5 claves para superar la depresión o tristeza al independizarse
¿Te produce mucha tristeza y nostalgia irte de casa de tus padres?
- Depresión por independizarse o mudarse: ¿en qué consiste?
- Cómo diferenciar la tristeza de la depresión al independizarse
- Razones por las que puedes sentirte triste cuando te independizas
- 5 consejos para independizarse de casa cuidando nuestra salud mental
- Independizarse: algo positivo que también puede ser complejo emocionalmente
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En el caso de que ya no vivas en el hogar familiar, ¿recuerdas el momento en el que te independizaste? ¿Cómo te sentiste? Seguramente fue un momento emocionante, lleno de ilusión, pero a veces esta experiencia también supone sentimientos más difíciles de gestionar (sobre todo si la independencia ha sido "forzada", es decir, si no la hemos escogido libremente, sino que nos hemos visto "obligados" a hacerlo por las circunstancias).
Es así, la independencia es un hito importante en la vida de cualquier persona. Dejar el hogar familiar para vivir solo o con compañeros de piso puede ser emocionante y liberador, pero a su vez supone un cambio que puede asustar en ciertos aspectos. Y es que, la transición a la independencia trae consigo una serie de desafíos emocionales y prácticos. Además, no olvidemos que este tipo de cambios vitales, aunque sean positivos, también generan estrés.
Por eso, si te estás preguntando si es normal sentir depresión o tristeza al independizarse, en Diario Femenino te ayudamos a profundizar en el tema para entender mejor esta experiencia tan común, este proceso de cambio vital (porque no solo es un cambio físico, es mucho más que eso). Y, además, te damos 5 claves para ayudarte a superar estos sentimientos.
Depresión por independizarse o mudarse: ¿en qué consiste?
Es importante saber que la depresión por independizarse no es un diagnóstico oficial, sino una expresión coloquial para referirse al estado emocional que algunas personas experimentan después de mudarse del hogar familiar.
Este tipo de depresión puede manifestarse como una combinación de tristeza, soledad, ansiedad y, en algunos casos, desesperanza. A diferencia de la alegría y el entusiasmo que muchos esperan sentir al independizarse, estos sentimientos desagradables pueden ser sorprendentes y desconcertantes.
Y es que la independencia trae consigo una serie de responsabilidades nuevas, como gestionar el tema económico, cocinar, limpiar y, en general, cuidar de uno mismo. Esta carga adicional puede ser agobiante al principio, especialmente si uno no está preparado para ello.
Además, el aislamiento social puede intensificar estos sentimientos, ya que la persona puede sentirse desconectada de su red de apoyo habitual. Pero hay algo que conviene puntualizar respecto a esto, y es el siguiente tema.
Cómo diferenciar la tristeza de la depresión al independizarse
Así, es importante diferenciar estos dos fenómenos; el estar deprimido y el estar triste, ya que actualmente se está banalizando en exceso el concepto 'depresión' (estar triste no es estar deprimido).
Como sabemos, la tristeza es una emoción humana normal y temporal, que todos experimentamos en respuesta a diferentes situaciones de la vida. En cambio, la depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta la manera en que una persona siente, piensa y gestiona las actividades diarias, y que interfiere en su funcionamiento habitual.
La depresión puede causar una pérdida de interés en las actividades, cambios en el apetito, problemas para dormir, falta de energía y dificultades para concentrarse, entre otros síntomas. Y mientras que la tristeza puede ser pasajera y generalmente se resuelve por sí sola con el tiempo, la depresión requiere atención y tratamiento adecuado.
Hacemos esta aclaración porque muchas veces, lo que ocurre al independizarse, es que se experimentan síntomas depresivos (algo totalmente normal) pero sin llegar a desarrollar una depresión. Por ello, a lo largo del artículo hablaremos de la depresión por independizarse teniendo en cuenta esto, que nos estamos refiriendo a sintomatología depresiva pero que no tiene por qué ser una auténtica depresión.
Razones por las que puedes sentirte triste cuando te independizas
De esta forma, y cómo decíamos, sentirse triste o incluso "de bajón" al independizarnos es una reacción común y natural. Pero, ¿por qué ocurre? Aquí te ofrecemos algunas razones por las que experimentamos estas emociones:
+ Se produce la pérdida de la rutina familiar
Vivir en casa generalmente viene con una estructura y rutina que nos resulta familiar y cómoda (la zona de confort, a nivel físico pero también emocional). Al independizarnos, lo que ocurre es que esta estructura desaparece y esto puede generar una sensación de pérdida y desorientación.
