Fobia a los ascensores: soluciones útiles para que el miedo no te limite
Esta fobia se relaciona con otras como la claustrofobia o la acrofobia
- Por qué tienes fobia a los ascensores
- Síntomas de la fobia a los ascensores
- Causas de la fobia de a los ascensores
- Tratamiento y soluciones para la fobia a los ascensores
¿A qué le tienes miedo? Pero hablamos de miedo excesivo e irracional, tanto como para evitar ese estímulo que puede ser un objeto, un animal, una sensación... y también un lugar. Es el caso de la fobia a los ascensores, un problema ligado con otros trastornos fóbicos y que hay que resolver cuanto antes porque limita la vida de la persona que lo sufre. En nuestro diccionario de fobias te contamos todo sobre el miedo a los ascensores y sus soluciones.
Por qué tienes fobia a los ascensores
Estamos acostumbrados a esos nombres extraños y complicados que definen nuestros terrores y fobias, pero en este caso no hay nombre específico. La fobia a los ascensores se queda sin su palabra correspondiente porque se piensa que no es un trastorno fóbico como tal, sino que es un derivado de otras dos fobias.
Por un lado, la fobia a los ascensores puede ser una muestra evidente de claustrofobia o miedo a los espacios cerrados. Y, por otro lado, puede venir de un problema de acrofobia o miedo a las alturas. Tampoco descartamos que, en ocasiones, la fobia a los ascensores provenga de ambos temores a la vez.
Pero, en cualquier caso, nos encontramos con una imposibilidad de entrar en un ascensor, bien sea porque es un espacio cerrado, bien porque sea un mecanismo que sube muy alto. Y, ¿qué pasa si no puedes subir por el ascensor a esa importante entrevista de trabajo en el piso 51? Lo cierto es que evitar los ascensores te puede privar de muchas oportunidades y no siempre es posible subir o bajar por las escaleras.
Síntomas de la fobia a los ascensores
El miedo irracional y excesivo, sea cual sea el estímulo, produce una respuesta de ansiedad elevada. Así se generan una serie de síntomas que van más allá de los evidentes síntomas físicos como la dificultad para respirar, las palpitaciones, la sudoración excesiva, los mareos o el entumecimiento de piernas y brazos. Vamos más allá.
Porque la fobia a los ascensores también provoca una serie de síntomas cognitivos que son los que a la larga reducen la calidad de vida de la persona que sufre el trastorno fóbico. Estos síntomas se traducen en pensamientos obsesivos, irracionales e intrusivos sobre los ascensores. No solo se tiene una idea distorsionada acerca del peligro implícito en un ascensor, sino que además esas ideas no se van de la cabeza ni un segundo.
Las ideas catastrofistas sobre todo aquello que puede ocurrir en un ascensor se toman casi como premoniciones. La posibilidad de que haya un fallo en el ascensor se convierte en una especie de premonición y en la absoluta seguridad de que va a ocurrir. Y en esta situación, por mucho que hablemos de que las fobias son miedos irracionales, lo más lógico es sentir miedo, pánico y terror.
Causas de la fobia de a los ascensores
¿Y qué puede motivar la aparición de este miedo irracional a los ascensores? Como decimos, esta fobia está muy ligada a la claustrofobia y a la acrofobia, por lo que las causas pueden ser las mismas. En muchas ocasiones, la fobia surge por una experiencia traumática previa.
Y cuando hablamos de experiencia traumática no es necesario que haya ocurrido ninguna desgracia en un ascensor, sino simplemente relacionar este lugar con un momento de tensión, ansiedad o angustia elevadas. Tu primera entrevista de trabajo, por ejemplo, la misma en la que no obtuviste el puesto puede ser un motivo para que se origine la fobia a los ascensores. O esa temporada que estuviste trabajando en las oficinas de un piso alto en el que vivías con un estrés importante.
Las fobias se generan así, sin necesidad de que haya sucedido algo grave, por condicionamiento. Y una vez desatado el mecanismo del condicionamiento es cuando empiezas a evitar el estímulo que te produce tanto miedo y tanta ansiedad. Las estrategias de evitación para aligerar la carga de ansiedad y reducir el miedo pasan en este caso por evitar los ascensores a toda costa y, según va pasando el tiempo, más te reafirmas en tu miedo.
Otras veces resulta imposible encontrar una relación concreta entre el miedo y el estímulo. No te ha ocurrido nada en un ascensor, no has sufrido en un ascensor, no lo relacionas con ningún momento puntual en tu vida entonces, ¿de dónde sale ese temor? Cuando se sufre un trastorno de ansiedad, las consecuencias derivadas son imprevisibles y pueden surgir fobias, miedos y obsesiones sin causa aparente.
Pero tal vez más que las causas debamos fijarnos en las consecuencias de esta fobia a los ascensores. La evitación del estímulo que ocurre en todos los trastornos fóbicos es limitante y acaba por extenderse a todos los ámbitos de la vida. No es difícil imaginar que la imposibilidad de entrar en un ascensor provocará problemas en el ámbito laboral, en el social, en el familiar y, especialmente, en el personal. La calidad de vida se reduce drásticamente cuando una fobia se instala en tu vida, así que será mejor buscar un tratamiento cuanto antes.
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Tratamiento y soluciones para la fobia a los ascensores
El tratamiento para las fobias pasa por una terapia psicológica porque hablamos de un trastorno muy ligado a la ansiedad y que al final puede acabar derivando en una depresión. El objetivo es superar la fobia a los ascensores, pero también reducir la ansiedad y conseguir que la calidad de vida no se vea limitada por este miedo. ¿Y cómo se consigue?
La terapia más utilizada para superar las fobias es la Terapia Cognitivo Conductual. Con este método se trabaja en primer lugar ese pensamiento distorsionado que te lleva a pensar que los ascensores son lugares muy peligrosos y que algo terrible sucederá si entras en uno de ellos. Esta es la parte cognitiva de la terapia, que lleva un tiempo.
Y más adelante se pasa a la parte conductual, es decir, a transformar la conducta de evitación que te llevará a poder entrar a un ascensor. Pero vayamos paso a paso, que las terapias en psicología no son milagrosas, así que sospecha de todo aquel que te prometa vencer tu fobia con una solución mágica. Como decimos, la parte conductual lleva su tiempo y va acompañada de las técnicas de exposición progresiva.
Como su nombre indica, la exposición progresiva consiste en enfrentarte al estímulo que te provoca temor poco a poco. No pienses que el psicólogo te va a meter en un ascensor en la primera sesión. Primero podrás acercarte al lugar que temes a través de imágenes y puede que incluso tengas que entrevistarte con un profesional para que te enseñe el funcionamiento de los ascensores para ganar seguridad.
A partir de aquí cada paciente lleva su tiempo y la terapia se combina con ejercicios de respiración y técnicas de relajación para sobrellevar la carga de ansiedad que con el tiempo se irá reduciendo. Hablamos mucho del tiempo que llevan las terapias para superar las fobias porque, efectivamente, no funcionan de un día para otro. Necesitarás paciencia, pero ten por seguro que lograrás perderle el miedo a los ascensores.
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