Carlos Iglesias: ''Ispansi' empezaba con un plano de Moscú siendo bombardeado por los alemanes'
Para muchos 'Pepelu', para otros tantos 'Benito', pero él es Carlos Iglesias, uno de los pocos actores a los que les ha entrado el gusanillo de ser directores. Y le ha salido la jugada estupendamente. Después de estrenarse en esto de la dirección con 'Un franco, 14 pesetas', Iglesias nos presenta su última película 'Ispansi', que se estrena este viernes en las salas de nuestro país. Una película que homenajea a los niños que tuvieron que exiliarse a Rusia durante la Guerra Civil, y que sufrieron también los infortunios de la II Guerra Mundial... Y entre tanta calamidad, una historia de amor entre la derecha y la izquierda.
Carlos Iglesias se ha marchado hasta Suiza, como ya hiciera con su primera película, para rodar esta historia de españoles exiliados. Y ha elegido para protagonizarla a Esther Regina, con quien Diario Femenino habló durante la presentación de la película. Tampoco podíamos perder la oportunidad de hablar con él... ¿Quieres saber los que nos ha contado?
Diario Femenino: Hemos escuchado que tu intención con 'Ispansi' era que estuviese ligada a tu primera película como director, 'Un franco, 14 pesetas'. Cuéntanos, ¿en qué consiste esa conexión?
Carlos Iglesias: La relación es sencilla de entender, siguen siendo españoles fuera de España. No quería repetir la historia de la inmigración -tema principal en 'Un franco, 14 pesetas'-, pero me pareció que era muy apropiado hablar justamente del exilio español, que por desgracia, hemos tenido varios, y el más trágico probablemente haya sido el de los niños que fueron a la Unión Soviética.
DF: Ya has comentado también que quieres hacer una trilogía, que tienes en mente otra película, pero no vas a darnos pistas sobre el argumento... Dinos al menos si has pensado en Suiza de nuevo para grabar.
CI: Va a ser una comedia. Y... hombre, nos va muy bien rodando en Suiza, las cosas como son, no nos podemos quejar en absoluto. Pero no sé... Todavía no la tengo tan avanzada como para pensar en Suiza, pero nos ha ido muy bien siempre.
DF: Ya nos ha chivado Esther Regina que lleváis casi cuatro años con el proyecto, pero ha sido éste, justamente en el año hispano-ruso, cuando habéis estrenado. ¿Crees que ésto te va a ayudar para expandirte allí, te interesa hacerlo?
CI: Sí que nos ha invitado el Instituto Cervantes para ir a presentar la película de los niños de la guerra que quedan allí en Moscú a propósito de una exposición que se va a hacer sobre libros de texto republicanos que mandó la República a los niños cuando estaban exiliados. Y hombre, me haría mucha ilusión presentársela a ellos que es a quienes hacemos el homenaje con esta película.
DF: Este película seguro va a tocar la fibra sensible a un público más maduro, más nostálgico, pero, ¿cómo llegar a los jóvenes?
CI: Pues mira, ha visto la película un cine lleno de twitteros, que son jóvenes, y la respuesta que he encontrado en Twitter ha sido absolutamente maravillosa. Habrá chavales con más sensibilidad y otros con menos ante estas historias... Hay gente que le interesa la historia, le interesa profundizar un poco en cómo somos, que no sólo se quedan en la superficie de una película americana de tiros o en una película romántica de esas que hay mil, diseñadas por ordenador, que son idénticas... Pero también hay otros que se quedarán ahí totalmente y que ésta película no les interesará para nada. Yo confío que entre todos por lo menos abramos una puerta a la curiosidad, por saber un poquito más de la historia de nosotros mismos. Con eso me daría con un canto en los dientes.
DF: Y ahora que has descubierto Twitter, ¿crees que estas redes sociales son una buena puerta para el cine? ¿Las vas a aprovechar?
