La energía de Kiss resucita al rock en Madrid

Cerca de 18 mil amantes del rock se concentraron anoche en el Palacio de los Deportes de Madrid para ver en directo a Kiss, banda que lleva 40 años dándolo todo sobre el escenario. Paul Stanley y los suyos, con su impecable maquillaje, volvieron a dar la talla dejando claro que su manera de hacer rock está más viva que nunca.

Un show impecable

A las nueve de la noche, Gene Simmons, Paul Stanley, Tommy Thayer y Eric Singer dieron el pistoletazo de salida a un auténtico espectáculo de provocación y energía que comenzó cuando los miembros del grupo salieron al escenario, muy al estilo de los viejos documentales. Lo hicieron cruzando el backstage ante la cámara como auténticas estrellas mientras sonaban los primeros acordes de 'Modern Day Delilah', primer tema de su nuevo disco, 'Sonic Boom'.

Durante casi dos horas y media, Kiss repasaron de forma magistral sus grandes éxitos, además de presentar sus nuevos temas. El frontman Stanley se metió al público en el bolsillo al calificar a Madrid como "ciudad de rock", hacer sus pinitos en español y sacar una bandera española. Los asistentes le respondieron con saltos y gritos, sobre todo, cuando el cuarteto estadounidense se subió a lo más alto del recinto gracias a las plataformas instaladas para la ocasión.

El fuego y la pirotecnia acompañaron cada tema de la banda, que dio rienda suelta a su extenso catálogo de 'éxitos. Un recital que avanzó en crescendo y que hizo las delicias del público cuando comenzaron a sonar éxitos como 'Firehouse' o 'Crazy Crazy Nights'. Tampoco faltaron sus ya clásicas actuaciones escupiendo fuego y sangre. Por si fuera poco, Paul Stanley se colgó de una tirolina para desplazarse hasta un miniescenario con forma de esfera colocado en el centro de la pista para cantar la mítica 'I was made for loving you', uno de los temas que más aplausos arrancó.

La balada de la noche fue 'Beth', que logró un necesario cambio de ritmo de camino al espectacular final marcado por el 'Rock & Roll all nite' para cerrar, sin duda, uno de los más espectaculares conciertos que ha visto y verá pasar el Palacio de los Deportes de Madrid.

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