Roberto Verino: 'En nuestro tiempo la figura del estilo podría representarla Angelina Jolie'
El diseñador gallego ha compartido un pedacito de su tiempo con Diario Femenino para darnos toda una lección de moda. ¿Quién mejor que Roberto Verino para explicarlos la evolución de las tendencias de la moda española, su presente y su futuro?
El diseñador se sincera con nosotras y nos cuenta su opinión sobre la Alta Costura y el prêt-à-porter, sobre esta crisis que también ha afectado a este mundo...Y ya de paso, nos desvela algunos de los secretos de su colección de la próxima temporada. ¿Quieres descubrirlos?
Diario Femenino: ¿En qué sentido ha cambiado la moda española desde los años 80, cuando creó su marca, hasta nuestros días?
Roberto Verino: Aunque parezca mentira, no hemos cambiado tanto. Los tejidos estrella de entonces eran la lana, el lino, la lycra y la viscosa; solo esta última ha perdido la vigencia que entonces tenía, ahora ese protagonismo lo ha adquirido el cashemere y el algodón. Tampoco encuentro grandes diferencias en cuanto a la silueta, pues desde los años ochenta hasta nuestros días, la moda no ha hecho nada más que reinterpretar décadas del pasado y, precisamente, una de las últimas en ser "revisitadas" han sido los años ochenta. Y quizás el único cambio evidente haya sido el que produce la madurez, puesto que en estos años la moda española ha pasado de ser una descarada copia de lo que se hacía fuera de nuestras fronteras a una relativa emancipación. Se podría decir que ahora todos somos "menos inocentes", todos somos un poco más sofisticados.
DF: ¿Qué es lo que rescataría de entonces, de esta alocada década de los 80, para traerlo a nuestros días?
RV: Creo que ya se ha reivindicado lo más característico de aquella época, las hombreras, el vestido minifalda, la silueta muy ceñida, la influencia del oro, de la plata y del negro y, por supuesto, el imprescindible tacón. Todo ello me sigue pareciendo válido, quizás la única matización sería que la hombrera debe de ser un poco más "tranquila". Cualquier símbolo que insista en los excesos de aquella década feliz debe de ser matizado, no convendría olvidar que aunque la moda es un sueño, no puede ser ajena al ciclo económico en el que nos encontramos. A la gente le gusta soñar pero, a veces, se enfada cuando los provocamos con una incoherencia.
DF: Y si nos vamos aún más atrás, ¿qué rescataría del pasado, de cualquier momento de la historia de la moda, para traerlo hasta nuestros días?
RV: Me gustan mucho los años veinte y los sesenta por su evidente modernidad, me gustan los treinta y los cincuenta por su "cinematográfica sensualidad" y hasta me gustan los años cuarenta por su austeridad y su masculinidad. Yo creo que el siglo veinte es el gran siglo de la moda y, que por lo tanto, se constituyen en un riquísimo "fondo de armario" del que se pueden rescatar cientos de obras maestras. En estos momentos, creo sinceramente, que el trabajo de un diseñador no es tanto buscar desesperadamente lo "nuevo" -que quizás ya no existe-, como proponer las cosas más adecuadas para las necesidades de este momento. Si por lo que fuese las mujeres de nuestro tiempo quieren vestirse la temporada que viene emulando a uno de sus mitos, por ejemplo Jackie Kennedy, nuestro verdadero trabajo consiste en reinterpretar esa imagen y ponerla a su alcance.
DF: ¿En qué se ha inspirado para confeccionar sus diseños de la última temporada?
RV: Estoy trabajando en una idea que me parece muy enriquecedora, tanto para mí como para mis clientes más fieles, aquellos en los que, inconscientemente, pienso cuando diseño mis colecciones. Estoy reinterpretando el "estilo" Roberto Verino, dándole vueltas a esa imagen que los periodistas con memoria histórica y los clientes tienen de todos estos años de oficio. Si existe el estilo Roberto Verino -por supuesto yo creo que sí-, nadie mejor que yo para reinterpretarlo. Como hace Karl Lagerfeld con Chanel, Armani Jill Sander o Calvin Klein, prefiero trabajar en variaciones sobre mi obra que apuntarme, como si fuese una marca impersonal, a la última tendencia en boga. Como espero demostrar en mi próxima colección, te puede interesar mucho el color beige y no por eso dejar de ser Roberto Verino.