CI: Yo las estoy aprovechando y estoy encantado porque la verdad es que tiene una repercusión cualquier cosa que hagas o digas impresionante a la que antes era prácticamente imposible llegar. Hay que utilizar las armas que te da el presente, porque antes una película te duraba en la Gran Vía un año y medio y no la movía ni San Pedro bendito. Hoy te la pueden ventilar en nada, a no ser que haya un 'boca a boca' que como en esta película esperemos que funcione y pueda correr.
DF: Has hecho una auténtica 'labor' de periodista entrevistándote con 37 personas, niños de Rusia, para inspirarte. De esas 37 historias, ¿cuál es la que más te ha impactado?
CI: La que más me ha llamado la atención es justamente la de un señor que ha venido hoy a ver la película que había leído su historia... Es un chaval que lo mandan a Rusia, sufre toda la Guerra Civil Española o gran parte de ella, después sufre toda la II Guerra Mundial y cuando están a punto de echar a todos los alemanes de Rusia tiene un accidente horrendo con un tranvía, se le cae el tranvía encima y le corta las dos piernas... Empieza a sobrevivir como puede en esa Rusia de postguerra con una hambruna tremenda y con todo y eso sacó una carrera universitaria adelante, se hizo uno de los médicos más famosos de la Unión Soviética, llegó a España y era el único que operaba a corazón abierto y salvó cantidad de vidas en este país. Y hoy le he visto absolutamente emocionado en la sala... Al salir le he preguntado:'¿qué le ha parecido?' y me ha dicho: '¡Me ha encantado! Yo me he criado en esos pueblos que sacas ahí en la República de los Alemanes del Volga'. Me ha parecido muy bonito... No me esperaba además que fuera a venir, no lo sabía.
DF: Cuando haces una película, hay cosas que no puedes incluir porque no hay espacio ni tiempo, entonces, ¿hay alguna escena que hayas querido contar que no has podido?
CI: Cuando empecé a pensar el guión, la película empezaba saliendo de Moscú con un plano maravilloso de la ciudad siendo bombardeada por los alemanes y miles de extras cogiendo barcazas en el río Moscova para salir huyendo de la ciudad... Así empezaba mi película. Y eso no podía ser. Nunca me he atrevido a escribirlo (nos dice entre risas), ¡porque era imposible!
DF: ¿Y alguna que sí hayáis rodado que no haya podido entrar?
CI: Escenas han entrado todas, lo que pasa es que he quitado trocitos de algunas. Hemos quitado en total como unos 17 minutos rodados.
DF: El rodaje, sólo con ver la película se puede intuir, fue un poco difícil, ¿verdad?
CI: Sí... Lo complicado del invierno, que los días se terminaban muy pronto, a las cuatro de la tarde ya era de noche, de frío intenso, de trabajar el 80% de la película en exteriores. Entonces todo eso hace que sea más complejo, pero también eso es mucho más vistoso y visualmente muy alegre. Cuando ves tanto exterior la verdad es que te llama mucho la atención y esos paisajes tan nevados son asombrosos... Todo tiene sus pros y sus contras.
DF: Han sido casi cuatro años de proyecto, pero, ¿cuánto tiempo habéis estado allí rodando?
CI: Pues en Suiza en total siete semanas: seis en invierno y una en otoño y en Sevilla dos. En total nueve semanas de rodaje.
DF: ¿Y alguna anécdota que contar en estas nueve semanas?
CI: Pues hay una anécdota muy bonita, que ocurría un día que hacía especialmente frío, ¡mucho frío! Nos metían en unas carpas prácticamente de playa a comer, una comida riquísima, española, y yo me cogí un plato de lentejas, hirviendo. Me lo puse en la mesa, me fui a coger la fruta y me entretuve hablando con un compañero y cuando volví levanté la cuchara y, ¡me llevé todas las lentejas en un bloque!¡Todas las lentejas estaban congeladas, enganchadas a la cuchara! (risas).
