Infoxicación: cómo nos afecta la sobredosis informativa de Internet
Seguro que te acuerdas de cuando los domingos te levantabas sin prisa y bajabas a comprar los periódicos y un buen desayuno, y disfrutabas de una larga mañana sentada leyendo las noticias y los reportajes dominicales. Seguro que te acuerdas porque esta imagen está rodeada de un halo de tranquilidad que hoy en día ha desaparecido.
Hoy te levantas, enciendes el ordenador y te empiezan a llegar todas las notificaciones de Facebook, Twitter, los correos electrónicos pendientes y en tu Smartphone no deja de sonar el Whatsapp. Sí, las noticias de actualidad te llegan de todas partes, pero ¿estás bien informada?
Sobredosis de información
Cuando buscamos alguna información rápidamente acudimos a Google, que nos ofrece un sinfín de posibilidades entre las que tenemos que elegir. El acceso a la información es hoy mucho más fácil y rápido que hace unos pocos años, pero todo apunta a que estamos sufriendo una sobredosis informativa que hace que disminuya nuestra atención, nuestra capacidad de análisis y, en definitiva, nuestra capacidad cognitiva.
Si estás leyendo este artículo y a la vez estás contestando al Whatsapp, te acaban de llegar dos e-mails, te estás dando cuenta de que algo se cuece en Twitter y varios de tus amigos han subido enlaces interesantes a tu muro de Facebook, probablemente no consigas terminar de leerlo. Es lo que se conoce como "infoxicación". Y las consecuencias de esta gestión acelerada de la información que recibimos son el estrés, la falta de productividad y la superficialidad.
Se produce así, en contra de la intención original de Internet una desinformación importante, y lo que parecía ventaja se torna inconveniente. Sin embargo, parece que tendremos que ser capaces de superar nuestros períodos de intoxicación, porque las empresas cada vez valoran más esta capacidad multitarea de estar pendiente de mil cosas a la vez.
Consejos para evitar la infoxicación
Para evitar la "infoxicación" producida por la avalancha informativa tenemos que aprender a seleccionar la calidad de la información que recibimos. No dejes toda la responsabilidad en manos de Google y decide por ti misma a través de qué medios quieres que te lleguen las noticias de actualidad, por ejemplo. Lo ideal es que elijas un par de páginas ideológicamente diferentes, para poder contrastar, y te olvides del resto.
Cambiar tus pautas de comportamiento en Facebook también te puede ayudar a no desperdiciar tu tiempo ni tu capacidad cognitiva. No tienes que leer todo lo que publican tus amigos, sobre todo si son enlaces sobre temas que no te interesan, pero puedes seguir manteniendo tu educación en las redes sociales y seguir interactuando poniéndole un "me gusta". Y en Twitter, cuando algo te llame la atención, acude primero a la fuente original para informarte de lo que está pasando y luego selecciona los hashtags más interesantes. No puedes leerlo todo.
En cualquier caso, para poder mantener nuestras capacidades cognitivas y reducir el estrés y la ansiedad generada por el ritmo frenético que impone el uso de Internet, conviene desconectar de vez en cuando. Pero desconectar de verdad, de nada sirve que apagues el ordenador y te vayas a tomar un café con tus amigas si sigues contestando correos desde tu smartphone.
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