Emociones o situaciones que ocurren durante el duelo (y que son normales)

El duelo es el viaje que iniciamos, emocionalmente, cuando debemos afrontar una pérdida significativa en nuestra vida. Afrontar la realidad de una pérdida es una situación dolorosa, ya sea en una situación de ruptura, por la muerte de un ser querido…

En el caso de la muerte, además, debemos afrontar el reto de entender que esa persona ya no está en el espacio físico que es el de la tierra, pero sí lo está en el terreno emocional, en los recuerdos y en la huella que ha dejado en nosotros, con nuestra forma de ser, de mirar, de vivir.

En un proceso de este tipo, es normal que experimentemos sentimientos contrapuestos, y que a veces incluso tengamos la sensación de que hemos perdido la cabeza. Aparecen preguntas frecuentes: ¿es normal esto que siento? ¿Y esto que me pasa? Pero, ¿qué es normal realmente? Está claro que para cada persona, el significado de "normal" diferirá, y en Diario Femenino vamos a hablarte de emociones o situaciones que ocurren durante el duelo y que son muy normales.

Emociones que son completamente normales en el proceso de duelo

Sí, es normal sentir cosas "anormales" en el duelo. Pero ya te adelantamos que la respuesta es sí, que es normal; probablemente todo lo que estés viviendo en un proceso de duelo, y si el duelo no se convierte en patológico, sea totalmente normal. Y aquí entendemos "normal" como natural, lícito, coherente a la situación de pérdida, válido, innegable.

Pon el adjetivo que prefieras; pero recuerda, independientemente de si eso sea "normal" o no, si lo sientes así, está bien, aunque a veces duela y mucho. Hablamos en este artículo de cosas que ocurren en el duelo que son normales, aunque a veces no lo creamos, y de por qué aparecen. Nos focalizamos en las cosas que nos pueden impactar o chocar en primera instancia pero que, insistimos, son normales y, por lo tanto, merecen ser aceptadas y validadas.

1 Sentir la presencia de esa persona es normal en el duelo

Una cosa muy normal en el duelo es sentir la presencia de esa persona que ya no está (sobre todo, al inicio del duelo, aunque también podemos experimentar esta sensación años después). Podemos sentir que esa persona está cerca, al lado, que nos rodea, que nos habla o incluso, que nos protege. Esto ocurre sobre todo con personas que han sido muy importantes en nuestro camino, que creían en nosotros y que nos conectaban con lo mejor de cada uno. También, con aquellas personas con las que nos sentíamos tranquilas y a salvo.

Y es que cuando sobreviene el duelo, cuando la realidad de afrontar esa pérdida ya es inesquivable, sentimos muchas veces la sensación de estar a la intemperie. Y en esa intemperie, en nuestra mente se forma la necesidad, tanto física como mental, de seguir sintiendo (o viendo) a esa persona.

Esa persona que nos protege de tanto dolor y de tanta incertidumbre, de las emociones a flor de piel y de la intensidad innegable del sufrimiento. Según María Ramos, terapeuta especializada en duelo, es posible sentir y escuchar a nuestros seres queridos fallecidos, y además, su mensajes son importantes, porque nos ayudan a saber quiénes somos (y quiénes hemos sido junto a ellos). Y es que hay cosas que la muerte no puede tocar, como son las conexiones, la presencia del otro y el amor más allá del tiempo y de la propia muerte.

2 Sentir euforia en el proceso del duelo es normal

Sentir euforia también es algo normal en un proceso de duelo. Nos impacta y nos extraña porque estos momentos de euforia nos pueden llegar a desestabilizar. Son momentos difíciles de gestionar, ya que la euforia no es "sentir alegría", es sentir una intensidad emocional que se desborda, sentir que perdemos el control de las emociones, sentirnos hiperactivadas, nerviosas o actuando con mucha impulsividad.

Por ejemplo: reír en situaciones inadecuadas, o pensar de forma muy acelerada. Necesitar el riesgo, buscar las sensaciones más intensas. Estos "subidones" no son más que nuestras emociones autorregulándose; a veces, incluso, puede ser una forma que tiene nuestra mente de aislarse del dolor, de huir de él.