DF: Tu primera película como director es muy autobiográfica, pero, aunque no haya sido esa época la que te ha tocado vivir a ti la que muestras en 'Ispansi?, ¿tiene pedacitos de ti tu personaje?
CI: Todos los personajes que haga un actor, y que encima, si has escrito el guión infinitamente más, tienen que ver contigo, tus valores humanos y tus esencias. Porque yo no sé escribir por boca de otro señor, ni por el alma de él, ni por el corazón de él, sólo sé pasarlo todo a través del filtro de mi propia personalidad. Entonces, todos, absolutamente todos los personajes tienen algo que ver conmigo.
DF: ¿Y algo en concreto?
CI: Pues que son todos guapos, viriles, conquistadores... ¡A ver, cómo soy yo! (risas)
DF: Te hemos visto muchos años dedicado a la comedia, entonces seguro que a mucha gente le choca verte en estas tesituras... ¿Tú donde te mueves mejor, dónde te ves mejor, en dramas o en comedias?
CI: Yo considero que soy actor, entonces a no ser que digan lo contrario... Lo que necesito es la variación. Hay profesiones maravillosas que yo realmente no las quisiera para mí como es ser Cantinflas toda tu vida o ser Charlie Chaplin toda tu vida con el personaje de Chalot. Considero que son personajes maravillosos, pero sólo tienes una vida para vivirla, entonces siempre hacer lo mismo... A mí me gusta pasar de ser 'Benito' o 'Pepelu' a ser un comisario, político, o a ser un emigrante en Suiza.
DF: Lo que sí que es cierto, que Charlie Chaplin en la última etapa de su carrera cambió su personaje, se olvidó de Charlot para contar otras cosas, entonces, en ésta última etapa de este cineasta, ¿te identificas con él de algún modo, como actor y director?
CI: No... Nunca lo había pensado. Me identifico con un Fernando Fernán Gómez que estuvo en la interpretación y en la dirección... Son personajes más cercanos. Charlie Chaplin es como... es Dios, ¿no?
DF:Carlos, ¿te has quitado ya el sambenito de 'Benito'?
CI: La verdad es que gracias a él estamos aquí, o sea que... Yo no me quiero quitar absolutamente nada. Hombre, vería feo que la gente que entrara a ver esta película, yo lo hubiera hecho tan mal que vieran a 'Benito' ahí trabajando. Pero no creo sinceramente que eso ocurra para nada. Yo no pretendo quitarme nada, a mí cuando me llaman 'Benito' me hace mucha ilusión porque de alguna forma guardan un cariño muy especial por un personaje.
DF: ¿Cuál es la parte más gratificante de hacer una película: la pre-producción, el rodaje o estos momentos de promoción?
CI: La parte más gratificante es cuando recibes el aplauso el día del estreno. Si es un aplauso de verdad que tu notas que es sincero compensa todos los sufrimientos y todo el padecer que has tenido durante todos los años, que han sido muchos. El otro día cuando en el Festival de Huelva nos dieron el Premio del Público, y el público aplaudiendo que se partían las manos haciéndolo... Yo creo que eso compensa todo el esfuerzo, porque si no encuentras ese calor, realmente miras para atrás y dices, '¿para qué me meto yo en este lío tan gordo?'
DF: La nominación de Esther por parte de la Unión de Actores a mejor 'Actriz revelación', ¿cómo la habéis recibido?
CI: Con una ilusión enorme... Nos ha costado un dinero, hemos tenido que dar casi medio millón de euros para conseguirla, pero al final la hemos conseguido... (nos dice entre risas) ¡Es una broma! ¿Eh? (risas). En serio, pues una ilusión enorme, más que nada porque es más que merecido. Hace un papel enorme y además ella estuvo, como os ha contado, mucho tiempo trabajando fuera de España, entonces, ese reconocimiento desde la vuelta a España es algo muy cálido para ella.
