Duelo anticipado: características y fases del duelo antes de la pérdida

Todo lo que debes conocer sobre el duelo anticipatorio

Laura Ruiz Mitjana, Psicóloga
En este artículo
  1. Duelo anticipado: ¿qué es?
  2. Características del duelo anticipado
  3. Las etapas y síntomas del duelo anticipado 
  4. ¿Cuándo surge el duelo anticipado?

El duelo es la reacción emocional ante la pérdida, que surge cuando esta se produce; pero cuando la pérdida ya se anticipa, experimentamos el duelo anticipado, un tipo de duelo que transitamos antes de que se produzca realmente la pérdida (días, meses o incluso años antes). Es especialmente habitual en pacientes y familiares con enfermedades degenerativas y/o terminales.

A través de esta reacción emocional, la persona va "preparándose" psicológicamente para un desenlace, aunque lo cierto es que no sabemos cómo nos afectará la pérdida hasta que realmente suceda, si es que acaba sucediendo.

Hablamos de un duelo finito, que puede alargarse mucho tiempo pero que tiene lugar siempre antes de la pérdida; cuando esta sucede, entonces entramos en la fase del duelo "normal". Una particularidad de este tipo de duelo es que, a diferencia del duelo normal, el duelo anticipado se suele intensificar a medida que pasa el tiempo y, además, la negación suele aparecer con más facilidad (primera fase del duelo). 

El duelo anticipado puede coexistir con fases de esperanza intercaladas, en las que la personas conecta con esta emoción, con este estado de fe y creencia de que las cosas pueden ir bien, y de que finalmente la pérdida puede no llegar porque la persona o el ser querido se recupera. ¿Qué más sabemos del duelo anticipado? En Diario Femenino te contamos las características y fases del duelo antes de la pérdida.

Duelo anticipado: ¿qué es?

Como hemos visto, el duelo es la reacción emocional ante cualquier pérdida significativa en nuestra vida, ya sea la pérdida de un ser querido o de una mascota, u otras situaciones como vivir una ruptura, una mudanza, o incluso, un cambio de trabajo.

Hablamos de un proceso de sanación y de recuperación hacia la aceptación emocional de la nueva realidad, y sobre todo, en los casos de fallecimiento o ruptura, de la adaptación a la nueva realidad sin esa persona. Este proceso emocional se manifiesta inmediatamente después de cualquier pérdida.

Sin embargo, a veces el duelo se inicia antes de la pérdida; es entonces cuando hablamos del duelo anticipado, también conocido como pre-duelo o duelo anticipatorio. Pero, ¿de qué hablamos exactamente?

Hablamos del proceso de duelo que empieza antes de que tenga lugar la pérdida de la persona o el objeto amado, una pérdida que, se sabe que más pronto que tarde, llegará. Aunque se trata de un duelo que se conoce poco, existen diversos estudios que reflexionan sobre este proceso a nivel teórico y filosófico.

Características del duelo anticipado

El duelo anticipado se inicia antes de la pérdida en cuestión (puede ser días, meses o incluso años antes). Este tipo de duelo comparte signos con el duelo habitual (que surge tras la pérdida), y por ello la persona que lo transita puede pasar por las mismas 5 etapas que ya describió en su momento la psiquiatra y escritora ​​suizo-estadounidense Elisabeth Kübler-Ross.

Recordemos, estas fases pueden darse de forma cíclica (no tiene por qué ser algo lineal) y desordenada, y la persona no tiene que pasar por todas ellas (además, puede ir "hacia adelante y hacia atrás" por cada una de estas fases); hablamos de:

- La fase de negación o shock

- La fase de ira

- La fase de tristeza

- La fase de negociación

- La fase de aceptación

Las etapas y síntomas del duelo anticipado 

Sin embargo, aunque estas fases pueden darse también en el duelo anticipado, algunos autores han hablado de unas fases aún más específicas en este tipo de duelo. En relación a ello, Umair Majid y Adedoja Akande, en un artículo del 2021 publicado en The family Journal, proponen las siguientes 4 fases, que suceden en diferentes momentos:

1 Momento del diagnóstico

Se descubre la posibilidad de perder a la persona querida (o de ser nosotros quienes padecemos una enfermedad grave, por ejemplo). En estos momentos puede aparecer negación, rabia, aturdimiento, frustración, tristeza

2 Transición a cuidados hospitalarios

Se pierde la rutina hogareña, en caso de ingreso, y se afronta una realidad totalmente nueva y desconocida, lo que genera mucho estrés. Puede ocurrir, con el tiempo, que se desarrolle una sensación de familiaridad en el hospital, aunque también puede suceder lo contrario, y que el agotamiento sea cada vez mayor.

3 Proximidad a la muerte

Se acerca la muerte del ser querido, o de uno mismo, lo cual genera sentimientos encontrados: miedo, tristeza, alivio (cuando se está sufriendo mucho…). En estos casos la fe puede ayudar en las personas creyentes. La persona sigue "preparándose" para esta pérdida o para marcharse.

4 Momento de la muerte

Finalmente, si llega la muerte y por lo tanto se produce la pérdida, suelen volver a aparecer aquí emociones de fases anteriores como el miedo al futuro, el miedo a la soledad, la tristeza, la rabia o la desesperación. La aceptación llega al final del proceso de duelo, como en el duelo normal.

Eso sí, es importante saber que, como en el duelo habitual, la persona en un duelo anticipado transitará cada una de estas fases de forma única, y que hemos hablado de síntomas muy generales, no aplicables a todo el mundo.

¿Cuándo surge el duelo anticipado?

Según las investigaciones actuales y debido a sus características particulares, el duelo anticipado se desarrolla más habitualmente en unas situaciones y contextos que en otros, tales como:

+ En familiares y pacientes con enfermedades terminales

Según investigaciones como la de Christina Yeni Kustanti y colaboradores, el duelo anticipado surge en el 25% de las personas expuestas a contextos potencialmente mortales.

Este tipo de contextos incluyen situaciones médicas como: traumatismos o lesiones severas, trasplantes de órganos, intervenciones quirúrgicas con un amplio margen de complicaciones, pacientes que se someten a diálisis, nacimientos prematuros, amputaciones de una extremidad o enfermedades crónicas diversas. El duelo puede desarrollarlo la propia persona que está a punto de morir, o sus familiares cercanos.

Por otro lado, este tipo de duelo también puede desarrollarse ante situaciones "menos graves", como la advertencia de un despido, una mudanza próxima o la inestabilidad en una relación de pareja.

+ En cuidadores, familiares y pacientes con cáncer

En cuidadores y pacientes con cáncer, una situación específica derivada del ejemplo anterior, el duelo anticipado también es común, como sugieren otros estudios. Este duelo es más habitual en episodios de cáncer avanzado o terminal, aunque las personas que experimentan un cáncer menos agresivo también pueden vivirlo, claro. Durante este duelo, lo que teme la persona con la enfermedad no solo es perder sus capacidades físicas, sino también su identidad, su independencia y sus roles en la vida.

+ En cuidadores y familiares de pacientes con demencia

En cuidadores o familiares de pacientes con demencia (Alzheimer, Parkinson…) este tipo de duelo también es habitual, como lo reflejan algunas investigaciones. Y es que el deterioro progresivo de las capacidades cognitivas y físicas de la persona implican una aceptación progresiva de la nueva realidad que va llegando, y las manifestaciones emocionales que este proceso conlleva empiezan mucho antes del deterioro total de la persona.

Es importante, eso sí, diferenciar el duelo anticipado de otros procesos o afecciones como el síndrome del cuidador. Finalmente, remarcar que, cuanto mayor es la cercanía o la interacción con el paciente, así como la intensidad del vínculo con él, mayores serán los síntomas asociados a la pérdida que se anticipa.

Recuerda, si estás pasando por un duelo, ya sea un duelo anticipado o preduelo, o por un duelo normal, y sientes que necesitas ayuda, ¡pídela! No estás solo.

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