Sueño tanto que no descanso, ¿influyen los sueños en dormir bien?

¿Sueñas mucho? Todos soñamos más o menos las mismas veces a lo largo de la noche, otra cosa distinta es que lo recordemos. Y no recordar los sueños no es negativo, al contrario. Seguro que más de una vez te has levantado agotado porque recuerdas un montón de sueños que has tenido durante la noche. ¿No te da la sensación de que cuando sueñas (o cuando recuerdas los sueños) descansas peor? En Diario Femenino te contamos cómo influyen los sueños en el descanso nocturno.

¿En qué medida los sueños influyen en el descanso?

Estabas corriendo por el bosque intentando subirte a alguno de los árboles porque te perseguía un animal salvaje. Has encontrado un río y te has lanzado a las aguas frías y revueltas, con lo que has aparecido en un lugar que desconocías. Has seguido caminando al límite de tus fuerzas sin perder ni por un segundo la sensación de peligro hasta que has llegado a la cima de un pico montañoso y, sin saber muy bien los motivos, te has lanzado al vacío.

Si has tenido este sueño y eres capaz de recordarlo, no te extrañará levantarte agotado como si en lugar de soñarlo lo hubieras hecho de verdad. O tal vez te has pasado la noche en una fiesta con tus amigos, riendo, bebiendo y hablando con gente. O puede que tu sueño te haya sorprendido por estar plagado de hadas, duendes, dragones y hasta serpientes que se te enroscaban cariñosamente en la pierna. No son situaciones que te permitan descansar, como es lógico.

Pero lo que te impide descansar no es lo que ocurre en el sueño en sí. De igual forma puedes estar soñando que estás tumbado en una hamaca en la playa sintiendo toda la tranquilidad del mundo y despertarte cansado. Porque la falta de descanso no la provoca lo que sueñas, sino el hecho de despertarte con el sueño.

Aunque no nos demos cuenta, para recordar un sueño tenemos que despertarnos. Unas veces nos despertamos por completo y otras apenas somos conscientes en lo que se conoce como microdespertares. Pero con cada microdespertar, nos alejamos un poco más de ese sueño profundo que necesitamos para descansar. Así que no es lo que sueñas, es lo que recuerdas lo que influye a la hora de dormir bien y descansar correctamente.

Dormir no siempre equivale a descansar

Con sueños o sin sueños, a veces has dormido toda la noche y te levantas igualmente cansado. La idea no es solo dormir, que también, sino tener un sueño reparador. Y para tener un sueño reparador y que podamos levantarnos descansados es necesario pasar por todas las fases del sueño.

Esas fases son cinco y las atravesamos varias veces a lo largo de la noche. Cada fase nos va llevando poco a poco de un sueño superficial a un sueño profundo, que es el que nos repara y con el que descansamos. Pero muchas noches, por estrés, por preocupaciones o por algún trastorno del sueño más o menos grave no conseguimos llegar a esa fase profunda. Nos quedamos en las fases superficiales del sueño y, por lo tanto, el descanso no se produce.

No es lo mismo dormir que descansar. Así que no te extrañes demasiado si un día después de tus 8 horas de sueño de rigor te despiertas tan agotado física y mentalmente como te acostaste. No es algo preocupante a no ser que se repita cada noche y, en ese caso, habrá que plantearse cambiar las rutinas vespertinas y nocturnas y extremar la higiene del sueño.

Poner en práctica una serie de medidas conocidas como higiene del sueño es el primer paso cuando se notan los primeros signos de que no se descansa bien por las noches. Esta actuación, si se realiza a tiempo, puede prevenir un problema de insomnio, por lo que merece la pena intentarlo. ¿Cómo?

Se trata tan solo de ir reduciendo la actividad a lo largo de la tarde, no consumir bebidas excitantes durante al menos las 6 horas previas antes de acostarnos, regular la temperatura de la habitación, así como el ruido y la luz y, sobre todo, adquirir el hábito de acostarnos y levantarnos siempre a la misma hora.

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