Toni Francesc viste a una mujer futurista en el otoño invierno 2010-2011

La colección otoño invierno 2010-2011 de Toni Francesc se traduce en una metáfora entre hombre y máquina, una mirada crítica hacia el futuro sin separar las raíces del pasado y la artesanía. El diseñador catalán entiende que vivimos en un mundo apresurado, frío y tecnológico por culpa de la masiva industrialización. El hombre se siente vacío, la falta de identidad le hace no ser feliz consigo mismo y se resguarda en un mundo industrial decadente. Recurre a la ciencia y la tecnología, con la finalidad de solucionar sus problemas y encontrar su propio yo.

El hombre y la máquina en la colección de Toni Francesc

Las vías de tren y los cables eléctricos son un elemento clave en la colección ya que muestran una visión panorámica, es decir, una perspectiva que se aleja de nuestra vista y simboliza el estancamiento que siente el hombre en el momento en el que vive. Esto simboliza la necesidad de cambio y renovación. Una mirada esperanzada hacia el futuro.

La colección se basa en una imagen andrógena, donde hombre y tecnología se fusionan. Todas las carencia del hombre se solventan con objetos mecánicos, es decir, se forja a sí mismo con elementos industriales.

Los colores de la colección se extraen de metales oxidados y elementos industriales. Los tejidos son de algodón, viscosa y seda, con texturas y tonos matizados a través de procesos de desgaste. Las formas y los volúmenes de las prendas consisten en un juego de piezas que sobresalen de la figura en zonas como hombros y cadera. Destacan las formas angulosas y los alerones de las prendas que dan en todo su conjunto una sensación de velocidad y dinamismo.

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