Miedo a casarme o a formar una familia: por qué tengo miedo al compromiso
5 motivos por los que el compromiso en pareja te aterroriza
- Las 5 razones por las que el compromiso te aterra
- Averigua cuál es tu miedo realmente
El miedo al compromiso es aquel temor que tienen algunas personas de comprometerse a largo plazo en una relación. Este miedo puede surgir a la hora de casarse, por ejemplo, o de formar una familia (compromisos más sólidos).
Es un tipo de miedo que puede llevar a la persona a abandonar las relaciones cuando ven que se ponen “serias”, o cuando la otra persona reclama más compromiso. Puede generar ansiedad y hace que las personas no logren mantener relaciones duraderas.
Cuando presionamos a alguien con miedo al compromiso a que se comprometa, lo que suele suceder es que esta rompe la relación o simplemente se va. Que una persona tenga miedo al compromiso no significa que no sepa amar, significa que el miedo que padece es superior a ese amor. Para estas personas, la idea de comprometerse les abruma.
Y tú, ¿tienes miedo al compromiso? ¿Eres tú quien está experimentando esta sensación que te impide construir vínculos a largo plazo y duraderos? ¿Te da miedo casarte o formar una familia? ¿Te gustaría saber qué se esconde tras este miedo? Vamos a conocer algunas de sus posibles causas.
Las 5 razones por las que el compromiso te aterra
Existen diversas razones que explicarían por qué tienes miedo al compromiso. Muchas veces, los miedo solo hacen que “camuflar” o tapar otros miedos aún más profundos. Aunque la razón solo puedes encontrarla dentro de ti misma, aunque aquí proponemos algunas de las más frecuentes para que reflexiones:
1 Inmadurez afectiva
La inmadurez afectiva podría explicar ese miedo al compromiso. Esta inmadurez se explica por diversas razones: por ejemplo, ser aún muy joven, o no haber vivido aún muchas experiencias a nivel emocional (o en la vida, en general). Estas razones podrían explicar por qué aún no has desarrollado las herramientas necesarias para hacer frente a determinados eventos o situaciones.
Hemos de entender que la inmadurez afectiva implica la persistencia, en el adulto, de conductas infantiles en su organización psicológica de la personalidad y en sus relaciones interpersonales. Esto puede hacer que la persona sea incapaz de comprometerse a largo plazo en sus relaciones porque eso implica un mínimo de madurez y responsabilidad.
2 Miedo a perder la independencia o la libertad
Otra de las causas más frecuentes de ese miedo al compromiso es el miedo a perder ciertas cosas, como por ejemplo la sensación de independencia o libertad. Sin embargo, es algo que podemos trabajar hablándolo con nuestra pareja, estableciendo límites y concretando qué entendemos por una relación, qué áreas o hábitos de nuestra vida deseamos preservar, etc.
Por otro lado, hemos de tener en cuenta que hay mil tipos de relaciones y que la nuestra no tiene por qué basarse en la dependencia y mucho menos tiene por qué limitar nuestra libertad.
3 Miedo a perder el control de nuestra vida
Las personas que se han construido a sí mismas, que han vivido muchos años de forma independiente, que han tenido que afrontar muchas cosas solas… pueden, al conocer a alguien importante en su vida, presentar este miedo a perder la libertad, pero también el control de su vida.
Es algo bastante razonable de entender, y quizás es tu caso; sin embargo, en estos casos, debes entender la diferencia entre desear mucho la independencia y tener miedo al compromiso. Así, hay personas que, no es que tengan el miedo al compromiso, sino que les gusta demasiado su independencia y no quieren cambiarla por otra cosa.
Y también es lícito. Pero si te ocurre lo segundo, si realmente te da pánico enamorarte y formar una relación estable, casarte o incluso, formar una familia, aunque es algo que desearías, te animamos a trabajar tus miedos más profundos para que estos no te limiten.
4 Miedo a perderte a ti misma
Otra posible causa de ese miedo al compromiso, relacionada a su vez con otros miedos ya mencionados, es el miedo a perderse a una misma. Quizás por el hecho de haber vivido experiencias pasadas donde esto ha ocurrido (por ejemplo, estar en relaciones muy dependientes, donde has sentido que tu identidad se basaba en la de la otra persona y poco a poco has ido perdiendo tu individualidad), has acabado desarrollando el miedo al compromiso.
Y también es entendible. Todo lo que somos y lo que hacemos ocurre por algo y muchas veces ese “algo” se encuentra en nuestra historia de vida. Sin embargo, este miedo a perderte a ti misma muchas veces es irracional, ya que no todas las relaciones que viviremos a lo largo de la vida serán del mismo tipo.
Si deseas realmente comprometerte, pero hay un miedo aún más profundo que te lo impide, te animamos a trabajarlo; la terapia psicológica puede ser una buena opción en estos casos.
5 Miedo a las responsabilidades
Sobre todo si hablamos de casarnos o de formar una familia, está claro que el compromiso es aún mayor que si “simplemente” inciamos una relación formal de pareja. En los primeros casos, las responsabilidades asociadas también son mayores y hay personas que no desean estas responsabilidades (ya sea por inmadurez emocional, porque desean preservar su vida actual sin “ataduras”, porque no han encontrado la persona para comprometerse, etc).
Quizás tú no deseas tener hijos, por las razones que sean, y es lícito. Quizás nunca te habías imaginado casándote (y no se trate de miedo, sino de que es algo que no te hace ilusión). Como hemos visto anteriormente, deberás averiguar si se trata de miedo o de que es algo que, simplemente, no te llama, no te apetece vivir. Todo es lícito, pero deberemos siempre ser honestas con nuestras parejas si vemos que ellas piden o necesitan una cosa diferente a la nuestra.
Averigua cuál es tu miedo realmente
¿Qué se esconde tras el miedo a comprometerse? Como hemos visto, a veces se esconden miedos aún mucho más profundos. Y es que puede ocurrir -y ocurre- que lo que hemos vivido nos esté influyendo (por ejemplo, habernos comprometido en el pasado y que nos hayan fallado, puede hacer que tengamos miedo de hacerlo en la actualidad).
Por eso, te animamos a descubrir tu verdadero miedo; ¿es realmente el miedo a tener una relación “seria”, a casarte o a formar una familia? ¿O es un miedo a perder la libertad? ¿A perder todo aquello que has construido de forma independiente, a nivel emocional?
Ten en cuenta que las relaciones pueden basarse en la no-dependencia y que puedes conservar muchas cosas que consideras importantes en tu vida (como la libertad), aún estando en pareja. Todo es cuestión de dialogar lo que necesitas con tu pareja y de “negociar” qué necesitáis los dos.
¿Es realmente miedo? Otra cosa es que no se trate de miedo, sino que, simplemente, no te apetezca comprometerte o no encuentres a la persona con la que sientes que vale la pena hacerlo. Son cosas diferentes y deberás hacer un poco de introspección en ti misma para averiguar qué quieres, qué necesitas y si hay algún tipo de bloqueo emocional interno (o miedo) que esté interfiriendo en lo que tú deseas realmente.
Referencias bibliográficas:
- Reeve, J. (2010). Motivación y emoción (5ª Edición).McGraw-Hill/Interamericana. México.
- Vaquero, C. y Vaquero E. (2010). Psicología. México, Esfinge.
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