El deporte es bueno para absolutamente todo, libera endorfinas y despeja tu mente de problemas, así que no lo dudes: ponte tu mejor modelito deportivo, coge la bici y recorre la ciudad.
Relájate y échate una cabezadita. Después de un sueño reparador las cosas se ven de otro modo, verás cómo los problemas se ven menos importantes y tu estado de ánimo cambia.
Chocolate, pizza, patatas fritas... Hoy es el día. Sáltate la dieta y date un capricho, la comida es una de esas cosas que más felices nos hacen. ¡Bye, bye preocupaciones!
¡Mueve tu 'body'! Nada de canciones melancólicas con las que llorar a moco tendido, sube el volumen del último hit del verano y libera el estrés y las preocupaciones.
No me refiero a que vayas al 'súper' y hagas la compra semanal, ¡no! Unos maxipendientes que jamás te pondrás, el pintalabios rojo de Chanel que siempre quisiste o los últimos botines de Zara... Date un capricho, te lo mereces.
Lo correcto sería decir que tomes una infusión para tranquilizarte, pero no: sal y tómate una copa. Brinda por todas esas cosas que han arruinado tu día y ¡se esfumarán!