Ideas para no tirar comida y, de paso, ahorrar dinero
Según un informe elaborado por la ONU, al año se desperdicia o se pierde una tercera parte de los alimentos producidos para el consumo humano en todo el mundo, lo que supone unas 1.300 toneladas de comida tiradas a la basura. Se trata de una cifra escalofriante si tenemos en cuenta no sólo el hambre en el tercer mundo, sino las penurias económicas por las que está pasando una gran parte de la población española afectada por la crisis.
Rebuscar en la basura
Cada vez es más frecuente ver a gente rebuscando en los cubos de basura, a la salida de un restaurante o de un supermercado. Muchas veces, lo que lleva a la gente a hacer esto es la simple necesidad producida por una escasez de recursos económicos. Y es que los contenedores de restaurantes y supermercados se convierten en una auténtica cesta de la compra gratuita por la cantidad de alimentos en perfecto estado de conservación que allí depositan.
Productos perfectamente aprovechables y consumibles terminan en los contendedores por una mala gestión, por estar próximos a la fecha de caducidad, por presentar defectos en el envasado o errores en el etiquetado, etc. Este despilfarro supone no sólo una ofensa hacia quienes no tienen nada, sino un daño ecológico importante.
Por eso se puede encontrar entre esas personas que rebuscan en los contenedores, a gente que lo hace no porque no tenga recursos económicos suficientes, sino como una forma de protesta. Se trata de un movimiento social en auge que denuncia el despilfarro en el que vivimos y se hacen llamar freegan.
Ideas para no tirar la comida
A nivel doméstico también desechamos demasiada comida, desconociendo que podemos hacer unas cuantas cosas para evitar este hábito tan poco ecológico y carente por completo de responsabilidad y sensibilidad social.
El primer paso para no tener que tirar la comida a la basura es planificar tanto los menús como la compra. Si tenemos en cuenta tanto el número de comensales como las cantidades a consumir por cada persona evitaremos comprar comida en exceso.
La organización es fundamental. Procura consumir antes los alimentos más perecederos y presta atención al refrigerar la comida en un envase adecuado o tapada correctamente. Si hay algo que no vas a poder comer en varios días es mejor congelarlo, pero recuerda que los alimentos congelados también caducan, así que anota la fecha de congelación.
A la hora de comprar la comida, elige productos de temporada y de calidad, no te dejes llevar por un aspecto impecable o por un envasado espectacular, porque puedes terminar llevándote más cantidad de la que necesitas.
Recuerda que la fecha de caducidad es orientativa y la mayoría de los productos suelen tener un margen más amplio para poder consumirlos sin peligro. No te apresures a tirar a la basura alimentos ya caducados.
También puedes aprovechar las sobras. El pan te puede durar varios días si lo haces tostado o también puedes añadirlo a cualquier sopa. Con cualquier verdura que te sobre puedes preparar un puré y a las ensaladas les va muy bien cualquier filete que tengas del día anterior. Un recurso al que siempre puedes acudir son las croquetas, que se pueden hacer de casi cualquier alimento que te sobre.
Sólo hace falta reflexionar un poco, de esta manera no cuesta tanto implicarse en un consumo más responsable, más sostenible y más justo.
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