Señales para detectar un TCA en mi hijo adolescente: ¿qué debo hacer?

Consejos para gestionar los trastornos alimenticios en adolescentes

Laura Ruiz Mitjana, Psicóloga
En este artículo
  1. Entender antes de detectar: ¿qué son los TCA?
  2. Señales para detectar si tu hijo adolescente padece un TCA
  3. ¿Qué hacer si sospechas de un trastorno alimenticio en tu hijo adolescente?
  4. Un mensaje para ti, como madre o padre de un adolescente con TCA: un rayo de esperanza

Un día parecen estar bien y al siguiente algo parece no encajar, cambios de humor, comportamientos "extraños"… ¿te suena? Y es que, ser madre o padre de un adolescente puede vivirse muchas veces como caminar por un sendero lleno de giros inesperados. Y cuando se trata de la relación con la comida, esta etapa de cambios físicos, emocionales y sociales puede ser un terreno especialmente complicado.

Las señales suelen ser muy sutiles al principio, camufladas en hábitos que parecen inocentes o propios de la edad. Pero, ¿cómo podemos diferenciar entre una fase normal de la adolescencia y algo que podría poner en riesgo su salud y bienestar?

En Diario Femenino hablamos sobre algunas señales de alerta para detectar un TCA en tu hijo adolescente (junto con ejemplos), y sobre qué puedes hacer para ayudarle. Pero recuerda que el diagnóstico siempre deberá realizarlo un psicólogo clínico o un psiquiatra especializado en trastornos de la conducta alimentaria (TCA).

Entender antes de detectar: ¿qué son los TCA?

Los trastornos alimenticios no son simples problemas con la comida. Implican una relación disfuncional con la alimentación y con el propio cuerpo. Entre los más comunes encontramos:

+ Anorexia nerviosa: caracterizada por una restricción extrema de la ingesta de alimentos y un miedo intenso a ganar peso.

+ Bulimia nerviosa: marcada por episodios de atracones seguidos de conductas compensatorias como vómitos, uso de laxantes o ejercicio excesivo.

+ Trastorno por atracón: donde se consume una gran cantidad de alimentos en poco tiempo, acompañado de sentimientos de culpa o vergüenza, pero sin conductas compensatorias.

Es importante saber que estos trastornos a menudo están vinculados a factores psicológicos como la baja autoestima, la ansiedad o el perfeccionismo. Comprender esto te ayudará a ver más allá de la superficie.

Señales para detectar si tu hijo adolescente padece un TCA

Cuando hablamos de detectar un TCA, pensamos en los cambios físicos: pérdida de peso, extremada delgadez o aumento significativo de peso. Pero la mayoría de las veces, las señales más importantes son emocionales y conductuales. ¿De qué hablamos exactamente?

1 Cambios en los hábitos alimenticios

Tu hijo podría empezar a mostrar comportamientos sutiles en torno a la comida, como:

  • Evita comer en familia con excusas como “ya he comido” o “no tengo hambre”.
  • Empieza a cortar los alimentos en pedazos muy pequeños o se toma mucho tiempo para comer.
  • Se obsesiona con leer etiquetas nutricionales o prepara su propia comida de manera estricta.

Un ejemplo para entenderlo mejor: Lucía, de 14 años, empezó a interesarse por recetas "fit" en redes sociales. Al principio parecía un hobbie inofensivo, pero pronto eliminó completamente los carbohidratos de su dieta y se mostraba ansiosa si no podía controlar lo que había en su plato.

2 Cambios emocionales y en el estado de ánimo

Los TCA suelen ir acompañados de cambios en la personalidad. Así, puedes notar que tu hijo:

  • Está más irritable o sensible, especialmente en torno al tema de la comida.
  • Se aísla socialmente, evita reuniones familiares o encuentros con amigos donde haya comida.
  • Muestra un perfeccionismo extremo en otros aspectos de su vida, como los estudios o el deporte.

Ejemplo: Carlos, un chico alegre y sociable, empezó a pasar horas en su habitación tras un comentario inocente de un amigo sobre su peso. Pronto, las risas en familia se convirtieron en monosílabos y ausencias.