DF: Y si nos permite... ¿Nos puede ofrecer un adelanto de lo que nos enseñará el próximo febrero en Cibeles?
RV: En un ejercicio de responsabilidad con la austeridad que nos piden los tiempos, haré una colección pegada a la tierra, donde los colores de la naturaleza, de los verdes a los marrones, jugarán con el eterno negro. Habrá colores esenciales, pero la silueta y los acabados de los tejidos pondrán ese toque de sofisticación que necesita cualquier colección que aspire realmente a ser una colección de moda.
DF: Alta Costura Vs Prêt-à-Porter. ¿Qué opinión le merece cada uno? ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes que cree que tienen?
RV: Creo, sinceramente, que el mundo de la alta costura ha desaparecido. Las casas que lo practican lo hacen conscientes de que su público es una "escandalosa" minoría. Como es lógico, respeto que esas casas sigan haciendo alta costura porque es evidente que se lo plantean como un ejercicio de "investigación de lo imposible" cuando no de extraordinario espectáculo mediático, pero desde hace muchos años, máxime desde la aparición de Zara, el mundo de la moda está en otro lugar. Discutir esto me parece un ejercicio bizantino.
DF: Una pequeña reflexión... Muchos diseñadores lamentan que la Alta Costura ya no sea lo que era, aquellos desfiles en los que cada modelo tenía un número y las damas podían comprarlo. Alta Costura 'al alcance de todos'. ¿Qué opina sobre ésto?
RV: Como dijo genialmente Balenciaga a finales de los años sesenta, el tiempo de la alta costura había muerto porque habían muerto sus verdaderas clientas, aquellas que tenían todo el tiempo del mundo para asistir a las pruebas, todo el dinero del mundo para pagar sus precios y todo el armario del mundo para guardar sus "obras de arte". Hoy, ese mundo, lamentable o afortunadamente, ya no existe y sus nuevas clientas son actrices de cine a las que las casas les dejan los vestidos y casi les pagan porque los lleven. Hablar en serio de ese mundo me parece casi una provocación.
DF: Y siguiendo con la Alta Costura. Otros tantos consideran que se ha convertido en arte puro y duro, algo bonito para mirar, pero poco 'ponible'.
RV: La propia alta costura "autolegitima" su función contemporánea diciendo que es el "laboratorio de la moda", ese lugar donde la verdadera cultura del lujo hace posible cualquier tejido, cualquier forma y cualquier color, pero más allá del innegable espectáculo de sus desfiles, su realidad en nuestra sociedad es un poco fantasmogórica. Más allá de una actriz de cine o de una estrella del rock, ese mundo es difícilmente sostenible, de hecho, si no fuese porque esas mismas casas tienen colecciones de prêt-à-porter, perfumes, accesorios y otras muchas licencias, su mera existencia sería imposible.
¿Cuál ha sido la 'edad de oro' de la Alta Costura española? ¿Quiénes cree que fueron sus protagonistas?
RV: Sin duda ninguna, los años cuarenta, cincuenta y sesenta, y sus figuras, Balenciaga, Pedro Rodríguez, Pertegaz, Elio Berhanyer, Carmen Mir, Santaeulalia, El Dique Flotante, Herrera y Ollero, Vargas Ochagavía, Marvel, Lino y otros muchos. Se daban dos circunstancias paradigmáticas, no había nacido aún el prêt-à-porter y el país, o mejor dicho, las élites sociales del país, necesitaban vestirse de "lo español", sobre todo, porque hasta el plan de estabilización de 1959 éramos un país absolutamente aislado del resto del mundo, no solo por la autarquía, también porque las fronteras eran prácticamente insalvables.
Díganos un diseñador español al que admire y otro extranjero. ¿Qué destaca de cada uno de ellos?
RV: Además de Balenciaga, le tengo un aprecio muy especial a Elio Berhanyer. Creo que fue un diseñador español totalmente equivalente a sus contemporáneos internacionales, concretamente, a Courrèges. En cuanto a los internacionales, siempre he declarado mi sincera admiración por Armani, no solo como el estilista más influyente de los años ochenta, sino también por su cualidad de empresario ejemplar de moda.