+ Aparecen responsabilidades nuevas y desconocidas
Por otro lado, gestionar un hogar propio implica asumir muchas responsabilidades nuevas, como pagar facturas, hacer la compra, mantener la limpieza... Estas tareas, sobre todo si no estamos acostumbrados a hacerlas (o si "nos lo han hecho todo" en casa) pueden resultar estresantes, especialmente al principio.
+ Se experimenta un sentimiento de soledad y aislamiento
Mudarse a un lugar nuevo puede significar estar lejos de la familia y los amigos. Y este aislamiento social nos puede llevar a experimentar sentimientos de soledad o desconexión, y afectar a nuestro estado de ánimo.
+ Podemos tener expectativas poco realistas
A menudo, tenemos expectativas idealizadas de cómo será vivir por nuestra cuenta (solo vemos la parte buena). Pero cuando la realidad no coincide con estas expectativas (y aparece lo malo), nos podemos sentir decepcionados y tristes.
+ Se producen cambios en la dinámica familiar
Por último, no olvidemos que independizarse cambia la relación con la familia. Y aunque esto puede ser positivo (e incluso necesario) en algunos casos y en algunos aspectos, también puede generar en nosotros sentimientos de nostalgia y añoranza por la vida que hemos dejado atrás.
5 consejos para independizarse de casa cuidando nuestra salud mental
Afortunadamente, hay varias estrategias que pueden ayudarnos a mitigar los sentimientos de tristeza o depresión al independizarse. Aquí te ofrecemos algunas ideas prácticas:
1 Planifícate y prepárate
Antes de mudarte, busca tiempo para planificar y prepararte. Anticípate aprendiendo habilidades básicas de cocina, gestión del hogar y finanzas personales. Esta preparación puede ayudarte a sentirte más segura y competente al asumir tus nuevas responsabilidades.
2 Mantén el contacto con tus seres queridos
Aunque estés físicamente separada, mantén una comunicación regular con tu familia y amigos (esto te ayudará a afrontar los primeros meses de nostalgia). Las videollamadas, los mensajes de texto y las visitas periódicas pueden ser una buena forma de mantener este contacto con tus seres queridos.
3 Crea una nueva rutina que te guste
Diseñarte una rutina diaria que te guste te dará estructura y estabilidad, algo que puede ser reconfortante en tiempos de cambio. En esta organización incluye tiempo para el trabajo, el descanso, el ejercicio y las actividades de ocio o hobbies en tu día a día.
4 No olvides cuidarte por dentro y por fuera
Asegúrate también de cuidar tu bienestar físico y emocional. Come de manera saludable (esto a veces cuesta al independizarse), duerme lo suficiente y realiza ejercicio regularmente. Y no olvides buscar tiempo para relajarte y para disfrutar.
5 Identifica si estos sentimientos se están intensificando
Sobre todo, si los sentimientos de tristeza o depresión persisten y afectan a tu vida diaria, no dudes en buscar ayuda profesional. Recuerda que una cosa es sentir tristeza o melancolía en estos momentos de cambio, y la otra es sufrir depresión: no tienes por qué pasarlo tú sola.
6 ¡Paciencia!
Finalmente, recuerda que la transición a la independencia es un proceso, y que es totalmente normal sentir altibajos. Por ello, sé amable y paciente contigo misma mientras te adaptas a tu nuevo entorno y a tus nuevas responsabilidades.
Independizarse: algo positivo que también puede ser complejo emocionalmente
Como hemos visto, la depresión por independizarse, o al menos la tristeza por ello, también existe. Porque independizarse puede ser un proceso muy bonito que nos hace madurar, crecer como personas y adquirir nuevas responsabilidades, y eso es motivante y genera ilusión. Pero a su vez, es un cambio que trae otros microcambios. Y todo esto debe transitarse.
A veces, en este recorrido, aparece malestar, ansiedad o incluso tristeza. Todas las emociones son válidas y normales, así que ante la pregunta de si es normal deprimirse al independizarse, la respuesta es sí. Además, hemos de tener en cuenta que no siempre nos independizamos porque queremos; hay situaciones que lo requieren "a la fuerza" (por ejemplo, inestabilidad familiar, malos tratos…).
Y eso, en sí mismo, ya genera malestar. Por lo que cada caso es un mundo, pero lo importante es reconocer estas emociones (validarlas), darles su espacio y poder explorar no solo estas claves para superarlas, también diferentes formas de transitarlas.
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Bibliografía
- López, R. (2023). Guía de gestión emocional: Cómo sentir todo lo que no nos han enseñado a sentir. Editorial Vergara. https://books.google.es/books/about/Gu%C3%ADa_de_gesti%C3%B3n_emocional.html?id=xgq6EAAAQBAJ&redir_esc=y