Son fases que vienen y van, ya que el duelo no es un proceso lineal, pero que con el tiempo y la aceptación de la pérdida se van espaciando hasta desaparecer.

3 Tener miedo del futuro, un síntoma natural en el duelo

Tener miedo de lo que vendrá también es un síntoma natural en el duelo. Y es que nuestra mente se activa en modo alerta, temiendo revivir lo que ya nos ha hecho (y nos está haciendo) sufrir. El hecho de perder a alguien a quien amamos (sobre todo, si es de forma abrupta), nos lleva a entender que las cosas malas le pueden pasar a cualquiera, y en cualquier momento.

Y de ahí nace ese miedo al futuro: miedo a lo malo que pueda venir, miedo a lo nuevo, a lo desconocido. Pero recuerda, todas las emociones cumplen una función; abraza a ese miedo, dile que lo entiendes y hazle espacio, para que se vaya cuando esté preparado para hacerlo.

4 Volvernos más impacientes y/o irritables es muy común en el duelo

Otra de las cosas que ocurren en el duelo que son normales es el hecho de tener menos paciencia. Esto sucede, muchas veces, por ese agotamiento físico y mental que nos deja el propio proceso de duelo. Así, sin esa energía que antes sí teníamos, resulta difícil gestionar ciertas situaciones con tranquilidad y paciencia, porque estamos al límite, y las cosas también no afectan más.

Y lo mismo ocurre con la irritabilidad; claro que las cosas nos afectan más, porque, como decíamos, estamos más sensibles. Así que, si notas que pierdes la paciencia con más facilidad, y te notas más irritable, piensa que es algo totalmente normal en tu situación.

5 Sentirse agotada/o es normal durante la etapa del duelo

En línea con lo comentado, sentirse agotada, tanto física como mentalmente, también es otra de las cosas que ocurren en el duelo que son normales. Piensa que ahora mismo, todos tus recursos (físicos, cognitivos y emocionales), están destinados a tratar de afrontar esta situación de pérdida tan dolorosa.

Estás intentando recomponerte, adaptarte a una nueva realidad sin esa persona. ¡Por supuesto que estás agotada! Por eso es tan importante que no te exijas más de la cuenta, que aceptes tu momento de vulnerabilidad y, sobre todo, que te cuides mucho (hábitos de sueño, alimentación…), aunque ahora mismo te cueste hacerlo. Mereces ser cuidada.

¿Cómo afrontar las emociones o situaciones que ocurren durante el duelo?

Sabemos que cada situación y persona es un mundo, y que cada una de las cosas mencionadas (y otras) requerirá una serie de acciones concretas. Por otro lado, recuerda que tú mejor que nadie se conoce, y que irás aprendiendo por el camino lo que necesitas; y si no deseas transitar este camino sola, o si la situación te supera, sobre todo: ¡pide ayuda!

Tanto a familiares y amigos como a profesionales de la salud mental. Pese a todo ello, y sabiendo que cada situación es única, sí podemos hablar de algunas ideas generales que pueden ayudar a cualquier persona que esté transitando un proceso de duelo:

+ Acepta todas estas cosas que no entiendes (quizás más adelante llegarán las respuestas).

+ Respeta tus ritmos y los momentos en los que necesites soledad.

+ Rodéate de personas que te aporten, evita aislarte todo el tiempo.

+ Valida tus emociones.

+ Cuídate mucho (intenta descansar, cuidar la alimentación…).

+ No te exijas demasiado; quizás no sea el momento para hacerlo.

+ Haz deporte cuando te sientas capaz, o al menos, intenta salir a caminar (la naturaleza puede reconfortarnos en estos casos).

+ Y por último, sobre todo: pide ayuda si sientes que la necesitas.

Ahora que conoces todas las emociones o situaciones que ocurren durante el duelo y que son completamente normales, es hora de actuar y afrontarlas a tu ritmo, teniendo en cuenta todos los consejos que ya te hemos mencionado. ¡Cuéntanos en comentarios tu experiencia!

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