DF: ¿Quién cree que ha sido la mejor modelo de estilo y elegancia de la historia? ¿Y quién podría ocupar su lugar a día de hoy?
RV: Es innegable que Audrey Hepburn encarna perfectamente ese mito, como también Grace Kelly o Jackie Kennedy. En nuestro tiempo, esa figura podría representarla Angelina Jolie, en el sentido de que una mujer que podría, perfectamente, perderse en las vanidades de su belleza o de su éxito, en vez de hacer tonterías del tipo diseñar su propia colección de moda y esas cosas que hacen otras, se dedica, sinceramente, a apoyar todas las causas humanitarias que pasan por su vida.
DF: Una pregunta inevitable, teniendo en cuenta el momento qué vivimos: ¿Cómo cree que ha afectado la crisis a la moda?
RV: La crisis ha afectado al mundo de la moda con una enorme intensidad, no solo porque haya enfriado las legítimas aspiraciones de los consumidores, sino porque ha instalado una pregunta que marcará seguramente un antes y un después: cuál es el sentido último del precio que debemos pagar por un lujo... ¡incluso las grandes casas han sido tocadas por esta reflexión!. Creo que saldremos de la crisis "coyuntural", pero también creo que el mundo no olvidará fácilmente esta lección. Sabemos que la gran "maquinaria china" se convertirá en un cliente extraordinario de todos los productos de moda occidentales, pero la fragilidad de depender de los países emergentes no se nos olvidará en muchos años.
DF: El pasado mes de diciembre lamentábamos la noticia de que el diseñador cordobés Elio Berhanyer cerraba su taller de la calle Fortuny. ¿Hay esperanza? ¿Cree que hubo tiempos peores en los que se salió adelante?
RV:En el caso Elio Berhanyer creo que influyen muchas circunstancias y que el cierre de su taller, no confundir con la desaparición de su marca, quizás sea más atribuible a problemas de gestión de su marca que a cualquier otro, tal vez sea verdad que si esos problemas no hubiesen coincidido con la actual crisis económica que atraviesa España, los acontecimientos no se habrían precipitado. Elio, más que un diseñador de moda, es una "institución" de la moda española. Todos deseamos que pueda seguir en activo mientras él lo desee.
El diseñador se sincera con nosotras y nos cuenta su opinión sobre la Alta Costura y el prêt-à-porter, sobre esta crisis que también ha afectado a este mundo...Y ya de paso, nos desvela algunos de los secretos de su colección de la próxima temporada. ¿Quieres descubrirlos?
Diario Femenino: ¿En qué sentido ha cambiado la moda española desde los años 80, cuando creó su marca, hasta nuestros días?
Roberto Verino: Aunque parezca mentira, no hemos cambiado tanto. Los tejidos estrella de entonces eran la lana, el lino, la lycra y la viscosa; solo esta última ha perdido la vigencia que entonces tenía, ahora ese protagonismo lo ha adquirido el cashemere y el algodón. Tampoco encuentro grandes diferencias en cuanto a la silueta, pues desde los años ochenta hasta nuestros días, la moda no ha hecho nada más que reinterpretar décadas del pasado y, precisamente, una de las últimas en ser "revisitadas" han sido los años ochenta. Y quizás el único cambio evidente haya sido el que produce la madurez, puesto que en estos años la moda española ha pasado de ser una descarada copia de lo que se hacía fuera de nuestras fronteras a una relativa emancipación. Se podría decir que ahora todos somos "menos inocentes", todos somos un poco más sofisticados.
DF: ¿Qué es lo que rescataría de entonces, de esta alocada década de los 80, para traerlo a nuestros días?
RV: Creo que ya se ha reivindicado lo más característico de aquella época, las hombreras, el vestido minifalda, la silueta muy ceñida, la influencia del oro, de la plata y del negro y, por supuesto, el imprescindible tacón. Todo ello me sigue pareciendo válido, quizás la única matización sería que la hombrera debe de ser un poco más "tranquila". Cualquier símbolo que insista en los excesos de aquella década feliz debe de ser matizado, no convendría olvidar que aunque la moda es un sueño, no puede ser ajena al ciclo económico en el que nos encontramos. A la gente le gusta soñar pero, a veces, se enfada cuando los provocamos con una incoherencia.
