Estrella Morente, todavía desolada por la muerte de su padre, triunfa en Viena

Ana Van den Eynde
Estrella Morente, destrozada por la muerte de su padre, triunfa en Viena
Rota de dolor por la muerte de su padre pero con ganas de superación. Así ha declarado la cantaora Estrella Morente que se sentía momentos antes de salir al escenario vienés en el Konzerthaus. La hija de Enrique Morente se ha presentado por primera vez ante el público austriaco, un escenario "sagrado" y escala de una gira europea que durará hasta marzo.

"Estoy aquí de milagro", ha dicho la cantaora granadina, y reconoce que el fallecimiento en diciembre de Enrique Morente, su padre y su maestro, le "ha dejado la vida rota. Rota como un vaso cuando se cae al suelo". "Mi vida está fragmentada en mil pedazos. Sé que tendré que hacerme a la idea pero para mí va a ser muy difícil superarlo", lamenta. "Esto que no me atrevo ni a mencionar", suspira, con la emoción reflejada en la voz y en los ojos, al hablar de la muerte de quien considera su "amigo y su guía espiritual".

Pero por encima de esa pena, Morente se ha comprometido con su trabajo. "Es un reto. Ante todo es un compromiso que había aceptado hace mucho tiempo", afirma Morente. "He tenido un momento de claridad dentro de mi dolor. He visto que debería pesar más la cabeza que el corazón", explica, y asegura que llega a Viena con ganas de conquista.

"El arte nos salva de todo. Es una terapia, pero ante todo es mi profesión y mi obligación profesional", destaca la cantaora. Un reto, afirma, en el que se habría volcado igual de cualquier manera, pero al que las "circunstancias tan trascendentales" en su vida, han dado "aún más peso". "He cobrado más fuerza. Voy a retomar mi carrera de forma mucho más seria, si cabe. Hasta ahora he intentando llevarla con una seriedad máxima, como me han enseñado", anuncia.

"Ten seguro que en este momento se convierte en el sueño de mi vida cantar en Viena, entre otras cosas porque Enrique Morente tenía muchas ganas de venir a cantar a Viena", revela. Un sueño que el creador de obras como 'Omega' o 'Pequeño Reloj' no pudo cumplir y que ella, "de alguna manera su prolongación", se dispone a hacer realidad. "Soy consciente totalmente de donde me presento. Para mi es un lugar sagrado", la capital de la música clásica y de la lírica que, cuenta, su padre le enseñó a amar.

Estrella Morente asegura que Enrique Morente es inimitable


Además, Morente quiere, con esta actuación, contribuir a que "los artistas flamencos y que el flamenco tengan la oportunidad de formar parte de momento y lugares históricos". Una aspiración que la cantaora no tiene reparos en reconocer que desea para sí misma. "Quiero formar parte de la historia, no quiero quedarme en una anécdota, en algo de moda. A mí me gustaría marcar. Mi sueño, mi reto es ése" explica.

"No digo que tenga la oportunidad de hacerlo, por mis condiciones. Algún día, quizás, me acerque a la grandeza que tenía don Enrique Morente. Y quizás, a través de ahí, se pueda recordar algo de mí interesante", confía la artista. Eso sí, Morente, recuerda que su padre es "inimitable". "Yo no pretendería nunca ni parecerme a él, porque él era único", admite.

"Sí me ha enseñado y me ha dado las pautas para tener propia personalidad y creo que eso ha sido su mejor herencia. En eso sí que quiero imitarlo", aspira la artista. Una personalidad y un estilo entre lo clásico y lo moderno, definido por la libertad y que ella define en una idea: "Uno tiene que andar en la búsqueda continúa". "Lo más importante es que no quiero cerrarme a nada", dice una cantaora que igual admira a la Niña de los Peines que se atreve con el fado, el jazz y hasta intrusiones en el cine.

Estrella Morente, destrozada por la muerte de su padre, triunfa en el escenario de Viena

Por ejemplo, su participación en 'Chico y Rita' la película de animación creada por Fernando Trueba y Javier Mariscal y en la que Morente, transformada en dibujo animado, se interpreta a ella misma. "No te puedes imaginar lo que ha sido formar parte de esa obra de arte. Ha sido un antes y un después en el cine. La gente que lo ha visto sabe que eso es grande. Y con el tiempo esa obra será valorada y situada en un sitio importante en la historia del cine", valora entusiasmada la cantaora.

Estrella Morente conquista al público de Viena


Tras dos horas de intenso recital, la ovación de una sala de 1.800 asientos prácticamente llena, no dejaba lugar a dudas, finalmente Estrella Morente conquistó. El concierto comenzó con tono solemne. Un escenario en penumbra, con la cantaora y sus cinco músicos a contraluz, rodeados de humo, y con la artista cantando a capela. A partir de ahí, Morente demostró que es una cantante de lo más versátil.

Así, el escenario de la sala principal del Konzerthaus vio a la de Granada arrancarse por tanguillos, bulerías por soleás y cantes sin micrófono, cara a cara con un público poco acostumbrado a esos alardes de fuerza vocal. Solos de guitarra de Montoyita y de El Monti, arranques por zapateados de El Popo, y el cante y las palmas de Quiqui Morente y Antonio Carbonell, acompañaron a la voz de Estrella Morente.

Finalmente, Morente se dejó en el tintero la interpretación del 'Pequeño vals vienés', la re interpretación que Enrique Morente hizo de un tema de Leonard Cohen, basado a su vez en un poema de Federico García Lorca. Una ausencia que la cantaora, ya tras el concierto, justificó en que "las emociones estaban ya muy a flor de piel". Pero aunque el vals finalmente no sonó, no faltaron momentos de intensa emoción, como 'La Estrella', compuesta por el propio Enrique Morente, o 'Nostalgias', un tema que puso en pie a parte del público.

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