Un huerto en casa, ecología y calidad en una maceta
Tener un huerto en casa es una de las opciones más de moda últimamente. La crisis por un lado, y por el otro, el deseo de comer alimentos ecológicos han empujado a que muchas familias den el paso de cultivar sus propia comida.
Para conseguirlo no es necesario ni siquiera un jardín. Con un poco de paciencia, cuidados y habilidad se pueden tener verduras, frutas o plantas aromáticas en la terraza con un mínimo esfuerzo. Si has decidido dar el paso, aquí tienes los consejos que ofrece 'Diario Ecología' para ayudarte a dar los primeros pasos:
Para hacer un buen huerto casero, primero hay que elegir el envase, con una profundidad de unos 15 a 20 centímetros y un buen drenaje. Lo mejor es construirlo uno mismo, con madera de palés; aunque realmente sirve cualquier jardinera alargada.
El 'terreno' se prepara con una cuna de pequeñas piedras al fondo, para dejar huecos y que las raíces obtengan oxígeno. Sobre esta, en vez de tierra, se puede llenar con sustrato y compost vegetal, mucho más fértil, que se puede adquirir en viveros.
La ubicación de la jardinera es clave, pues para que den frutos las plantas tendrán que tener un mínimo de cinco horas de luz, si son cultivos de invierno, y estar a pleno sol durante todo el día si son de verano.
Todas las plantas no son iguales, y las que crecen con más facilidad en terrazas urbanas son las lechugas, las acelgas y las espinacas, de otoño a primavera (también hay variedades de verano); y los pimientos, en los meses estivales.
Los tomates se plantan en primavera, pero son complicados y sufren mucho las plagas, aunque los de la variedad 'cherry' y los de perita se desarrollan mejor en este tipo de espacios reducidos. También se puede probar con calabacines, berenjenas, pepinos y judías. Los plantones se compran en casi todos los viveros.
Hay que informarse del ciclo de vida y el espacio necesario para cada producto, para lo que existen numerosas guías en papel y en Internet. Por ejemplo, las lechugas se pueden ir deshojando conforme crecen, de fuera hacia dentro, pero habrá que cortarlas de raíz pasados de 45 a 60 días, porque se 'suben', esto es, se desarrollan y ya no se pueden comer, porque saben amargas.
El riego deberá ser mucho más frecuente que si se cultiva en el campo. Si se hace a mano la frecuencia dependerá de la época del año, pero en verano habrá que hacerlo una vez al día. Es importante tener cuidado al verter el agua, para que no salpique, porque se perdería el sustrato y se dejarían las raíces expuestas.
Para evitar las plagas pueden usarse pesticidas, pero también es fácil consultar en Internet soluciones "caseras" que pueden acabar con la mayoría de los problemas que puedan surgir. Así que ya sabes, ponte manos a la obra y no tendrás que volver a pisar el supermercado.
Para conseguirlo no es necesario ni siquiera un jardín. Con un poco de paciencia, cuidados y habilidad se pueden tener verduras, frutas o plantas aromáticas en la terraza con un mínimo esfuerzo. Si has decidido dar el paso, aquí tienes los consejos que ofrece 'Diario Ecología' para ayudarte a dar los primeros pasos:
Para hacer un buen huerto casero, primero hay que elegir el envase, con una profundidad de unos 15 a 20 centímetros y un buen drenaje. Lo mejor es construirlo uno mismo, con madera de palés; aunque realmente sirve cualquier jardinera alargada.
El 'terreno' se prepara con una cuna de pequeñas piedras al fondo, para dejar huecos y que las raíces obtengan oxígeno. Sobre esta, en vez de tierra, se puede llenar con sustrato y compost vegetal, mucho más fértil, que se puede adquirir en viveros.
La ubicación de la jardinera es clave, pues para que den frutos las plantas tendrán que tener un mínimo de cinco horas de luz, si son cultivos de invierno, y estar a pleno sol durante todo el día si son de verano.
Cultivos y cuidados
Todas las plantas no son iguales, y las que crecen con más facilidad en terrazas urbanas son las lechugas, las acelgas y las espinacas, de otoño a primavera (también hay variedades de verano); y los pimientos, en los meses estivales.
Los tomates se plantan en primavera, pero son complicados y sufren mucho las plagas, aunque los de la variedad 'cherry' y los de perita se desarrollan mejor en este tipo de espacios reducidos. También se puede probar con calabacines, berenjenas, pepinos y judías. Los plantones se compran en casi todos los viveros.
Hay que informarse del ciclo de vida y el espacio necesario para cada producto, para lo que existen numerosas guías en papel y en Internet. Por ejemplo, las lechugas se pueden ir deshojando conforme crecen, de fuera hacia dentro, pero habrá que cortarlas de raíz pasados de 45 a 60 días, porque se 'suben', esto es, se desarrollan y ya no se pueden comer, porque saben amargas.
El riego deberá ser mucho más frecuente que si se cultiva en el campo. Si se hace a mano la frecuencia dependerá de la época del año, pero en verano habrá que hacerlo una vez al día. Es importante tener cuidado al verter el agua, para que no salpique, porque se perdería el sustrato y se dejarían las raíces expuestas.
Para evitar las plagas pueden usarse pesticidas, pero también es fácil consultar en Internet soluciones "caseras" que pueden acabar con la mayoría de los problemas que puedan surgir. Así que ya sabes, ponte manos a la obra y no tendrás que volver a pisar el supermercado.
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