DF: Y si nos vamos aún más atrás, ¿qué rescataría del pasado, de cualquier momento de la historia de la moda, para traerlo hasta nuestros días?
RV: Me gustan mucho los años veinte y los sesenta por su evidente modernidad, me gustan los treinta y los cincuenta por su "cinematográfica sensualidad" y hasta me gustan los años cuarenta por su austeridad y su masculinidad. Yo creo que el siglo veinte es el gran siglo de la moda y, que por lo tanto, se constituyen en un riquísimo "fondo de armario" del que se pueden rescatar cientos de obras maestras. En estos momentos, creo sinceramente, que el trabajo de un diseñador no es tanto buscar desesperadamente lo "nuevo" -que quizás ya no existe-, como proponer las cosas más adecuadas para las necesidades de este momento. Si por lo que fuese las mujeres de nuestro tiempo quieren vestirse la temporada que viene emulando a uno de sus mitos, por ejemplo Jackie Kennedy, nuestro verdadero trabajo consiste en reinterpretar esa imagen y ponerla a su alcance.
DF: ¿En qué se ha inspirado para confeccionar sus diseños de la última temporada?
RV: Estoy trabajando en una idea que me parece muy enriquecedora, tanto para mí como para mis clientes más fieles, aquellos en los que, inconscientemente, pienso cuando diseño mis colecciones. Estoy reinterpretando el "estilo" Roberto Verino, dándole vueltas a esa imagen que los periodistas con memoria histórica y los clientes tienen de todos estos años de oficio. Si existe el estilo Roberto Verino -por supuesto yo creo que sí-, nadie mejor que yo para reinterpretarlo. Como hace Karl Lagerfeld con Chanel, Armani Jill Sander o Calvin Klein, prefiero trabajar en variaciones sobre mi obra que apuntarme, como si fuese una marca impersonal, a la última tendencia en boga. Como espero demostrar en mi próxima colección, te puede interesar mucho el color beige y no por eso dejar de ser Roberto Verino.
DF: Y si nos permite... ¿Nos puede ofrecer un adelanto de lo que nos enseñará el próximo febrero en Cibeles?
RV: En un ejercicio de responsabilidad con la austeridad que nos piden los tiempos, haré una colección pegada a la tierra, donde los colores de la naturaleza, de los verdes a los marrones, jugarán con el eterno negro. Habrá colores esenciales, pero la silueta y los acabados de los tejidos pondrán ese toque de sofisticación que necesita cualquier colección que aspire realmente a ser una colección de moda.
DF: Alta Costura Vs Prêt-à-Porter. ¿Qué opinión le merece cada uno? ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes que cree que tienen?
RV: Creo, sinceramente, que el mundo de la alta costura ha desaparecido. Las casas que lo practican lo hacen conscientes de que su público es una "escandalosa" minoría. Como es lógico, respeto que esas casas sigan haciendo alta costura porque es evidente que se lo plantean como un ejercicio de "investigación de lo imposible" cuando no de extraordinario espectáculo mediático, pero desde hace muchos años, máxime desde la aparición de Zara, el mundo de la moda está en otro lugar. Discutir esto me parece un ejercicio bizantino.
DF: Una pequeña reflexión... Muchos diseñadores lamentan que la Alta Costura ya no sea lo que era, aquellos desfiles en los que cada modelo tenía un número y las damas podían comprarlo. Alta Costura 'al alcance de todos'. ¿Qué opina sobre ésto?
RV: Como dijo genialmente Balenciaga a finales de los años sesenta, el tiempo de la alta costura había muerto porque habían muerto sus verdaderas clientas, aquellas que tenían todo el tiempo del mundo para asistir a las pruebas, todo el dinero del mundo para pagar sus precios y todo el armario del mundo para guardar sus "obras de arte". Hoy, ese mundo, lamentable o afortunadamente, ya no existe y sus nuevas clientas son actrices de cine a las que las casas les dejan los vestidos y casi les pagan porque los lleven. Hablar en serio de ese mundo me parece casi una provocación.
DF: Y siguiendo con la Alta Costura. Otros tantos consideran que se ha convertido en arte puro y duro, algo bonito para mirar, pero poco 'ponible'.
