Cómo hacer un arreglo floral de hojas secas
En Diario Femenino os queremos explicar cómo realizar un centro de mesa con flores secas. Lo primero que necesitarás son las flores secas. Te recomendamos que leas nuestros trucos sobre cómo secar las flores antes de ponerte manos a la obra con el arreglo floral.
Elígelo según tus gustos o necesidades de espacio. Cualquier jarrón de cristal, cesta de mimbre, cuenco de madera, salsera metálica o maceta de barro será apropiado para albergar las flores. Si las quieres mantener quietas, utiliza la espuma verde que venden en las floristerías o centros de jardinería, donde pincharás sobre ella los tallos. Si el recipiente es traslúcido y no quieres que se vea la espuma, coloca estratégicamente piedras decorativas entre el jarrón y la espuma, de tal forma que tape "el truco".
· Deberás proveerte de tijeras de podar, alambres, así como del recipiente con o sin espuma verde para arreglos.
· Decide qué tipo de arreglo floral vas a realizar: triangular, redondo, ovalado o en escalera, pues aunque son parecidos cada uno tiene sus pormenores.
· Emplea esquemas de colores sencillos: arreglos anaranjados, verdes, amarillos, blancos... o combínalos entre sí, pero no mezcles muchos colores para que el centro no se quede poco atractivo.
· Evita utilizar demasiadas flores dominantes, que se "coman" visualmente todo el espacio. Es mejor utilizar mayor material de relleno (líquenes, hojas verdes...) que son menos llamativos y deja las flores dominantes para el centro del arreglo, dándoles el protagonismo adecuado.
· Pon las flores más pequeñas en la zona alta del arreglo y las más grandes en las partes inferiores o laterales, según sea triangular, redondo o en escalera.
· La norma más habitual en un arreglo es la llamada "11/2" en el que el arreglo tenga esta proporción en relación con el recipiente o base del mismo.
· Comienza con las especies grandes, como los helechos, hojas amplias o las flores más sobresalientes, y ve rellenando los huecos con las medianas y por último las pequeñas.
· Mantén las proporciones: no pongas en un lado las flores más grandes y en el otro las pequeñas, intenta que exista una simetría en la composición.
· Utiliza el alambre para dar sostén a aquellas ramas finas que no se sostienen por sí mismas sin riesgo de quebrarse o torcerse, así conseguirás mantener el ramo en perfectas condiciones por más tiempo. En el mercado existen alambres forrados de color verde que se quedan casi invisibles en el ramo.
· El material de relleno, como las hojas, musgos y helechos, sitúalo principalmente en la base del arreglo, así le darás profundidad.
· Usa tu imaginación y recurre a otros recursos naturales: piñas, conchas, maderas, vainas, velas... que le den originalidad al arreglo floral.
El recipiente
Elígelo según tus gustos o necesidades de espacio. Cualquier jarrón de cristal, cesta de mimbre, cuenco de madera, salsera metálica o maceta de barro será apropiado para albergar las flores. Si las quieres mantener quietas, utiliza la espuma verde que venden en las floristerías o centros de jardinería, donde pincharás sobre ella los tallos. Si el recipiente es traslúcido y no quieres que se vea la espuma, coloca estratégicamente piedras decorativas entre el jarrón y la espuma, de tal forma que tape "el truco".
El arreglo floral
· Deberás proveerte de tijeras de podar, alambres, así como del recipiente con o sin espuma verde para arreglos.
· Decide qué tipo de arreglo floral vas a realizar: triangular, redondo, ovalado o en escalera, pues aunque son parecidos cada uno tiene sus pormenores.
· Emplea esquemas de colores sencillos: arreglos anaranjados, verdes, amarillos, blancos... o combínalos entre sí, pero no mezcles muchos colores para que el centro no se quede poco atractivo.
· Evita utilizar demasiadas flores dominantes, que se "coman" visualmente todo el espacio. Es mejor utilizar mayor material de relleno (líquenes, hojas verdes...) que son menos llamativos y deja las flores dominantes para el centro del arreglo, dándoles el protagonismo adecuado.
· Pon las flores más pequeñas en la zona alta del arreglo y las más grandes en las partes inferiores o laterales, según sea triangular, redondo o en escalera.
· La norma más habitual en un arreglo es la llamada "11/2" en el que el arreglo tenga esta proporción en relación con el recipiente o base del mismo.
· Comienza con las especies grandes, como los helechos, hojas amplias o las flores más sobresalientes, y ve rellenando los huecos con las medianas y por último las pequeñas.
· Mantén las proporciones: no pongas en un lado las flores más grandes y en el otro las pequeñas, intenta que exista una simetría en la composición.
· Utiliza el alambre para dar sostén a aquellas ramas finas que no se sostienen por sí mismas sin riesgo de quebrarse o torcerse, así conseguirás mantener el ramo en perfectas condiciones por más tiempo. En el mercado existen alambres forrados de color verde que se quedan casi invisibles en el ramo.
· El material de relleno, como las hojas, musgos y helechos, sitúalo principalmente en la base del arreglo, así le darás profundidad.
· Usa tu imaginación y recurre a otros recursos naturales: piñas, conchas, maderas, vainas, velas... que le den originalidad al arreglo floral.
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