Las cartas de Van Gogh ahondan en la personalidad del genio
La controvertida personalidad del pintor Vincent Van Gogh siempre ha despertado curiosidad entre los aficionados al arte. La vida del maestro impresionista estuvo marcada por muchas luces y sombras que han quedado recogidas en la última exposición que se le dedica en la Academia Real de Londres. Se trata de una exhibición de sus pinturas, dibujos y gran parte de su correspondencia, un tesoro que permite ahondar más en la misteriosa personalidad del pintor.
La muestra The Real Van Gogh: The Artist and his Letters, que permanecerá en la capital británica hasta el 18 de abril, ha seleccionado más de 35 cartas originales del pintor holandés, muchas de ellas dirigidas a su hermano Theo, un comerciante de arte que lo ayudaba económicamente.
En sus cartas, donde Van Gogh habla de cosas mundanas, como la descripción de un tipo de lápiz en particular, o de las aguas del Mediterráneo, se pone en duda el concepto del artista como un genio errático y torturado. De hecho, en la recta final de su vida, tras su correspondencia se esconde un hombre más preocupado de su profesión que de sus demonios personales y mentales. Días antes de su muerte, escribió a Theo: "(Estoy) dedicándome a mis lienzos con toda mi atención".
Esta exposición, alabada por la crítica británica, es el resultado de una investigación de 15 años de la correspondencia de Van Gogh realizada por el Museo Van Gogh y el Instituto Huygens de la Academia Real de Arte y Ciencia de Holanda. Un metódico trabajo que nos descubre a un genio que, a pesar de cortarse media oreja, ingresar en un sanatorio mental y suicidarse a los 37 años, quizá no estuviera tan loco como se decía.
La muestra The Real Van Gogh: The Artist and his Letters, que permanecerá en la capital británica hasta el 18 de abril, ha seleccionado más de 35 cartas originales del pintor holandés, muchas de ellas dirigidas a su hermano Theo, un comerciante de arte que lo ayudaba económicamente.
¿Era un ser tan atormentado?
En sus cartas, donde Van Gogh habla de cosas mundanas, como la descripción de un tipo de lápiz en particular, o de las aguas del Mediterráneo, se pone en duda el concepto del artista como un genio errático y torturado. De hecho, en la recta final de su vida, tras su correspondencia se esconde un hombre más preocupado de su profesión que de sus demonios personales y mentales. Días antes de su muerte, escribió a Theo: "(Estoy) dedicándome a mis lienzos con toda mi atención".
Esta exposición, alabada por la crítica británica, es el resultado de una investigación de 15 años de la correspondencia de Van Gogh realizada por el Museo Van Gogh y el Instituto Huygens de la Academia Real de Arte y Ciencia de Holanda. Un metódico trabajo que nos descubre a un genio que, a pesar de cortarse media oreja, ingresar en un sanatorio mental y suicidarse a los 37 años, quizá no estuviera tan loco como se decía.
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