6 diferencias clave entre autoestima y autoconfianza: ¿no es lo mismo?

Se habla mucho de la autoestima y de la autoconfianza como aspectos a reforzar para sentirnos bien con nosotras mismas y para fomentar nuestro bienestar interior. Pero, ¿sabemos realmente lo que significan? ¿Son exactamente lo mismo? ¿En qué se diferencian? Aunque puedan parecer conceptos similares (y lo son), presentan sus diferencias, sus matices.

Como veremos, la autoestima tiene que ver mucho con el amor propio, con cómo nos vemos a nosotras mismas y con cómo nos tratamos; es una valoración (sobre todo, a nivel emocional) que hacemos de nosotras mismas. 

Por su parte, la autoconfianza se refiere a aquella confianza en nuestras capacidades, que incluye la creencia de ser capaces de afrontar los obstáculos de la vida y superarlos y la creencia de conseguir los propósitos que nos propongamos.

En este artículo definiremos con más detalle en qué consiste la autoestima y la autoconfianza, para entender de dónde partimos, y posteriormente analizaremos sus 6 diferencias más relevantes. Finalmente, explicaremos si son conceptos que deben aparecer juntos sí o sí (o no) y haremos una breve reflexión sobre los mismos. ¡Toma nota!

Autoestima y autoconfianza: ¿qué son?

Se han elaborado múltiples definiciones para la autoestima y para la autoconfianza, sobre todo desde el ámbito de la psicología. Aquí hemos seleccionado los significados más genéricos de cada concepto, que nos permitan entender bien qué es cada cosa. 

+ Autoestima

La autoestima es el arte de quererse a uno mismo; se trata de una concepción emocional y afectiva. Pero también interpela al ámbito cognitivo ya que, en realidad, engloba todas aquellas creencias, comportamientos y percepciones que tenemos hacia nosotros mismos. 

Generalmente, cuando se habla de autoestima, se concibe el concepto como algo positivo. Tener “autoestima” es quererse bien. Sin embargo, la autoestima también puede ser baja: cuando no nos tratamos bien, no nos valoramos, no marcamos límites con los demás….

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+ Autoconfianza

Por su parte, la autoconfianza implica creer en uno mismo; así, es la confianza hacia uno mismo en diferentes aspectos. Es decir, confiar en los propios recursos, capacidad, habilidades y juicios. 

Tener autoconfianza implica hacer las cosas con seguridad personal y sentir que contamos con atributos y características personales positivas que nos ayudan a tomar decisiones. La experiencia de hacer las cosas bien y el hecho de sentirnos independientes son algunos de los factores que nos ayuda a tener autoconfianza.

Como vemos, autoestima y autoconfianza son conceptos similares, aunque no significan exactamente lo mismo. Ambos se relacionan con la seguridad personal y con ciertos valores personales. 

De hecho, en cierta forma, de una surge la otra; a mayor autoestima, mayor autoconfianza. Pero entonces, ¿cuáles son exactamente las diferencias entre autoestima y autoconfianza? Hablamos de 6 de ellas.

En qué se diferencia la autoestima de la autoconfianza

¿Qué diferencias entre autoestima y autoconfianza encontramos? Analizamos las 6 más relevantes.

1 Autoconfianza: un aspecto de la autoestima

La autoestima engloba una serie de creencias, valores, ideas, elementos… Entre ellos, el de la autoconfianza. Así, podríamos decir que la autoestima es algo mucho más genérico que la autoconfianza y que dentro de la primera se encuentra la segunda. 

La autoconfianza nos ayuda a seguir construyendo una buena autoestima, aunque no es el único “requisito” para gozar de la misma.

2 Función de la autoestima y de la autoconfianza

La función (o funciones) es otra de las diferencias entre autoestima y autoconfianza. En líneas generales, la autoestima está enfocada a hacernos sentir bien con nosotras mismas, a protegernos, amarnos y respetarnos. 

En cambio, la autoconfianza tiene el objetivo de potenciar esa creencia en nosotras mismas, así como el de ayudarnos a tomar decisiones y a conseguir aquello que nos proponemos.

