Criticar provoca infelicidad: ¿te vas a hacer daño a ti y a los demás?
Parece ser que las personas que acostumbran a criticar a los demás o a juzgarlos negativamente viven más infelices que aquellas otras que ven las cosas positivas de la gente. Así lo dice al menos un estudio de la Universidad Wake Forest, de EEUU. De esta manera, encontramos un escollo más en el camino hacia nuestra felicidad, un comportamiento que debemos evitar si queremos ser más felices. Pero el primer paso siempre es mirar hacia una misma, porque la crítica está arraigada en nuestras vidas más de lo que pensamos. Acuérdate del refrán "ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio" porque ahí está la base de la crítica dañina.
Diferencia entre crítica dañina y cotilleo
Todas conocemos personas especialmente criticonas o chismosas, pero conviene distinguir entre esa crítica destructiva y el cotilleo o chismorreo. Porque cotillear, en contra de lo que se piensa, no es malo; interesarte por la vida ajena no siempre significa que juzgues a otras personas, que es el peligro que tiene una persona chismosa. No hay nada malo en querer saber cómo viven los demás porque es el resto de la gente lo que nos enriquece como personas.
Si estás pensando en todos esos programas del corazón que proliferan en las televisiones, podrás ver claramente la diferencia entre interesarse por la vida del famoso, que no es más que un cotilleo curioso, y criticar al personaje, que ocurre cuando se pasa a emitir juicios negativos sobre el comportamiento del famoso. Por lo tanto, no es el arte del marujeo el que tenemos que evitar para sentirnos mejor y ser más felices, sino lo que ese comportamiento implica de crítica dañina.
No es lo mismo contar al resto del grupo las andanzas nocturnas de tu amiga Rosa, que calificarla de alguna manera por esas aventuras. No se trata de no interesarte por la vida de los demás, sino de no juzgarlos por tener un comportamiento diferente y, en muchos casos, incomprensible. Porque "en la variedad está el gusto" y la diversidad es uno de los aspectos más enriquecedores de la sociedad. Pero para sacarle todo el jugo a esa diversidad, es necesario que incluyas en tu vida la tolerancia.
El daño de criticar
Hay que tener en cuenta también el enorme daño que puede tener una conducta crítica para ambas partes. La persona que es objeto de una crítica cruel puede pasar a tener problemas en sus relaciones sociales y en su trabajo si esa crítica se cuela en la mente de sus allegados. Pero criticar también es malo para la persona que lo practica, pues es considerada como una persona no sólo indiscreta, sino también peligrosa, y sus amigos y compañeros tenderán a evitarla sabiendo que la próxima vez pueden ser ellos el centro de sus críticas.
Siempre que hablamos de pensamiento positivo lo hacemos como camino de aprendizaje hacia actitudes más saludables para nosotras mismas, y en esto de criticar se ve claramente. Si lo que hacen los demás te parece mal, si crees que tú lo harías mejor o que tu manera de hacer las cosas es la correcta, ten cuidado porque la insatisfacción y la infelicidad serán tus compañeras.
Por el contario, si logras ver con buenos ojos a los demás, si eres capaz de no juzgar los errores y si consigues ser esa persona que ayuda a encontrar soluciones para reparar el error practicando lo que se conoce como crítica constructiva, estarás más cerca de conseguir esa actitud positiva que tanto necesitas para ser más feliz.
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