Esenciales diferencias entre emociones y sentimientos: NO son lo mismo

¿Qué es una emoción y qué es un sentimiento?

Laura Sánchez, Filóloga
Revisado por Desirée Infante, Psicóloga
En este artículo
  1. Qué es una emoción
  2. Qué es un sentimiento
  3. Diferencias fundamentales entre emociones y sentimientos
  4. ¿Sabes cuáles son las emociones básicas?

Lo utilizamos muchas veces como sinónimos, pero lo cierto es que no son lo mismo y que hay muchas diferencias entre emociones y sentimientos. Tal vez la confusión se deba al uso del verbo "sentir". Cuando decimos me siento triste, puede estar haciendo referencia tanto a una emoción como a un sentimiento. Porque no solo sentimos los sentimientos, también sentimos las emociones. Si esto te parece un poco lío, sigue leyendo porque en Diario Femenino aclaramos los conceptos.

Qué es una emoción

La emoción se genera en el sistema límbico y es una reacción compleja o un conjunto de respuestas neuroquímicas y hormonales ante un estímulo externo o interno. Los estímulos pueden ser, como decimos, externos en el caso del miedo que sientes cuando ves una araña o internos, como la tristeza que te llena cuando recuerdas la muerte de un ser querido.

Hay que aclarar que las emociones son temporales, duran muy poco tiempo. Tal vez estés dudando de que sea tan poco tiempo, pero es cierto. Si duran más, es porque nos estamos resistiendo a esa emoción, porque la invalidamos, porque no la aceptamos o porque dejamos que aparezca un sentimiento con respecto a esa emoción. Pero la emoción en sí, por tratarse de una respuesta automática puede durar muy poco tiempo, todo depende de lo que hagamos con ella.

Qué es un sentimiento

Entender qué es una emoción puede aclararte un poco mejor el concepto de sentimiento. Si ya hemos visto que la emoción es una reacción automática, el sentimiento se produce a través del pensamiento. Aunque también sea un proceso rápido y a veces menos consciente de lo que nos gustaría, el sentimiento es la forma en la que interpretamos nosotros la emoción.

En el momento en que la emoción se ve acompañada de un sentimiento entran en juego los pensamientos. Esos pensamientos irracionales, obsesivos, catastrofistas, recurrentes o intrusivos que hacen que ese estado de ánimo se nos enquiste y no podamos salir de ahí.

Por decirlo de alguna manera, el sentimiento sería la mezcla de emoción más pensamiento. Y aquí llegamos a esa delicada parte en la que sin darnos ni cuenta estamos juzgando o valorando la emoción, generalmente por nuestras experiencias o aprendizajes, o por cómo en la infancia nos han enseñado. Ese cóctel que suele acabar en problemas de ansiedad o en una depresión.

¿Qué es un sentimiento y qué es una emoción?

Diferencias fundamentales entre emociones y sentimientos

Por eso, es importante entender las diferencias entre emociones y sentimientos, porque así sabremos mejor qué hacer con ellos o, más bien, qué no hacer. ¿Buscas el secreto? No juzgar la emoción, sea la que sea. No sentirte culpable por ella, no pensar que no tienes derecho a sentirla, no pretender ignorarla o evitarla porque es molesta, no pensar que eres peor persona por tenerla, que es lo que hacemos generalmente con ellas. Y eso es precisamente lo que nos lleva a mantener y a aumentar el malestar. Se trata, en definitiva, de valorar cómo te sientes para poder aceptarlo.

+ Las emociones y los sentimientos se pueden diferenciar por el tiempo de duración. Una emoción es un estado mental transitorio que puede desaparecer enseguida. Si, por ejemplo, estás en el campo y ves una serpiente, notarás miedo, pero ese miedo se irá en cuanto la serpiente o el peligro desaparezcan. Sin embargo, tal vez el miedo se quede y, en ese caso, ya no será una emoción sino un sentimiento que han provocado tus pensamientos pensando en el peligro que has pasado, en que hubiera podido hacerte daño. Cuanto más tiempo pases pensando en ese sentimiento, más tiempo se quedará.