3 Afectividad y seguridad

Otra de las diferencias entre autoestima y autoconfianza hace referencia a lo siguiente; la autoestima está mucho más centrada en la afectividad, mientras que la autoconfianza en la seguridad personal. ¿Qué queremos decir con esto? 

Que en el caso de la autoestima (aunque esta se define también por percepciones y creencias), en ella la afectividad hacia nosotros mismos toma un papel muy relevante. 

En cambio, cuando nos referimos a la autoconfianza, no hablamos tanto de querernos o de valorarnos (afectividad), sino de confiar en nuestras capacidades, criterio y decisiones, lo que tiene que ver con la seguridad personal. En definitiva: la naturaleza de ambos conceptos es diferente.

4 Grado de variabilidad

Aunque tanto la autoestima como la autoconfianza son dos aspectos de uno mismo que pueden sufrir grandes cambios con la vida, lo cierto es que, en general, la autoestima es más estable en el tiempo que la autoconfianza.

5 Origen de la autoestima y de la autoconfianza

La autoestima tiene su origen en la infancia, en el apego y en los primeros vínculos. En cambio, la autoconfianza se va desarrollando un poco más tarde, con las experiencias de la vida.

6 Forma de trabajarlas

Finalmente, otra de las diferencias entre autoestima y autoconfianza radica en la forma de trabajar ambos aspectos. La autoestima se trabaja sobre todo “desde dentro”; indagando en lo que siente la persona, lo que se dice a sí misma, cómo se trata… 

En cambio, la autoconfianza, aunque también puede trabajarse “desde dentro”, se trabaja sobre todo con aspectos exteriores, como por ejemplo: aprender a hablar en público para ganar seguridad personal.

Autoestima y autoconfianza: ¿van siempre unidas?

¿Resulta imprescindible que estos conceptos vayan siempre de la mano? ¿Podemos ser seguras de nosotras mismas y tener una baja autoestima? ¿Y al revés? Vamos a reflexionar sobre ello.

+ Autoestima sin autoconfianza

¿Podemos tener una buena autoestima sin confiar en nosotras mismas? Sí que es posible, aunque lógicamente la autoconfianza nos ayudará a potenciar esa autoestima. Así, podemos valorarnos y querernos mucho pero tener una baja autoconfianza. 

+ Autoconfianza sin autoestima

De la misma forma, también podemos tener buena autoconfianza sin tener una gran autoestima. Pero, como en el caso anterior, si los dos conceptos van unidos, estos se potencian mutuamente.

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Reflexión final sobre la autoestima y la autoconfianza

La autoestima y la autoconfianza son dos conceptos intrínsecamente relacionados. Sin embargo, y como hemos visto, uno puede darse sin el otro; podemos por ejemplo gozar de una buena autoestima pero de una pobre autoconfianza (porque la autoestima es algo más genérico, que engloba ciertas facetas de nuestra vida, como la seguridad personal). 

Y podemos también tener autoconfianza pero una baja autoestima (porque la autoestima se nutre también de otros aspectos que quizás no tenemos trabajados). Sin embargo, como regla general, sí podemos decir que tener una buena autoestima nos ayuda a tener una buena autoconfianza. También, a sentirnos bien con nosotros mismos. 

En cambio, la autoconfianza nos ayuda a conseguir lo que nuestra mente se propone; engloba la creencia de ser capaces de actuar hacia un objetivo y conquistarlo, creyendo en nuestras propias habilidades.

No tiene tanto que ver con el valor que nos otorgamos a nosotros mismos (como ocurre en la autoestima), sino más bien con la creencia de que somos capaces de conseguir aquello que nos proponemos. 

“Todo lo que te sucede es un reflejo de lo que crees de ti mismo. No podemos superar nuestro nivel de autoestima ni podemos atraer hacia nosotros nada más que lo que creemos que valemos.”
-Iyanla Vanzant-

Referencias bibliográficas:

• Alcántara, J. A. (1990). Cómo educar la autoestima. Barcelona: CEAC.
  
• Jiménez, S. (2006). Cuestión de confianza: más allá de la inteligencia emocional. Madrid: ESIC Editorial.

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