¡Desvelado! El lugar exacto del cerebro donde se originan los sueños

Alrededor de los sueños nos hacemos muchas preguntas y no es extraño, ya que el mundo onírico aún guarda muchas incógnitas. Generalmente, nos preguntamos por qué soñamos, por qué a veces tenemos pesadillas y otras veces sueños felices y, especialmente, nos preguntamos por el significado de nuestros sueños. Pero todavía nos queda otra cuestión por aclarar y es el lugar del cerebro donde se originan los sueños. ¿Quieres saber cómo y dónde se fabrica un sueño? En Diario Femenino te lo contamos.

¿Qué parte del cerebro fabrica los sueños?

Está claro que los sueños se originan en el cerebro, que son productos mentales pero, ¿hay un lugar concreto del cerebro donde se crean? Lo hay y es el hipocampo. Este es el lugar donde se origina un sueño y lo hace en un momento determinado, durante la fase REM. El hipocampo es también el lugar donde se forman los recuerdos, aunque para que permanezcan en nuestra memoria tienen que pasar al neocórtex.

¿Qué pasa cuando dormimos? Que esa sincronización entre el hipocampo y el neocórtex no se produce tan fácilmente porque no estamos conscientes, por eso, a veces no podemos recordar lo que soñamos, porque no han llegado al neocórtex. Y los recuerdos tienen mucho que ver en el proceso de fabricación de un sueño, ya que son ellos los materiales de los que están formados los sueños.

En efecto, parece que nuestros sueños son recuerdos recientes, aunque la mayoría de las veces no podamos relacionar lo que soñamos una experiencia. Esto ocurre porque nuestro cerebro transforma esos recuerdos reales asociándolos con conceptos y símbolos. Es todo un complejo proceso en el que toman las riendas la imaginación y la creatividad, de ahí que a veces nos sorprendan y no podamos encontrar ninguna relación aparente con nuestra realidad.

Los sueños y su relación con las emociones

Seguimos tirando del hilo con el que se tejen nuestros sueños y tenemos que aclarar que nosotros nos desactivamos al dormir para obtener ese descanso que es el verdadero objetivo cuando dormimos. También están menos activos, como si estuvieran dormidos, los lóbulos frontales del cerebro, que son los que se ocupan del raciocinio. Esto explicaría esos sueños surrealistas o sin sentido a los que no podemos encontrar ninguna lógica.

Pero si nosotros estamos poco activos cuando nos dormimos y los lóbulos frontales también, no le ocurre lo mismo al sistema límbico, que es el que regula las emociones. Si sigues nuestro diccionario de sueños, seguro que ya sabes que la mayoría de los sueños no son premonitorios, sino que su significado y su interpretación se basan en nuestras emociones. Seguro que ya sabes que todo lo que soñamos responde a un estado emocional determinado.

Así lo concluye la tesis doctoral de Carlos Calvo Gómez (Aproximación al sentido de los sueños) para la Universidad Complutense de Madrid: "Durante la vigilia predominan los aspectos de carácter cognitivo mientras que en los sueños predominan las situaciones afecto-emotivas. Es verdad que a veces en los sueños también hay creación, combinatoria nueva, (hay algunos ejemplos históricos famosos de creatividad científica y artística) pero lo que caracteriza principalmente al sueño es una especie de osmosis entre la zona posterior del cerebro (emotiva) y la parte anterior (creativa)".

Por eso, las emociones también participan en la fábrica de sueños de nuestro cerebro. Para nuestra desgracia, la amígdala, que es la responsable de la ansiedad y el miedo, se mantiene muy despierta cuando dormimos y por eso nos lanza imágenes aterradoras, pesadillas o experiencias oníricas que podemos llegar a sufrir como si estuviéramos despiertos.

La fábrica de los sueños

Nuestra fábrica de sueños tiene una gran cantidad de personal y nosotros somos los directores, aunque hayamos perdido el mando porque estamos dormidos. En esta fábrica trabajan los recuerdos, tan maquillados que apenas podemos reconocerlos. También trabajan las experiencias recientes y las de la infancia, a veces en forma de traumas o miedos.

En la sección de emociones trabajan a destajo el miedo, las preocupaciones y la ansiedad y crean fabulosas pesadillas de las que nos cuesta recuperarnos. Por suerte, también hacen horas extra la alegría, la felicidad y, especialmente, las ilusiones, que son en realidad las que mantienen esta fábrica de sueños en pie.

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