RV: La propia alta costura "autolegitima" su función contemporánea diciendo que es el "laboratorio de la moda", ese lugar donde la verdadera cultura del lujo hace posible cualquier tejido, cualquier forma y cualquier color, pero más allá del innegable espectáculo de sus desfiles, su realidad en nuestra sociedad es un poco fantasmogórica. Más allá de una actriz de cine o de una estrella del rock, ese mundo es difícilmente sostenible, de hecho, si no fuese porque esas mismas casas tienen colecciones de prêt-à-porter, perfumes, accesorios y otras muchas licencias, su mera existencia sería imposible.
¿Cuál ha sido la 'edad de oro' de la Alta Costura española? ¿Quiénes cree que fueron sus protagonistas?
RV: Sin duda ninguna, los años cuarenta, cincuenta y sesenta, y sus figuras, Balenciaga, Pedro Rodríguez, Pertegaz, Elio Berhanyer, Carmen Mir, Santaeulalia, El Dique Flotante, Herrera y Ollero, Vargas Ochagavía, Marvel, Lino y otros muchos. Se daban dos circunstancias paradigmáticas, no había nacido aún el prêt-à-porter y el país, o mejor dicho, las élites sociales del país, necesitaban vestirse de "lo español", sobre todo, porque hasta el plan de estabilización de 1959 éramos un país absolutamente aislado del resto del mundo, no solo por la autarquía, también porque las fronteras eran prácticamente insalvables.
Díganos un diseñador español al que admire y otro extranjero. ¿Qué destaca de cada uno de ellos?
RV: Además de Balenciaga, le tengo un aprecio muy especial a Elio Berhanyer. Creo que fue un diseñador español totalmente equivalente a sus contemporáneos internacionales, concretamente, a Courrèges. En cuanto a los internacionales, siempre he declarado mi sincera admiración por Armani, no solo como el estilista más influyente de los años ochenta, sino también por su cualidad de empresario ejemplar de moda.
DF: ¿Quién cree que ha sido la mejor modelo de estilo y elegancia de la historia? ¿Y quién podría ocupar su lugar a día de hoy?
RV: Es innegable que Audrey Hepburn encarna perfectamente ese mito, como también Grace Kelly o Jackie Kennedy. En nuestro tiempo, esa figura podría representarla Angelina Jolie, en el sentido de que una mujer que podría, perfectamente, perderse en las vanidades de su belleza o de su éxito, en vez de hacer tonterías del tipo diseñar su propia colección de moda y esas cosas que hacen otras, se dedica, sinceramente, a apoyar todas las causas humanitarias que pasan por su vida.
DF: Una pregunta inevitable, teniendo en cuenta el momento qué vivimos: ¿Cómo cree que ha afectado la crisis a la moda?
RV: La crisis ha afectado al mundo de la moda con una enorme intensidad, no solo porque haya enfriado las legítimas aspiraciones de los consumidores, sino porque ha instalado una pregunta que marcará seguramente un antes y un después: cuál es el sentido último del precio que debemos pagar por un lujo... ¡incluso las grandes casas han sido tocadas por esta reflexión!. Creo que saldremos de la crisis "coyuntural", pero también creo que el mundo no olvidará fácilmente esta lección. Sabemos que la gran "maquinaria china" se convertirá en un cliente extraordinario de todos los productos de moda occidentales, pero la fragilidad de depender de los países emergentes no se nos olvidará en muchos años.
DF: El pasado mes de diciembre lamentábamos la noticia de que el diseñador cordobés Elio Berhanyer cerraba su taller de la calle Fortuny. ¿Hay esperanza? ¿Cree que hubo tiempos peores en los que se salió adelante?
RV:En el caso Elio Berhanyer creo que influyen muchas circunstancias y que el cierre de su taller, no confundir con la desaparición de su marca, quizás sea más atribuible a problemas de gestión de su marca que a cualquier otro, tal vez sea verdad que si esos problemas no hubiesen coincidido con la actual crisis económica que atraviesa España, los acontecimientos no se habrían precipitado. Elio, más que un diseñador de moda, es una "institución" de la moda española. Todos deseamos que pueda seguir en activo mientras él lo desee.
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