Juan José Ballesta se enfrenta al ejército de Napoleón en 'Bruc. El desafío'
El actor participa en la película
Sigue entre montañas y vuelve a buscar la supervivencia, pero esta vez Juan José Ballesta no está "Entrelobos", todavía en cartelera, sino enfrentándose al ejército de Napoleón y hablando en catalán para "Bruc. El desafío", filme de Daniel Benmayor que se estrena el próximo miñercoles 2 de diciembre.
Con "Hispania" en la pequeña pantalla y "Entrelobos" en la grande, el joven actor madrileño sigue en la cresta de la ola, saltando de época en época, pero siempre mostrando las facetas de ese talento natural y salvaje que irrumpió en el panorama cinematográfico español cuando sólo era un niño y gracias a "El Bola".
"Es un purasangre", resume el director de la cinta en una entrevista con Efe. "Se transforma inmediatamente en aquello que le pidas", añade quien ha decidido recrear de una manera "histórica pero completamente contemporánea" la leyenda del joven carbonero catalán que puso en jaque, a golpe de tambor, al ejército napoleónico en 1808. Apoyado en la interpretación de Ballesta y de Vincent Pérez -"un malo con corazón", dice el intérprete suizo afincado en Francia-, Benmayor se sumerge, con un espectacular plano secuencia de apertura, en la épica pura y en el entretenimiento.
"Yo resumo a mi personaje como un conejillo", dice Ballesta, a cuya cabeza pone precio Napoleón en la película tras su primera derrota en la guerra de la Independencia. "Cuando le persigues, corre, y cuando se ve acorralado, se defiende si puede", dice al actor, que sigue desprendiendo entusiasmo con cada nueva puerta que abre en su carrera como actor. "Ha habido caballos, espadas, coreografías, ensayos con los especialistas. No ha sido tanto de actuar como de trabajo físico, y me lo he pasado muy bien", reconoce.
Él, desde luego, no escatima en esfuerzos en las escenas más peligrosas: "Siempre que se pueda ver al actor la cara, lo prefiero. A mí me gusta hacer yo todo lo que pueda", asegura. Entre ese "todo lo que pueda", también se ha incluido su aprendizaje del catalán. "Me lo dejo para el futuro. Estuvo muy bonito aprenderlo y aprendí un montón de palabras al margen del rodaje porque me gustaba", dice.
Azuzado por su compañero de reparto, Santi Millán, dice que nunca será del Barça. "Yo no soy futbolero, pero si tengo que elegir soy del Madrid", bromea. Millán, hasta ahora más conocido por su registro cómico, encarna en "Bruc. El desafío" a un catalán que colabora con el ejército francés. "Los franceses en la película tienen su corazón, pero mi personaje es un malo malísimo. Es un mercenario: está en contra de su pueblo por una cuestión únicamente monetaria", explica.
Vincent Pérez, conocido por su participación en películas tan célebres de la cinematografía francesa como "Cyrano de Bergerac", "Indochina" o "La Reina Margot", repesca sus orígenes españoles y se deja seducir por lo que, para él, "es un 'western', una historia de persecución", ambientada además en un escenario mágico: Montserrat. "Es un personaje más de la película. Bruc encuentra en la montaña a un aliado para sacar al ejército de su estrategia, de su lugar.", asegura Benmayor, curtido en el mundo de la publicidad y que da una pirueta hacia el cine de acción después de ironizar en su filme de debut, "Painball".
Y el quinteto de este "desafío" de "Bruc" lo completa, como no podía ser de otra manera, una hermosa mujer interpretada por la francoespañola, Astrid Bergès-Frisbey, que comienza a familiarizarse con el público antes de que se estrene su presumible pasarela al estrellato: la cuarta entrega de "Piratas del Caribe", en la que secunda a Johnny Depp y Penélope Cruz.
