La música disco está de luto. Dos de los grandes intérpretes de este género a nivel mundial han fallecido esta semana por la misma causa:
el cáncer. Apenas tres días después de encontrarnos con la noticia del
fallecimiento de Donna Summer, el incombustible y siempre sonriente
cantante de Bee Gees, Robin Gibb, moría a los 62 años de edad por un cáncer de colon e hígado que arrastraba desde 2010 y que no ha conseguido superar, a pesar de que en un primer lugar se pensó que milagrosamente se había curado. Robin Gibb, vocalista y fundador junto a sus hermanos del grupo Bee Gees, hizo bailar a medio mundo con temas como 'Massachuetts', 'Lonely Days' o 'I've Gotta Get a Message To You'. Su segunda mujer, Dwina, sus tres hijos y millones de fans en todo el planeta lloran ahora la desaparición de este hito de la música disco.
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