Resentimiento: cómo gestionarlo y superarlo para que no se enquiste
Permitirte sentir ese rencor es el primer paso para poder soltarlo
- ¿Qué es el resentimiento?
- ¿Cómo superar el resentimiento?
- Valida tu emoción: tienes derecho a sentirla
¿Alguna vez has sentido resentimiento hacia algo o alguien? ¿Crees que la emoción te ha superado o que has sabido gestionarla?
Las emociones son respuestas del organismo, reacciones fisiológicas que implican una serie de consecuencias a nivel físico, psicológico y conductual. Por ejemplo, si sentimos tristeza, nos puede apetecer estar solas, llorar, estamos más decaídas físicamente…
Las emociones merecen ser reconocidas y, sobre todo, expresadas, porque son adaptativas y porque nos guían a la hora de tomar decisiones (eso sí, a veces conviene pasarlas por el filtro de la razón). Todas las emociones deben ser expresadas, incluido el resentimiento, la emoción que abordaremos hoy.
Para superar el resentimiento deberemos encontrar nuestra propia manera de identificarlo, gestionarlo y expresarlo; sin embargo, para ayudarte un poco, desde Diario Femenino te proponemos 6 ideas clave sobre cómo gestionar y superar el resentimiento.
¿Qué es el resentimiento?
Pero, ¿qué es el resentimiento? El resentimiento puede definirse como un sentimiento persistente de disgusto o enfado hacia alguien o algo por considerarlo causante de cierta ofensa o daño sufridos. Aparece también cuando alguien no se comporta según nuestras expectativas y, además, nos daña. Se manifiesta de diferentes formas: a través de palabras o actos hostiles, de ira o rabia, enfado, etc.
Algunos autores lo entienden como una emoción, siendo esta compleja, ya que suele perdurar en el tiempo. Está formada por otras emociones como la ira, el dolor, la frustración o la decepción. En definitiva: cuando alguien nos daña o nos decepciona y “no lo perdonamos”, aparece en nosotros este sentimiento.
Pero es importante saber que, si esta emoción no se trata, puede enquistarse y generarnos más dolor que beneficio. En este sentido, puede generarnos auténtico malestar. ¿Se puede llegar a superar el resentimiento hacia alguien? ¿De qué manera?
¿Cómo superar el resentimiento?
Sin más preámbulo, te dejamos algunas ideas clave que te ayudarán a superar esta emoción de forma adaptativa y saludable para ti. ¿Por dónde empezar?
1 Determina si se trata de resentimiento o de otra emoción
El primer paso a la hora de superar el resentimiento será identificar nuestra emoción. Pregúntate: ¿se trata realmente de resentimiento? ¿O es otro tipo de rabia? ¿Es tristeza, en realidad? ¿Es miedo?
Las emociones son complejas y a veces una emoción puede quedar enmascarada por otra. Por eso, el primer paso será identificar qué sentimos. Si se trata realmente de resentimiento, podemos pasar al siguiente paso sobre cómo superar el resentimiento.
2 Identifica qué origina ese resentimiento
Será importante también identificar qué origina ese resentimiento. ¿Cuál es su causa? ¿Está dirigido a una persona, a una cosa, a una situación injusta o que nos ha dolido…? Identifica de qué se trata. Esto te ayudará a ordenarte mentalmente y a clarificar tu situación. Así, delimitar la fuente de ese resentimiento nos permite tomar conciencia de hacia dónde se dirige nuestra rabia o nuestro dolor.
3 Localiza esa emoción en tu cuerpo y permítete sentirla
Una vez identificada la causa que origina este resentimiento (y localizada la persona por la que sentimos esta emoción, o la cosa o situación), probemos a localizar esa emoción en el cuerpo. ¿Dónde la sientes y de qué forma? Puedes hacerlo a través de este sencillo ejercicio propio del mindfulness: siéntate en una silla, con la espalda recta, los pies en el suelo y las manos sobre los muslos (con las palmas de las manos hacia abajo). Cierra los ojos y déjate sentir por esa emoción; focaliza tu atención en ella.
Si lo necesitas, prueba a visualizar mentalmente la persona o situación que te generan esta emoción de resentimiento. Intenta identificar dónde sientes y qué sientes: ¿presión? ¿Tensión interna? ¿En el pecho? ¿En la barriga? Una vez identifiques la sensación y el lugar, sitúa tu mano encima de esa parte del cuerpo, déjate sentir la emoción y respira profundamente desde ahí. Como si esa parte del cuerpo ahora fuera tu nuevo pulmón. Verás como al principio el resentimiento aumenta (porque focalizas tu atención en él), pero, poco a poco, disminuye hasta casi desaparecer. Finalmente, no te juzgues por sentirlo; deja que siga fluyendo en tu mente y en tu cuerpo esta emoción.
