Mitomanía: el gran peligro de mentir compulsivamente
Cuando mentir se convierte en una enfermedad
- Qué es la mitomanía
- ¿Para qué sirve la mentira?
- Características de los adictos a la mentira
- Consecuencias de la mitomanía
- Tratamiento de la mitomanía
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Todos mentimos, es cierto, pero algunas personas lo convierten en una adicción. O en una enfermedad. Es el caso de la mitomanía, un trastorno psicológico en el existe el gran peligro de mentir compulsivamente para obtener determinados beneficios. Cuando mentir se convierte en una enfermedad, hay que buscar un tratamiento, pero los mitómanos difícilmente reconocen su problema. Te contamos más en nuestro diccionario de manías.
Qué es la mitomanía
Que admires de forma exagerada a una persona o a una cosa también es mitomanía, pero en esta ocasión nos centramos en su otro significado, más peligroso ya que hablamos de mentiras. Y ya sabemos todos que una sola mentira basta para convertir toda la verdad en un mar de dudas e inseguridad.
La mitomanía es un trastorno psicológico que lleva a la persona que lo sufre a mentir de forma compulsiva. Estas personas falsean la realidad para conseguir un beneficio muy concreto, el de la aprobación y la admiración de los demás. Se puede intuir que existe un problema previo de baja autoestima y ciertas dificultades en el manejo de las habilidades sociales.
¿Para qué sirve la mentira?
Pero antes de entrar a fondo a descubrir las características de los mitómanos y el peligro que generan conviene plantearse algo importante acerca de la mentira. Ética al margen, la mentira es un mecanismo adaptativo que nos reporta ciertos beneficios y que nos puede sacar de más de un apuro.
La mentira se utiliza a modo de protección. Que llegar tarde al trabajo no tenga consecuencias, que tu pareja no te pille en una infidelidad, que tu jefe no te despida porque no has entregado el trabajo a tiempo o que tu profesor no te suspenda porque no has terminado el proyecto. Como decimos, vamos a dejar la ética al margen, pero mentir es un acto habitual que nos puede dar muy buenos resultados; o muy malos.
Pero, ¿qué es una mentira? Cuidado porque nos movemos en terrenos donde el juego sucio es el ganador. ¿Te has encontrado alguna vez a una persona que te asegura que no te ha mentido nunca? Y sin embargo tú sabes que todo ha sido una farsa. Hay personas que no necesitan mentir para engañar. Porque la mentira también es una media verdad. Y la mentira también es la omisión de información. La mentira también es cuando no te cuentan la verdad.
Características de los adictos a la mentira
Sin embargo los mitómanos no utilizan la mentira al modo habitual, sino que lo convierten en una adicción. Y hablando de adiccione, mentir de forma compulsiva en ocasiones llega de la mano de problemas como la ludopatía o el alcoholismo. Pero, ¿qué características presentan los mitómanos?
+ Una mentira patológica
Los mitómanos mienten compulsivamente. Se trata de una mentira patológica, porque sienten la necesidad de no decir jamás la verdad. Además, mienten continuamente porque una pequeña mentira obliga a decir otras más. Es, en definitiva, un círculo vicioso en el que la mentira es la protagonista.
+ Vida de mentira
El círculo de la mentira se hace tan extenso que abarca toda su vida. Es como si toda su vida fuera una farsa, presentándose bajo capas de mentiras en las que casi es mejor no rascar por miedo a lo que te puedas encontrar.
+ Habilidades sociales
Los mitómanos se suelen presentar como personas con grandes habilidades sociales, muy seguras de sí mismas y absolutamente encantadoras. Atención a las relaciones sentimentales porque se trata de uno de los tipos más peligrosos de relación.
+ Personas encantadoras
Bajo esa presentación que además incluye una apuesta por la sinceridad y la honestidad, se esconden todas sus mentiras. Dependiendo del grado de cercanía que tengas con esa persona podrás descubrirlas o no. Si no llegas a descubrirlo, te quedarás con la idea de que esa persona es admirable, adorable y muy especial.
+ Su mundo no es real
En efecto, los mitómanos son muy especiales, ya que pueden llegar a creerse sus propias mentiras. Su mundo es irreal, todo es fachada, pero no en todo momento son conscientes de ello.
+ No existe sentimiento de culpa
Por este motivo no se sienten culpables, ni se reconocen a sí mismos como mentirosos. Ellos se lo creen, tal y como se lo hacen creer a los demás. Aunque en los chispazos de auto reconocimento que tienen, sufren grandes dosis de ansiedad que alivian con una nueva mentira.
+ Tienen la autoestima baja
El objetivo del mitómano es obtener admiración y aprobación, lo que denota un grave problema de baja autoestima. Son también personas narcisistas e inseguras poco satisfechas con su vida o con su forma de ser. Por eso tienen que construirse otra realidad.
+ Exageración de la realidad
Hay veces que el mitómano, más que mentir, magnifica la realidad. La adorna y exagera sus cualidades para sentirse más y mejor que los demás.
Consecuencias de la mitomanía
"Con la mentira puedes llegar muy lejos, lo que no puedes es volver". No sabemos quién dijo esa frase pero resume perfectamente las consecuencias de la mitomanía.
Si alguna vez te han mentido en algo importante sabrás el destrozo emocional que puede provocar. Podemos abordar las consecuencias de la mitomanía desde el punto de vista de las víctimas de esas mentiras, pero tampoco podemos perder de vista las consecuencias sobre la persona que miente compulsivamente.
Son los familiares y amigos más cercanos los que primero pueden detectar el trastorno. Ellos conocen a esa persona desde siempre y saben que su vida no es tal y como la cuenta. Al principio no le dan importancia y en su círculo social puede incluso quedar como el más ingenioso del grupo dejando pasar los pequeños detalles de fantasía.
Mención aparte merece la pareja del mitómano, tal vez la persona que más afectada se puede ver por el trastorno de esa persona. Vivir en una mentira no es para siempre y el día que te das cuenta de que todo era una farsa, se puede convertir en un particular infierno emocional del que te costará salir como corresponde cualquier otra relación tóxica.
Una persona que ejerce la mentira patológica suele convertirse en un mentiroso profesional. No es fácil descubrirle, pero puede acabar pasando. La ruptura de la confianza tras una mentira no se recupera jamás, así que puede llevar al aislamiento social de esa persona, precisamente lo contrario de lo que buscaba en un principio que no era sino admiración y adoración.
Tratamiento de la mitomanía
Lo más complicado en el caso de la mitomanía no es el tratamiento en cuestión, sino que la persona que lo sufre sea consciente de que tiene un problema y pida ayuda. Adictos como son a mentir, esas mentiras también son sobre sí mismos y lo más habitual es que se crean el papel o los papeles que representan en la vida. Suelen necesitar un duro golpe en forma de ruptura de una relación importante o en forma de un aislamiento absoluto para que se hagan conscientes de su trastorno.
Y la ayuda pasa necesariamente por un tratamiento psicológico que generalmente es la terapia cognitivo conductual, la misma que se utiliza para vencer las fobias y trastornos como la ansiedad o la depresión.
También es necesario que el mitómano entrene las habilidades sociales y, sobre todo, que aprenda a mejorar su autoestima. Todas las personas tienen cualidades suficientes para ser amadas, apreciadas y admiradas, no es necesario adornar la personalidad con mentiras.
En el tratamiento de la mitomanía no se descarta el uso de fármacos, ya que el grado de ansiedad que presentan estas personas suele ser elevado. Pero en cualquier caso, el apoyo de familiares y seres queridos será fundamental para su recuperación.
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