La ausencia de luz solar causa pesimismo, cansancio y sueño

Saúl C. Montaño Quintanilla
El mediodía de un radiante verano pone ante nuestros ojos 150 mil lux de iluminación natural. Un día nublado, en cambio, lo reduce a 10 mil. Lo habitual en escuelas, oficinas y casas no supera los 500. Estos bruscos descensos se acentúan con la mudanza de estaciones climáticas y es comprensible entonces que afecten el equilibrio del cuerpo humano, sobre todo del sistema endocrino de la mujer sometida al estrés de responder a cambios constantes y, en ocasiones, extremos.

La ausencia de luz solar causa pesimismo, cansancio y sueño
Una luz brillante —entre 800 y mil lux—instala la mañana en nuestras ventanas. Ella nos despierta el ánimo sin necesidad de café ni tabaco. Con solo mirar al Sol aparece la serotonina, la hormona de la actividad y el buen humor. En cambio, si la iluminación es insuficiente, nuestro cerebro seguirá pasivo, e inducirá al pesimismo, cansancio y sueño.

Pero no siempre es posible resolver estas carencias con iluminación artificial pues esta carece del espectro de colores del Sol. Ni aunque convirtamos nuestros espacios en "arbolitos de Navidad" conseguiremos un efecto similar al de un día de verano, pero si es eso lo que pretende para contrarrestar la carencia de luz que nos impone el invierno y el otoño, es preciso conocer entonces acerca de la temperatura y color de las luces que empleamos.


Baño de sol contra la depresión


Las lámparas incandescentes, por ejemplo, emiten una luz cálida, donde predominan el naranja y el rojo, pero tiene una ausencia total de los tonos de alta frecuencia, verde, azul y violeta. Las fluorescentes, en cambio, proyectan una luz fría y son deficientes en violeta y rojo. Solo una luz de espectro total distribuida correctamente por toda la casa puede hacer que la mente, el sistema endocrino y el sistema inmunológico funcionen a plena capacidad.

Pero como ese sistema de iluminación no está siempre disponible, no pierda la oportunidad de salir durante el día y exponerse, al menos durante media hora, a la luz natural, aunque esta sea escasa, siempre tendrá un efecto mayor y mejor que cualquier otra.

Si percibes que la depresión se está instalando patológicamente en tu cuerpo, intenta ponerle remedio cada mañana con un baño de luz de 30 minutos con una lámpara full spectrum. También están probados los positivos resultados del empleo de una lámpara de fototerapia (10.000 lux) durante el desayuno, o en la mesa de trabajo.

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