Carta abierta a un hombre agresivo y violento
Misiva hacia un tipo de persona violenta
Si eres una persona violenta y quieres dejar de serlo intenta meditar acerca de los sentimientos que desatan esas reacciones. Recuerda que tus hijos, esposa o ancianos con los que convives, no son culpables de un pasado en el que quizás en lugar de victimario, fuiste víctima.
Recuerda también que la violencia es contagiosa y que es en las etapas tempranas de la vida cuando se desarrolla la capacidad de sentir compasión, valorar la vida o sentir dolor por el sufrimiento ajeno. De no aprenderla en ese momento, los niños tendrán grandes probabilidades de recurrir, ellos también, a la fuerza bruta para resolver los conflictos. Los pequeños maltratados de hoy son los verdugos y víctimas de mañana.
Muchos de los delincuentes adultos fueron abusados en su infancia y eso explica la incorporación de errados patrones de conducta que los conduce a interrelacionarse de manera equivocada con la sociedad en general y con las personas en particular.
Los antecedentes de una infancia infeliz, sobre todo cuando se trata de abuso sexual, son también la causa probable de dolencias psicológicas diversas como la depresión crónica, las personalidades múltiples y las fuertes tendencias al alcoholismo o la drogadicción, detonantes, sin dudas, del delito.
Si eres una persona que reacciona con violencia y has llegado al final de estas líneas probablemente puedas rebasar también las etapas que restan pero será importante buscar ayuda especializada entre los psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, psicoterapeutas, grupos de AA, o asociaciones de apoyo para enfrentar otros vicios como las drogas o el juego si los padeces. Los especialistas podrán brindarte las herramientas que necesitas y mientras tanto aquí te dejo algunas recomendaciones para evitar la violencia.
Recomendaciones a un hombre violento
- Evalúa la situación y esclarece si lo que sientes es dolor, disgusto o ira.
- Tal como reza el viejo proverbio chino: El necio desfoga toda su pasión, el sensato acaba por aplacarla. Es decir, no hagas nada hasta que no estés convencido que puedes controlar y resolver la situación sin ser violento.
- Reflexiona si realmente lo sucedido merece tu iracunda reacción.
- Pregúntate si no se trata de una acumulación de iras viejas.
- Cuando un asunto te ha molestado es preferible evaluarlo antes de "pasar" la ira a otra persona.
- Es preferible usar frases como "me siento ignorado", en lugar de "nunca me prestas atención"; o "siento que me estás culpando por algo que no hice", en lugar de "siempre me culpas a mí por lo que sale mal".
- No eres responsables de lo que otras personas hacen, pero sí de la forma en que reaccionas ante lo que te hicieron, reflexiona entonces antes de actuar.
- Selecciona la pareja adecuada para no hacer de la vida en familia una guerra larga y cruel.
- No acumules ofensas, por pequeñas que puedan parecer, si ellas te conducen luego a una explosión emocional.
- No ventiles en público lo que no resolviste en privado. Un problema quedará siempre mejor zanjado si participan en su solución las personas directamente implicadas.
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