Aterriza en Madrid la ópera infantil 'El diluvio de Noé'
"El diluvio de Noé", una ópera infantil que recrea el famoso relato bíblico, se estrena el próximo miércoles en Madrid, protagonizada por un elenco de 150 niños y jóvenes de la Joven Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid.
Con una puesta en escena "un tanto naif", según ha explicado hoy su director escénico, Fernando Bernués, la ópera, escrita hace casi 50 años por el británico Benjamin Britten, arranca en un balneario de principios del siglo XX, donde hombres y mujeres van a descansar y a tomar baños termales. La tranquilidad y el sosiego está presente en el balneario hasta el momento en el que el agua se acaba. Ante el enfado y las discusiones contantes de los hombres, Dios envía un castigo en forma de botellas de agua mineral.
En esta ocasión, se ha trabajado para sustituir la voz en "off" de Dios presente en la partitura de Britten, y se ha preferido humanizarle, con Marios Gas como intérprete. La idea del montaje es la de hacer al personaje de Dios más atractivo, "con el fin de evitar el rencor, la venganza y el castigo", ha explicado Bernúes.
"El diluvio de Noé" se presenta sobre un escenario lo bastante grande como para acomodar a los cantantes y la orquesta a la vista del público. Las botellas y los dispensadores de agua, recipientes de uso cotidiano, junto con un cuidado vestuario, se convierten en elementos narrativos y escenográficos, "que se transforman a través de la imaginación y de la ilusión en algo divertido", ha dicho el director de escena.
Además, la plasticidad del coro de los niños, que interpretan y representan a 80 animales, tiene "una dimensión estética muy interesante", ha añadido. Esta partitura de una hora, recomendada para niños de 5 a 12 años, es un "auténtico lujo", ha dicho su director musical, Pablo Mielgo, quien ha explicado que Britten, "ha logrado que los niños puedan producir algo realmente profesional para todos los públicos".
Mielgo ha elogiado la capacidad del autor británico para "trasmitir emociones a través del timbre de voz de la orquesta", que cuenta con un total de 150 niños y jóvenes, acompañados de 15 adultos. Por su parte, Mario Vedoya, que sustituye en varios pases a Mario Gas en el papel de Dios, ha explicado que solicitó al director cambiar del texto la palabra venganza, "ya que Dios no se venga, sino que castiga".
Como representar a Dios es trabajar en un límite delicado y difícil que implica protagonizar su grandeza, Vedoya desea interpretar a un Dios que "castiga amando como si de un padre se tratara".
"El diluvio de Noé" podrá verse en siete únicas funciones: el 22 de diciembre (en sesión única) y los días 23, 25 y 26 (en doble función), en la Sala Roja de los Teatros del Canal.
Con una puesta en escena "un tanto naif", según ha explicado hoy su director escénico, Fernando Bernués, la ópera, escrita hace casi 50 años por el británico Benjamin Britten, arranca en un balneario de principios del siglo XX, donde hombres y mujeres van a descansar y a tomar baños termales. La tranquilidad y el sosiego está presente en el balneario hasta el momento en el que el agua se acaba. Ante el enfado y las discusiones contantes de los hombres, Dios envía un castigo en forma de botellas de agua mineral.
Una obra para niños de 5 a 12 años
En esta ocasión, se ha trabajado para sustituir la voz en "off" de Dios presente en la partitura de Britten, y se ha preferido humanizarle, con Marios Gas como intérprete. La idea del montaje es la de hacer al personaje de Dios más atractivo, "con el fin de evitar el rencor, la venganza y el castigo", ha explicado Bernúes.
"El diluvio de Noé" se presenta sobre un escenario lo bastante grande como para acomodar a los cantantes y la orquesta a la vista del público. Las botellas y los dispensadores de agua, recipientes de uso cotidiano, junto con un cuidado vestuario, se convierten en elementos narrativos y escenográficos, "que se transforman a través de la imaginación y de la ilusión en algo divertido", ha dicho el director de escena.
Además, la plasticidad del coro de los niños, que interpretan y representan a 80 animales, tiene "una dimensión estética muy interesante", ha añadido. Esta partitura de una hora, recomendada para niños de 5 a 12 años, es un "auténtico lujo", ha dicho su director musical, Pablo Mielgo, quien ha explicado que Britten, "ha logrado que los niños puedan producir algo realmente profesional para todos los públicos".
Mielgo ha elogiado la capacidad del autor británico para "trasmitir emociones a través del timbre de voz de la orquesta", que cuenta con un total de 150 niños y jóvenes, acompañados de 15 adultos. Por su parte, Mario Vedoya, que sustituye en varios pases a Mario Gas en el papel de Dios, ha explicado que solicitó al director cambiar del texto la palabra venganza, "ya que Dios no se venga, sino que castiga".
Como representar a Dios es trabajar en un límite delicado y difícil que implica protagonizar su grandeza, Vedoya desea interpretar a un Dios que "castiga amando como si de un padre se tratara".
"El diluvio de Noé" podrá verse en siete únicas funciones: el 22 de diciembre (en sesión única) y los días 23, 25 y 26 (en doble función), en la Sala Roja de los Teatros del Canal.
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