Así, entre el francés, el catalán y el castellano, "Bruc. El desafío" acaba neutralizando las banderas en su búsqueda de una épica esencialmente individual y humana. "No soy abanderado de ninguna reivindicación", subraya Benmayor. "La película explora conceptos más básicos" y la pluralidad lingüística no responde sino a una situación real en la que los bandos opuestos "no tenían por qué ni comunicarse ni entenderse", concluye.
Con "Hispania" en la pequeña pantalla y "Entrelobos" en la grande, el joven actor madrileño sigue en la cresta de la ola, saltando de época en época, pero siempre mostrando las facetas de ese talento natural y salvaje que irrumpió en el panorama cinematográfico español cuando sólo era un niño y gracias a "El Bola".
"Es un purasangre", resume el director de la cinta en una entrevista con Efe. "Se transforma inmediatamente en aquello que le pidas", añade quien ha decidido recrear de una manera "histórica pero completamente contemporánea" la leyenda del joven carbonero catalán que puso en jaque, a golpe de tambor, al ejército napoleónico en 1808. Apoyado en la interpretación de Ballesta y de Vincent Pérez -"un malo con corazón", dice el intérprete suizo afincado en Francia-, Benmayor se sumerge, con un espectacular plano secuencia de apertura, en la épica pura y en el entretenimiento.
"Yo resumo a mi personaje como un conejillo", dice Ballesta, a cuya cabeza pone precio Napoleón en la película tras su primera derrota en la guerra de la Independencia. "Cuando le persigues, corre, y cuando se ve acorralado, se defiende si puede", dice al actor, que sigue desprendiendo entusiasmo con cada nueva puerta que abre en su carrera como actor. "Ha habido caballos, espadas, coreografías, ensayos con los especialistas. No ha sido tanto de actuar como de trabajo físico, y me lo he pasado muy bien", reconoce.
Él, desde luego, no escatima en esfuerzos en las escenas más peligrosas: "Siempre que se pueda ver al actor la cara, lo prefiero. A mí me gusta hacer yo todo lo que pueda", asegura. Entre ese "todo lo que pueda", también se ha incluido su aprendizaje del catalán. "Me lo dejo para el futuro. Estuvo muy bonito aprenderlo y aprendí un montón de palabras al margen del rodaje porque me gustaba", dice.
Azuzado por su compañero de reparto, Santi Millán, dice que nunca será del Barça. "Yo no soy futbolero, pero si tengo que elegir soy del Madrid", bromea. Millán, hasta ahora más conocido por su registro cómico, encarna en "Bruc. El desafío" a un catalán que colabora con el ejército francés. "Los franceses en la película tienen su corazón, pero mi personaje es un malo malísimo. Es un mercenario: está en contra de su pueblo por una cuestión únicamente monetaria", explica.
Vincent Pérez, conocido por su participación en películas tan célebres de la cinematografía francesa como "Cyrano de Bergerac", "Indochina" o "La Reina Margot", repesca sus orígenes españoles y se deja seducir por lo que, para él, "es un 'western', una historia de persecución", ambientada además en un escenario mágico: Montserrat. "Es un personaje más de la película. Bruc encuentra en la montaña a un aliado para sacar al ejército de su estrategia, de su lugar.", asegura Benmayor, curtido en el mundo de la publicidad y que da una pirueta hacia el cine de acción después de ironizar en su filme de debut, "Painball".
Y el quinteto de este "desafío" de "Bruc" lo completa, como no podía ser de otra manera, una hermosa mujer interpretada por la francoespañola, Astrid Bergès-Frisbey, que comienza a familiarizarse con el público antes de que se estrene su presumible pasarela al estrellato: la cuarta entrega de "Piratas del Caribe", en la que secunda a Johnny Depp y Penélope Cruz.
Así, entre el francés, el catalán y el castellano, "Bruc. El desafío" acaba neutralizando las banderas en su búsqueda de una épica esencialmente individual y humana. "No soy abanderado de ninguna reivindicación", subraya Benmayor. "La película explora conceptos más básicos" y la pluralidad lingüística no responde sino a una situación real en la que los bandos opuestos "no tenían por qué ni comunicarse ni entenderse", concluye.
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