DF: Y la espinita de los Goya, quedará ahí...
CI: La espinita de los Goya queda ahí porque al no haber estrenado pues no hemos tenido ninguna oportunidad, ni lo ha visto nadie... Y al año que viene no podemos entrar... Pero, ¡vayamos a los Oscar! (risas) ¡Qué coño!
Carlos Iglesias se ha marchado hasta Suiza, como ya hiciera con su primera película, para rodar esta historia de españoles exiliados. Y ha elegido para protagonizarla a Esther Regina, con quien Diario Femenino habló durante la presentación de la película. Tampoco podíamos perder la oportunidad de hablar con él... ¿Quieres saber los que nos ha contado?
Diario Femenino: Hemos escuchado que tu intención con 'Ispansi' era que estuviese ligada a tu primera película como director, 'Un franco, 14 pesetas'. Cuéntanos, ¿en qué consiste esa conexión?
Carlos Iglesias: La relación es sencilla de entender, siguen siendo españoles fuera de España. No quería repetir la historia de la inmigración -tema principal en 'Un franco, 14 pesetas'-, pero me pareció que era muy apropiado hablar justamente del exilio español, que por desgracia, hemos tenido varios, y el más trágico probablemente haya sido el de los niños que fueron a la Unión Soviética.
DF: Ya has comentado también que quieres hacer una trilogía, que tienes en mente otra película, pero no vas a darnos pistas sobre el argumento... Dinos al menos si has pensado en Suiza de nuevo para grabar.
CI: Va a ser una comedia. Y... hombre, nos va muy bien rodando en Suiza, las cosas como son, no nos podemos quejar en absoluto. Pero no sé... Todavía no la tengo tan avanzada como para pensar en Suiza, pero nos ha ido muy bien siempre.
DF: Ya nos ha chivado Esther Regina que lleváis casi cuatro años con el proyecto, pero ha sido éste, justamente en el año hispano-ruso, cuando habéis estrenado. ¿Crees que ésto te va a ayudar para expandirte allí, te interesa hacerlo?
CI: Sí que nos ha invitado el Instituto Cervantes para ir a presentar la película de los niños de la guerra que quedan allí en Moscú a propósito de una exposición que se va a hacer sobre libros de texto republicanos que mandó la República a los niños cuando estaban exiliados. Y hombre, me haría mucha ilusión presentársela a ellos que es a quienes hacemos el homenaje con esta película.
DF: Este película seguro va a tocar la fibra sensible a un público más maduro, más nostálgico, pero, ¿cómo llegar a los jóvenes?
CI: Pues mira, ha visto la película un cine lleno de twitteros, que son jóvenes, y la respuesta que he encontrado en Twitter ha sido absolutamente maravillosa. Habrá chavales con más sensibilidad y otros con menos ante estas historias... Hay gente que le interesa la historia, le interesa profundizar un poco en cómo somos, que no sólo se quedan en la superficie de una película americana de tiros o en una película romántica de esas que hay mil, diseñadas por ordenador, que son idénticas... Pero también hay otros que se quedarán ahí totalmente y que ésta película no les interesará para nada. Yo confío que entre todos por lo menos abramos una puerta a la curiosidad, por saber un poquito más de la historia de nosotros mismos. Con eso me daría con un canto en los dientes.
DF: Y ahora que has descubierto Twitter, ¿crees que estas redes sociales son una buena puerta para el cine? ¿Las vas a aprovechar?
CI: Yo las estoy aprovechando y estoy encantado porque la verdad es que tiene una repercusión cualquier cosa que hagas o digas impresionante a la que antes era prácticamente imposible llegar. Hay que utilizar las armas que te da el presente, porque antes una película te duraba en la Gran Vía un año y medio y no la movía ni San Pedro bendito. Hoy te la pueden ventilar en nada, a no ser que haya un 'boca a boca' que como en esta película esperemos que funcione y pueda correr.
