Carta a mi ansiedad: un mensaje terapéutico y muy liberador

La escritura puede ser nuestra mayor aliada para gestionar emociones

Tamara Sánchez, Periodista
En este artículo
  1. Carta a la ansiedad que te puede ayudar a superarla
  2. Otros consejos para combatir la ansiedad

La ansiedad es un trastorno cada vez más presente en nuestra sociedad. Yo, la primera vez que la experimenté, tuve mucho miedo. Se trata de una sensación muy desagradable que imposibilita llevar una vida cotidiana normal. Es muy incapacitante y frustrante al mismo tiempo. Pero ahora, con el paso de los meses, he aprendido a mantenerla a raya y os puedo contar que la ansiedad se puede superar/gestionar. No es fácil, pero se puede. Y una herramienta que ayuda a ello es escribir. La escritura es terapéutica y una gran canalizadora de emociones.

Por eso, he escrito una carta a mi ansiedad. Es una carta con la que cualquiera que la padezcáis, os podéis sentir identificados y os puede ayudar a combatirla y a superarla. Desde Diario Femenino te animo a que tú también escribas un texto o mensaje como este expresando tus emociones. Puedo asegurarte que es terapéutico y ¡muy liberador!

Carta a la ansiedad que te puede ayudar a superarla

Querida ansiedad,

Hace ya algún tiempo que decidiste aparecer en mi vida y convivir conmigo. Al principio, eras una absoluta desconocida para mí y, para serte sincera, no me gustaba tu presencia. Me incomodaba, me agobiaba, me hacía sentir cosas que nunca antes había sentido, cosas muy desagradables, cosas terribles.

Cada vez que te acercabas a mí, me entraban sudores fríos y temblores, la respiración y los latidos del corazón se me aceleraban, pero, sin duda, lo que más odiaba de ti, era cuando no me dejabas dormir por las noches. A veces llegué a pensar incluso que me ibas a matar.

Yo no me rendía, todos los días hacia todo lo posible por echarte de mi cuerpo, de mi casa, de mi vida, pero, cuanto más intentaba aniquilarte, con más fuerza volvías.

Llegó un momento en el que no logré ganarte el pulso, me habías debilitado por completo y, como yo sola no podía seguir luchando contra ti, fue entonces cuando decidí pedir ayuda. Y entonces todo cambió.

Comprendí que debía dejar de guerrear contigo, ese no era el camino para olvidarme de ti. Dejé de gritarte que me dejaras en paz e hice el esfuerzo de sentarme a escuchar lo que me tenías que decir. Si te habías tomado la molestia de llegar hasta mí, sería por algo, ¿no?

Efectivamente. Las charlas contigo no eran nada fáciles, pero me gustaban y pronto cambié mis juicios sobre ti y pasé de odiarte a quererte e incluso a necesitarte. ¿Cómo podía ser posible que de ser mi mayor enemiga habías pasado a ser una amiga, una aliada? Ni yo misma lo entendía, pero ahora lo comprendo todo. Te necesitaba para cambiar mi forma de interpretar la realidad, una forma que estaba totalmente distorsionada. Te necesitaba para deshacerme de las falsas creencias que me habían acompañado a lo largo de toda mi vida. Te necesitaba para poner límites a todo eso que me estaba haciendo daño, para aprender a decir NO, para dejar de exigirme constantemente y sabotearme a mí misma. Te necesitaba para reconciliarme con el pasado, para perder el miedo al rechazo, para dejar de intentar agradar siempre a los demás, para ser yo sin importar el ‘qué dirán’. Te necesitaba para dejar de castigarme, para aprender a cuidarme, para dejar de depender de los demás, para expulsar lo tóxico y tomar el timón de mi propia existencia. Te necesitaba para destruirme y volver a construirme, para recuperar mi libertad interior, mi esencia. En definitiva, te necesitaba para volver a sentirme feliz y plena.

Ansiedad, ahora puedo decir abiertamente que eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Hace un tiempo que te fuiste, no te echo de menos porque me has enseñado muy bien a defenderme sola, pero si en algún momento necesitas volver, no te preocupes, estaré dispuesta a recibirte, a acogerte y a aceptarte.

Gracias ansiedad por descubrirme, por cambiarme, por ayudarme a crecer.

Gracias por darle sentido a mi existencia.

Otros consejos para combatir la ansiedad

Como te hemos comentado, escribir ayuda a combatir la ansiedad, sí, pero recuerda que lo que te hará realmente a superarla es acudir a una terapia psicológica. El psicólogo es el que conseguirá que salgas del bucle en el que estás metida, pero como complemento al profesional, puedes utilizar diversas estrategias y herramientas como estas:

+ Empieza a aceptar que tienes ansiedad

Cuando se comienza a padecer ansiedad, dos de las respuestas más habituales hacia ella son la evitación y la lucha. Por un lado, se tiende a evitar todas las situaciones que generan angustia y, por otro, cuando esas situaciones no se pueden evitar y la ansiedad aparece, se tiende a tratar de batallar contra ella como sea. Estas dos respuestas lo único que hacen es contribuir a agrandar los síntomas.

Por eso, para empezar a eliminar la ansiedad, el primer paso es aceptarla, asumir que está ahí, exponernos a ella sin miedo. Cuanto menos miedo le tengamos, más pequeña se irá haciendo.

+ Practica la respiración consciente

Uno de los principales síntomas de la ansiedad, y de los más molestos, es la aceleración del pulso y la respiración, la hiperventilación. No respirar de manera adecuada hace que el organismo tenga un exceso de oxígeno, provocando así sensación de ahogo e incluso mareos.

Por eso, para combatir estos síntomas es fundamental aprender a respirar bien y conscientemente y las prácticas que te pueden ayudar a ello son el yoga y el mindfulness.

+ Haz deporte

No hace falta que te digamos una vez más cuáles son los múltiples beneficios del deporte tanto para la salud física como para la salud mental, ¿verdad? Tres días de ejercicio a la semana ayudarán a reducir tu ansiedad. ¡Asegurado!

+ Sé compasiva, reduce tus exigencias

La vida está repleta de responsabilidades, sí, pero muchas veces somos nosotras mismas las que nos cargamos de exigencias y nos autosaboteamos. No pasa nada por reducir el ritmo, no pasa nada por no llegar a todo… No dejes que las tareas te sobrepasen. Si no pones límites tú, ¿quién lo va a hacer?

¿Y tú? ¿Padeces ansiedad? ¿Te ha sido de utilidad esta carta? ¿Qué estrategias llevas a cabo para combatirla? Déjanos tus comentarios, ¡ayudarás a otras lectoras!

 

Referencias bibliográficas: 

  • López-Ibor JJ, Valdés M, editores. DMS-IV-TR-AP. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Texto revisado. Atención Primaria. Barcelona: Masson; 2004.
  • Roy-Byrne PP. Generalized anxiety and mixed anxiety-depression: association with disability and health care utilization. The Journal of Clinical Psychiatry. 1996; 57 (Supl 7): 86-91.

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