Cuando tu pareja padece el síndrome de Peter Pan
El miedo a crecer es más frecuente de lo que parece
Cuando somos niños todos queremos ser adultos para gozar de los privilegios de los mayores, y cuando nos hacemos adultos desearíamos volver a la infancia para evitarnos responsabilidades y problemas. Se trata de un sentimiento normal porque la vida adulta no es un camino de rosas, pero cuando ese deseo de tener la despreocupación de un niño se convierte en una actitud ante la vida libre de responsabilidades y compromisos, se trata de un trastorno psicológico conocido como el Síndrome de Peter Pan.
El miedo a crecer
Peter Pan es ese entrañable personaje de ficción que vive en el País de Nunca Jamás. Un niño que nunca crece y que además puede volar, que refleja una realidad de cada vez más adultos: el miedo a crecer. El Síndrome de Peter Pan aparece tanto en hombres como en mujeres, pero afecta a un mayor número de hombres, que tienden a crecer sobreprotegidos por su entorno familiar.
Estamos hablando de personas inseguras, insatisfechas con lo que la vida adulta les ofrece, frustradas porque no pueden vivir en la despreocupación propia de un niño, de carácter voluble sin saber muy bien lo que buscan, incapaces de responsabilizarse de una familia o de mantener un trabajo. Y desde luego, totalmente incapacitados para comprometerse en una relación de pareja.
Hablamos también de personas egoístas, egocéntricas y narcisistas que, al igual que un niño, necesitan atención constante y mucho cariño. Joviales y con una sonrisa permanente que llevan la propuesta de vivir el presente hasta sus últimas consecuencias. Personas divertidas que saben disfrutar de los placeres de la vida como nadie, pero que cuando se ven atacados, acorralados por obligaciones inevitables, o cuando alguien les reprocha su actitud irresponsable, son capaces de mostrar su lado más cruel y dañino.
Consecuencias del Síndrome de Peter Pan
Un hombre con Síndrome de Peter Pan encierra muchos riesgos, porque se trata del potencial hombre ideal y es muy fácil caer rendida a sus encantos y a su propuesta de vivir la vida intensamente. En él pueden encontrarse todas las características que más valoras en un amor: la aventura, la diversión, la pasión y la intensidad. Pero en él se encierran también todos los tipos de hombres que debes evitar, porque se trata de un hombre tóxico.
Las consecuencias del Síndrome de Peter Pan se ven claramente en una pareja, donde él es capaz de hacerte vivir las primeras etapas del enamoramiento más felices de tu vida. Pero si intentas dar un paso más en la relación, en el mejor de los casos saldrá huyendo. Y decimos en el mejor de los casos, porque puede que decida quedarse en una relación en la que tú serás la encargada de satisfacer todas sus necesidades materiales y emocionales y de proporcionarle la seguridad sin responsabilidad que él necesita.
Aunque los riesgos de este Síndrome de Peter Pan no son sólo para las personas que le rodean, él mismo puede caer en un estado de depresión porque no se puede luchar contra el paso del tiempo. Porque su insatisfacción irá en aumento a medida que la vida le vaya presentando obligaciones cada vez más difíciles de eludir. ¿La cura? Sólo depende de uno mismo.
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