Las mujeres consumen el doble de tranquilizantes que los hombres
Las mujeres somos las grandes consumidoras de psicofármacos. Los laboratorios que los producen dirigen toda su carga de publicidad para nosotras porque saben que somos las dos terceras partes de la población que usa tranquilizantes.
En los estudios sobre prescripción de psicofármacos, se concluye que la relación entre mujeres y hombres recetados con tranquilizantes, ha sido siempre de dos a uno, es decir, el doble de mujeres que de hombres toman psicofármacos.
Las cifras muestran que entre las mujeres de 18 a 29 años, el 12 % había utilizado tranquilizantes, entre las de 30 y 44 años, el 21 %; entre las de 45 a 59 años, el 22 % y la cifra se eleva al 25 % entre las de más de 60 años. El problema de la medicalización se agudiza a medida que las mujeres avanzan en la edad.
Los tranquilizantes son una parte de las nuevas prácticas terapéuticas que pretenden incidir sobre la salud mental de las mujeres. Los psicofármacos a los que me estoy refiriendo, se denominan también psicotrópicos. Actúan sobre el sistema nervioso central para producir efectos que alteran los estados mentales, especialmente los emocionales, y por ello producen cambios en la conducta. Son apreciados por los pacientes por sus dos efectos principales: sedante y estimulante. Los más utilizados por las mujeres son los que actúan como tranquilizantes.
La función de un psicólogo es escuchar el malestar del paciente para que conjuntamente puedan entender los problemas y buscar estrategias de cómo afrontarlos. La búsqueda conjunta del bienestar de la persona a través de la palabra y de la escucha. Estos espacios de diálogo y reflexión son las sesiones de psicoterapia y los grupos de autoayuda. Las recetas de los psicofármacos son parte pero no el todo de la terapia y nosotras las mujeres, que somos las primeras en pedir rectas de tranquilizantes, tenemos que tomar conciencia de eso.
En los estudios sobre prescripción de psicofármacos, se concluye que la relación entre mujeres y hombres recetados con tranquilizantes, ha sido siempre de dos a uno, es decir, el doble de mujeres que de hombres toman psicofármacos.
Las cifras muestran que entre las mujeres de 18 a 29 años, el 12 % había utilizado tranquilizantes, entre las de 30 y 44 años, el 21 %; entre las de 45 a 59 años, el 22 % y la cifra se eleva al 25 % entre las de más de 60 años. El problema de la medicalización se agudiza a medida que las mujeres avanzan en la edad.
Tranquilizantes y sesiones de psicoterapia
Los tranquilizantes son una parte de las nuevas prácticas terapéuticas que pretenden incidir sobre la salud mental de las mujeres. Los psicofármacos a los que me estoy refiriendo, se denominan también psicotrópicos. Actúan sobre el sistema nervioso central para producir efectos que alteran los estados mentales, especialmente los emocionales, y por ello producen cambios en la conducta. Son apreciados por los pacientes por sus dos efectos principales: sedante y estimulante. Los más utilizados por las mujeres son los que actúan como tranquilizantes.
La función de un psicólogo es escuchar el malestar del paciente para que conjuntamente puedan entender los problemas y buscar estrategias de cómo afrontarlos. La búsqueda conjunta del bienestar de la persona a través de la palabra y de la escucha. Estos espacios de diálogo y reflexión son las sesiones de psicoterapia y los grupos de autoayuda. Las recetas de los psicofármacos son parte pero no el todo de la terapia y nosotras las mujeres, que somos las primeras en pedir rectas de tranquilizantes, tenemos que tomar conciencia de eso.
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