'El héroe de Hollywood', biografía que conmemora el 50 aniversario de la muerte de Gary Cooper
Gary Cooper, uno de los actores más emblemáticos de Hollywood, permanece como icono del cine clásico pese a que ya se cumplen 50 años de su muerte. Conmemorando la señalada fecha se edita en España su biografía, titulada 'Gary Cooper. El héroe americano'.
Si hay una relación por la que se conoce a Cooper no es por la que mantuviera con ninguna mujer (aunque hubo muchas) sino su amistad con el escritor Hernest hemingway, con quien mantuvo una excelente relación hasta el final de su vida. Fue con él precisamente, con quienrodó las adaptaciones de 'Adiós a las armas' y '¿Por quién doblan las campanas?' y él consiguió que, bajo esa fachada de hombre noble, conservador e intelectualmente básico, se descubriera al verdadero Cooper.
Gary Cooper llegó en el momento más dulce de la industria de Hollywood: interpretaba la primera película que ganó el Óscar, 'Wings', redujo a la salvaje Marlene Dietrich en 'Morocco' y fue el rostro de la gran esperanza democrática estadounidense gracias a 'Mr. Deeds Goes to Town ' y 'Meet John Doe', de Frank Capra.
Dietrich, despechada por descubrirse una simple conquista más para el actor -junto otras compañeras de reparto como Clara Bow o Ingrid Bergman- no tuvo buenas palabras para él: "No era ni inteligente ni culto, lo reclamaban por su físico, como a los demás, porque a fin de cuentas es lo que importaba".
Pero Cooper, si bien era parco en palabras, fue desvelando que bajo su cotizado continente había mucho contenido. "Si los demás tienen cosas más interesantes que decir, yo me callo", decía. Bien es cierto que la edad le fue curtiendo, pero pese a sus ideales conservadores nunca dudó en defender al guionista Carl Foreman, autor de uno de sus mejores títulos, 'High Noon', durante la famosa 'caza de brujas'.
El actor hollywoodiense sentía debilidad por nuestro país, y más concretamente, por los toros, como demostró en numerosas ocasiones: "Fuimos a una ganadería en Toledo, dimos unos cuantos capotazos a una vaquillas y lo pasamos muy bien (...) volvimos al hotel oliendo como cabras", relata.
Pero no se limitaba a mirar. Invitado por Luis Miguel Dominguín ese atrevió a bajar a la arena: "Nunca en mi vida había experimentado un miedo semejante al que experimenté en aquel ruedo".
"De alguna manera me las arreglé para dar un par de buenos pases y que me gritaran unos cuantos olés, que me supieron mejor que todos los aplausos que había recibido en Hollywood", aseguraba.
Hemingway precisamente fue quien le presentó a Pablo Picasso a finales de los cincuenta. Cooper le regaló un inmenso sombrero Stetson que había usado en el rodaje de Saratoga Trunk', junto a Ingrid Bergman, y un revólver Colt del 45.
Pero con quien no acabó de entenderse fue con la actriz española Sarita Montiel, con quien rodó 'Veracruz'. "Volvía del rodaje en exteriores diciendo que casi le resultaba insoportable tenerla que tocar o besar. Ella nunca utilizaba champú. Me dijo su peluquero que cada día no hacía más que añadirle aceite de oliva a su pelo", recordaba la actriz, amiga y amante de Cooper Lorraine Chanel.
Gary Cooper murió tres años después de que le fue detectado un cáncer en diciembre de 1960, a punto de cumplir los sesenta años. Sus últimas voluntades fueron: "viajar a París, ir a cazar faisanes con Hemingway y decir adiós a mis amigos".
Si hay una relación por la que se conoce a Cooper no es por la que mantuviera con ninguna mujer (aunque hubo muchas) sino su amistad con el escritor Hernest hemingway, con quien mantuvo una excelente relación hasta el final de su vida. Fue con él precisamente, con quienrodó las adaptaciones de 'Adiós a las armas' y '¿Por quién doblan las campanas?' y él consiguió que, bajo esa fachada de hombre noble, conservador e intelectualmente básico, se descubriera al verdadero Cooper.
Gary Cooper : Éxitos de taquilla y de amor
Gary Cooper llegó en el momento más dulce de la industria de Hollywood: interpretaba la primera película que ganó el Óscar, 'Wings', redujo a la salvaje Marlene Dietrich en 'Morocco' y fue el rostro de la gran esperanza democrática estadounidense gracias a 'Mr. Deeds Goes to Town ' y 'Meet John Doe', de Frank Capra.
Dietrich, despechada por descubrirse una simple conquista más para el actor -junto otras compañeras de reparto como Clara Bow o Ingrid Bergman- no tuvo buenas palabras para él: "No era ni inteligente ni culto, lo reclamaban por su físico, como a los demás, porque a fin de cuentas es lo que importaba".
Pero Cooper, si bien era parco en palabras, fue desvelando que bajo su cotizado continente había mucho contenido. "Si los demás tienen cosas más interesantes que decir, yo me callo", decía. Bien es cierto que la edad le fue curtiendo, pero pese a sus ideales conservadores nunca dudó en defender al guionista Carl Foreman, autor de uno de sus mejores títulos, 'High Noon', durante la famosa 'caza de brujas'.
España y los toros, aficiones de Gary Cooper
El actor hollywoodiense sentía debilidad por nuestro país, y más concretamente, por los toros, como demostró en numerosas ocasiones: "Fuimos a una ganadería en Toledo, dimos unos cuantos capotazos a una vaquillas y lo pasamos muy bien (...) volvimos al hotel oliendo como cabras", relata.
Pero no se limitaba a mirar. Invitado por Luis Miguel Dominguín ese atrevió a bajar a la arena: "Nunca en mi vida había experimentado un miedo semejante al que experimenté en aquel ruedo".
"De alguna manera me las arreglé para dar un par de buenos pases y que me gritaran unos cuantos olés, que me supieron mejor que todos los aplausos que había recibido en Hollywood", aseguraba.
Regalos para Picasso y reproches para Sarita Montiel
Hemingway precisamente fue quien le presentó a Pablo Picasso a finales de los cincuenta. Cooper le regaló un inmenso sombrero Stetson que había usado en el rodaje de Saratoga Trunk', junto a Ingrid Bergman, y un revólver Colt del 45.
Pero con quien no acabó de entenderse fue con la actriz española Sarita Montiel, con quien rodó 'Veracruz'. "Volvía del rodaje en exteriores diciendo que casi le resultaba insoportable tenerla que tocar o besar. Ella nunca utilizaba champú. Me dijo su peluquero que cada día no hacía más que añadirle aceite de oliva a su pelo", recordaba la actriz, amiga y amante de Cooper Lorraine Chanel.
Gary Cooper murió tres años después de que le fue detectado un cáncer en diciembre de 1960, a punto de cumplir los sesenta años. Sus últimas voluntades fueron: "viajar a París, ir a cazar faisanes con Hemingway y decir adiós a mis amigos".
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