el gimnasio no esté lleno. Sobre todo hasta que te acostumbres a ir sola con toda la tranquilidad del mundo. Ten en cuenta que la última hora de la tarde suele ser la peor. 

Teniendo estos consejos y trucos en mente conseguirás que, poco a poco, la rutina de ir al gimnasio sola se vuelva normal y sea parte de tu día a día. Entonces, te darás cuenta de que has dado un paso de gigante hacia el crecimiento personal: has logrado superar y hacer algo que se salía de tu comodidad diaria.

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