3 Cambios en la percepción corporal

Es posible que tu hijo empiece a hacer comentarios negativos sobre su cuerpo o a compararse constantemente con los demás. Puede obsesionarse con mirarse al espejo o, al contrario, evitarlo por completo.

Ejemplo: Sofía, de 16 años, dejó de usar bañador para ir a la piscina porque “no quería que la vieran”. A menudo decía que no era lo suficientemente “delgada” como sus amigas, a pesar de estar en un peso saludable.

4 Rutinas excesivas o rígidas

El ejercicio puede convertirse en una obsesión. Si tu hijo empieza a hacer ejercicio de forma excesiva o muestra rigidez en sus rutinas, esta puede ser otra señal de alerta.

Ejemplo: Diego, de 15 años, empezó a correr todas las mañanas. Lo que parecía un hábito saludable se convirtió en una obligación inquebrantable: incluso con fiebre, salía a correr porque decía que si no, se sentiría "culpable".

5 Cuidado con el papel de las redes sociales y la presión social

No podemos ignorar el impacto de las redes sociales en los adolescentes. Cuerpos aparentemente "perfectos", dietas milagrosas y comparaciones constantes pueden alimentar una percepción irreal de cómo deberían verse.

Ejemplo: Ana, de 13 años, pasaba horas viendo videos de influencers que promovían retos de ejercicio extremo. Esto la llevó a adoptar hábitos restrictivos, como saltarse comidas para intentar parecerse a sus referentes.

Ante este escenario, hablar abiertamente sobre el contenido que consumen en redes y fomentar una visión crítica es un paso necesario y positivo.

¿Qué hacer si sospechas de un trastorno alimenticio en tu hijo adolescente?

+ Hablar con tu hijo/a

Hablar con un adolescente sobre un posible trastorno alimenticio es delicado. La negación y la vergüenza suelen ser respuestas comunes. Estas son algunas claves para abordar el tema:

  • Elige el momento adecuado: busca un momento tranquilo, sin interrupciones, en el que ambos estéis relajados.
  • Habla desde la preocupación, no desde el juicio o el reproche: usa frases como "he notado que últimamente estás preocupado por lo que comes, y me pregunto si todo está bien".
  • Escucha sin interrumpir: es posible que tu hijo no se abra inmediatamente, pero demostrar que estás ahí para escuchar sin juzgar es fundamental.
  • Evita minimizar sus sentimientos: frases como "no es para tanto" o "todos nos sentimos inseguros a veces" pueden invalidar sus emociones. Evítalas.

+ Buscar ayuda profesional

Si las señales persisten y crees que tu hijo podría estar enfrentándose a un TCA, el primer paso es buscar ayuda profesional. Hablar con un psicólogo especializado en adolescentes y trastornos alimentarios es imprescindible.

Un diagnóstico temprano puede evitar complicaciones graves y aumentar las probabilidades de recuperación. Además, recuerda que tú también puedes necesitar apoyo en este proceso: un terapeuta puede ayudarte a gestionar tus propias emociones y a entender cómo actuar.

Un mensaje para ti, como madre o padre de un adolescente con TCA: un rayo de esperanza

Como madre o padre, es natural sentir miedo, culpa o incluso incredulidad si descubres que tu hijo está enfrentándose a un TCA. Pero te recordamos algo importante: esto no es tu culpa. Los trastornos alimenticios son complejos, y su aparición no significa que hayas fallado. Al contrario, tu amor y tu disposición para estar presente son fundamentales para que tu hijo encuentre el camino hacia la recuperación.

Aunque los trastornos alimenticios asustan, y es normal, la recuperación es posible. Con apoyo profesional, un entorno familiar amoroso, seguro y validante y mucha paciencia, tu hijo puede aprender a sanar su relación con la comida y consigo mismo.

Y sobre todo, recuerda: estar atento no significa estar paranoico. Las señales están ahí, y la conexión que tienes con tu hijo es tu mejor herramienta para detectarlas. Si lees estas señales para detectar si tu hijo adolescente tiene un TCA y algo en tu interior resuena, confía en tu instinto. Hablar, preguntar y buscar ayuda puede ser el primer paso para cambiar la vida de tu hijo.

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