DF: Has hecho una auténtica 'labor' de periodista entrevistándote con 37 personas, niños de Rusia, para inspirarte. De esas 37 historias, ¿cuál es la que más te ha impactado?
CI: La que más me ha llamado la atención es justamente la de un señor que ha venido hoy a ver la película que había leído su historia... Es un chaval que lo mandan a Rusia, sufre toda la Guerra Civil Española o gran parte de ella, después sufre toda la II Guerra Mundial y cuando están a punto de echar a todos los alemanes de Rusia tiene un accidente horrendo con un tranvía, se le cae el tranvía encima y le corta las dos piernas... Empieza a sobrevivir como puede en esa Rusia de postguerra con una hambruna tremenda y con todo y eso sacó una carrera universitaria adelante, se hizo uno de los médicos más famosos de la Unión Soviética, llegó a España y era el único que operaba a corazón abierto y salvó cantidad de vidas en este país. Y hoy le he visto absolutamente emocionado en la sala... Al salir le he preguntado:'¿qué le ha parecido?' y me ha dicho: '¡Me ha encantado! Yo me he criado en esos pueblos que sacas ahí en la República de los Alemanes del Volga'. Me ha parecido muy bonito... No me esperaba además que fuera a venir, no lo sabía.
DF: Cuando haces una película, hay cosas que no puedes incluir porque no hay espacio ni tiempo, entonces, ¿hay alguna escena que hayas querido contar que no has podido?
CI: Cuando empecé a pensar el guión, la película empezaba saliendo de Moscú con un plano maravilloso de la ciudad siendo bombardeada por los alemanes y miles de extras cogiendo barcazas en el río Moscova para salir huyendo de la ciudad... Así empezaba mi película. Y eso no podía ser. Nunca me he atrevido a escribirlo (nos dice entre risas), ¡porque era imposible!
DF: ¿Y alguna que sí hayáis rodado que no haya podido entrar?
CI: Escenas han entrado todas, lo que pasa es que he quitado trocitos de algunas. Hemos quitado en total como unos 17 minutos rodados.
DF: El rodaje, sólo con ver la película se puede intuir, fue un poco difícil, ¿verdad?
CI: Sí... Lo complicado del invierno, que los días se terminaban muy pronto, a las cuatro de la tarde ya era de noche, de frío intenso, de trabajar el 80% de la película en exteriores. Entonces todo eso hace que sea más complejo, pero también eso es mucho más vistoso y visualmente muy alegre. Cuando ves tanto exterior la verdad es que te llama mucho la atención y esos paisajes tan nevados son asombrosos... Todo tiene sus pros y sus contras.
DF: Han sido casi cuatro años de proyecto, pero, ¿cuánto tiempo habéis estado allí rodando?
CI: Pues en Suiza en total siete semanas: seis en invierno y una en otoño y en Sevilla dos. En total nueve semanas de rodaje.
DF: ¿Y alguna anécdota que contar en estas nueve semanas?
CI: Pues hay una anécdota muy bonita, que ocurría un día que hacía especialmente frío, ¡mucho frío! Nos metían en unas carpas prácticamente de playa a comer, una comida riquísima, española, y yo me cogí un plato de lentejas, hirviendo. Me lo puse en la mesa, me fui a coger la fruta y me entretuve hablando con un compañero y cuando volví levanté la cuchara y, ¡me llevé todas las lentejas en un bloque!¡Todas las lentejas estaban congeladas, enganchadas a la cuchara! (risas).
DF: Tu primera película como director es muy autobiográfica, pero, aunque no haya sido esa época la que te ha tocado vivir a ti la que muestras en 'Ispansi?, ¿tiene pedacitos de ti tu personaje?