4 Analiza qué pensamientos, emociones y conductas origina el resentimiento
Otra idea clave sobre cómo superar el resentimiento es la siguiente: prueba a anotar qué pensamientos, emociones y conductas origina esta emoción. Puedes escribirlo en una libreta, en una serie de columnas, e incluso, especificar aún más; qué ocasiona a corto, medio y largo plazo (y cuánto hace que esto es así).
Una vez anotado, reflexiona sobre ello. Escribir puede resultar terapéutico en varios sentidos: ayuda a focalizar la atención sobre aquello que nos preocupa (lo que nos permite resolverlo), a tomar conciencia sobre lo que nos ocurre al verlo escrito en un papel y, además, nos permite desahogarnos, reducir la tensión interna. Después de leer lo que has escrito, pregúntate; ¿se trata de conductas, pensamientos y emociones negativas? ¿Realmente me ayudan o me perjudican? ¿En qué sentido? ¿Debo cambiarlo(s)? ¿De qué forma?
5 Diferencia aceptar de perdonar u olvidar
Recuerda que no es lo mismo aceptar que perdonar u olvidar. Cuando nos acaban de dañar, lo más frecuente es que aparezca dolor, decepción, ira, enfado, rabia… Pero, con el tiempo, si esa emoción no se gestiona adecuadamente, no se afronta, podemos empezar a sentir resentimiento. ¿Por qué? Porque ni perdonamos, ni olvidamos y, mucho menos, aceptamos lo que nos pasó.
Para empezar a superar el resentimiento, es importante que entiendas la diferencia entre estos conceptos; aceptar implica asimilar una realidad, decir “de acuerdo, me pasó esto, esto forma parte de mi historia”. Es, en cierta manera, una integración de la experiencia (normalmente, el paso final en un proceso de duelo o de decepción).
En cambio, perdonar implica aceptar las disculpas del otro, aceptar que las cosas fueron como fueron y sentir que ya no queda rencor dentro de nosotros. Perdonar implica soltar y liberarse, por eso es tan gratificante hacerlo (si se hace de corazón). Y finalmente, olvidar puede significar “borrar” las experiencias que nos pasaron de nuestra mente (lo cual es imposible), por eso también se entiende como “dejar que algo del pasado interfiera en nuestro día a día”. No hace falta olvidar para dejar de sentir resentimiento, pero sí hace falta aceptar y para ello, muchas veces es imprescindible perdonar (¡y perdonarse!).
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6 Integra tu experiencia
El paso final a la hora de superar el resentimiento es integrar la experiencia como parte de nuestra historia. Y para ello hemos de haber pasado por el punto anterior (la aceptación).
Cuando aceptamos las cosas que nos suceden como parte de nuestra vida (y eso implica aceptar que las personas nos fallarán, nos decepcionarán…), aceptamos la vida en su totalidad. Y el resentimiento va minando hasta desaparecer. Ya no sentimos ese dolor, esa tristeza o esa rabia, porque nos hemos permitido transitarla y al final solo no queda una cosa, la más valiosa de todas: el aprendizaje.
Valida tu emoción: tienes derecho a sentirla
El resentimiento es una emoción compleja que está formada por otras emociones como la rabia, el dolor o la tristeza. Recuerda que, si quieres empezar a afrontar y superar el resentimiento, lo primero que deberás hacer es permitirte sentirlo.
Asume que está ahí, valida tu emoción. Si está ahí es por algo, y es lícito que la sientas. No la juzgues. Tolérala y verás como poco a poco empieza a desaparecer. Pero, sobre todo, no le tengas miedo; el resentimiento, como toda emoción, también te está intentando mostrar algo; averigua qué es y ¡empieza a soltar!
Referencias bibliográficas:
- Bisquerra, R., Punset, E., Gea, A., & Palau, V. (2015). Universo de emociones. Valencia: PalauGea.
- Redorta, J., Alzina, R. B., & Galdós, M. O. (2006). Emoción y conflicto: aprenda a manejar las emociones.
- Szasz, P.L.; Szentagotai, A. & Hofmann, S. (2010). The Effect of Emotion Regulation Strategies on Anger. Behaviour Research and Therapy, 49(2).
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