+ El orden de aparición es un importante diferenciador. Primero aparece la respuesta de la emoción y luego ya, mezclada con los pensamientos da lugar a un sentimiento o a varios diferentes. Porque una misma emoción puede provocar muchos sentimientos.

+ La dualidad consciente e inconsciente también marca la diferencia entre emociones y sentimientos, aunque a veces no sea más que una fina línea. Las emociones son inconscientes, automáticas, mientras que los sentimientos son resultado de un proceso cognitivo consciente.

+ La gestión que podemos hacer de las emociones y de los sentimientos es muy diferente. Aunque hablamos siempre de aprender a gestionar las emociones, no podemos hacerlo, las emociones van a aparecer queramos o no, sepamos o no gestionarlas. En realidad, lo que debemos aprender es a gestionar los sentimientos para que no nos impacten tan negativamente, para no prestarles tanta atención o tanta importancia.

¿Sabes cuáles son las emociones básicas?

Conceptos lingüísticos aparte, seguimos intentando gestionar las emociones de una forma más inteligente y positiva. Aunque ahora ya sabemos que tal vez no sean las emociones lo que tenemos que gestionar, sino los sentimientos que se crean a través de ellas.

Pero para aprender a gestionar los sentimientos, las emociones y hasta los pensamientos, primero es preciso identificar con qué estamos trabajando. Las emociones pueden resultar difíciles de explicar y se escurren entre las definiciones. Pueden parecer un concepto abstracto que pasa a ser muy preciso en el momento en el que se presenta. Porque puede que no podamos expresar nuestras emociones en todo momento, pero podemos sentirlas de forma muy evidente y muy real.

Y como todo esto se trata de un aprendizaje continuo, nos preguntamos ¿cuáles son esas emociones que todos sentimos independientemente de nuestra cultura, edad o lugar de nacimiento? Se trata de las emociones universales, de las emociones básicas o primarias, aunque a partir de ellas se pueden ir descubriendo muchas más. Y todas ellas deben aceptarse porque todas ellas tienen una función. Nos fijamos en el Trabajo de Fin de Grado sobre emociones básicas de Mª Visitación Vigo Arroyo (Universidad CEU Cardenal Herrera) para definirlas: 

+ El miedo. La consideramos una emoción negativa, pero en realidad es la que nos ha ayudado a sobrevivir. Esta emoción nos alerta del peligro para que podamos actuar, por lo que nos conviene sentirla. Es cuando el miedo se convierte en un sentimiento motivado por nuestros pensamientos y no por un estímulo real de peligro cuando se convierte en nuestro enemigo.

+ La tristeza. Esta emoción es una de las que intentamos evitar y a veces la escondemos haciéndola aún más grande. Es un estado de abatimiento y desesperanza muy ligado a la sensación de pérdida.

+ La alegría. Es la emoción más deseada y buscada porque es la sensación de placer, de bienestar o de felicidad. Se acompaña de sensaciones de amor, cariño, cuidado, comprensión o apoyo.

+ La ira. Es la emoción hostil, a veces violenta y agresiva, a veces más apaciguada en forma de simple enfado. Pero en todo caso va acompañada de resentimiento, sensación de amenaza, inseguridad y peligro.

+ El asco. Esta emoción tiene el carácter instintivo muy marcado y con ella vemos claramente cómo no la podemos evitar. Se puede sentir asco de una animal, de una comida, de un objeto, de una escena, de una persona o incluso de un comportamiento.

+ La sorpresa. Algunos autores incluyen la sorpresa entre las emociones básicas y es tan instintiva como el asco. En la sorpresa es en donde mejor podemos observar que el tiempo de duración de las emociones es limitado.

Como ves, queramos o no, estas emociones básicas están ahí y las vamos a sentir. Señal de que estamos vivos. No dejes que te molesten demasiado porque son solo reacciones ante estímulos. El trabajo viene después, para intentar lograr que el pensamiento no transforme esa emoción en un pesado sentimiento que se mantenga en el tiempo y que te atrape en ese estado.

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