CI: Todos los personajes que haga un actor, y que encima, si has escrito el guión infinitamente más, tienen que ver contigo, tus valores humanos y tus esencias. Porque yo no sé escribir por boca de otro señor, ni por el alma de él, ni por el corazón de él, sólo sé pasarlo todo a través del filtro de mi propia personalidad. Entonces, todos, absolutamente todos los personajes tienen algo que ver conmigo.
DF: ¿Y algo en concreto?
CI: Pues que son todos guapos, viriles, conquistadores... ¡A ver, cómo soy yo! (risas)
DF: Te hemos visto muchos años dedicado a la comedia, entonces seguro que a mucha gente le choca verte en estas tesituras... ¿Tú donde te mueves mejor, dónde te ves mejor, en dramas o en comedias?
CI: Yo considero que soy actor, entonces a no ser que digan lo contrario... Lo que necesito es la variación. Hay profesiones maravillosas que yo realmente no las quisiera para mí como es ser Cantinflas toda tu vida o ser Charlie Chaplin toda tu vida con el personaje de Chalot. Considero que son personajes maravillosos, pero sólo tienes una vida para vivirla, entonces siempre hacer lo mismo... A mí me gusta pasar de ser 'Benito' o 'Pepelu' a ser un comisario, político, o a ser un emigrante en Suiza.
DF: Lo que sí que es cierto, que Charlie Chaplin en la última etapa de su carrera cambió su personaje, se olvidó de Charlot para contar otras cosas, entonces, en ésta última etapa de este cineasta, ¿te identificas con él de algún modo, como actor y director?
CI: No... Nunca lo había pensado. Me identifico con un Fernando Fernán Gómez que estuvo en la interpretación y en la dirección... Son personajes más cercanos. Charlie Chaplin es como... es Dios, ¿no?
DF:Carlos, ¿te has quitado ya el sambenito de 'Benito'?
CI: La verdad es que gracias a él estamos aquí, o sea que... Yo no me quiero quitar absolutamente nada. Hombre, vería feo que la gente que entrara a ver esta película, yo lo hubiera hecho tan mal que vieran a 'Benito' ahí trabajando. Pero no creo sinceramente que eso ocurra para nada. Yo no pretendo quitarme nada, a mí cuando me llaman 'Benito' me hace mucha ilusión porque de alguna forma guardan un cariño muy especial por un personaje.
DF: ¿Cuál es la parte más gratificante de hacer una película: la pre-producción, el rodaje o estos momentos de promoción?
CI: La parte más gratificante es cuando recibes el aplauso el día del estreno. Si es un aplauso de verdad que tu notas que es sincero compensa todos los sufrimientos y todo el padecer que has tenido durante todos los años, que han sido muchos. El otro día cuando en el Festival de Huelva nos dieron el Premio del Público, y el público aplaudiendo que se partían las manos haciéndolo... Yo creo que eso compensa todo el esfuerzo, porque si no encuentras ese calor, realmente miras para atrás y dices, '¿para qué me meto yo en este lío tan gordo?'
DF: La nominación de Esther por parte de la Unión de Actores a mejor 'Actriz revelación', ¿cómo la habéis recibido?
CI: Con una ilusión enorme... Nos ha costado un dinero, hemos tenido que dar casi medio millón de euros para conseguirla, pero al final la hemos conseguido... (nos dice entre risas) ¡Es una broma! ¿Eh? (risas). En serio, pues una ilusión enorme, más que nada porque es más que merecido. Hace un papel enorme y además ella estuvo, como os ha contado, mucho tiempo trabajando fuera de España, entonces, ese reconocimiento desde la vuelta a España es algo muy cálido para ella.
DF: Y la espinita de los Goya, quedará ahí...
CI: La espinita de los Goya queda ahí porque al no haber estrenado pues no hemos tenido ninguna oportunidad, ni lo ha visto nadie... Y al año que viene no podemos entrar... Pero, ¡vayamos a los Oscar! (risas) ¡Qué coño!
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