Cómo afectan las discusiones de pareja a los niños

El ambiente familiar en el que crecen los niños es fundamental para forjar su carácter. Los niños necesitan crecer en un entorno positivo y relajado, en el que se sientan seguros y queridos.

Pero en toda familia se crean múltiples focos de conflicto que suelen desembocar en discusiones y peleas. ¿Qué podemos hacer para evitar que estas discusiones dañen a nuestros hijos?

Lo fundamental es aprender a poner sobre la mesa los problemas y solucionarlos dialogando, sin discutir. Si crees que la situación se puede tornar en una discusión desagradable, evita que estén los niños delante o soluciona el problema en otro momento.

Consejos para calmar a los niños tras una discusión

Pero, ¿qué ocurre cuando no podemos evitar discutir acaloradamente delante de los niños? Los más pequeños, los menores de 5 años, son los más perjudicados, al contrario de lo que pueda pensarse. No es que por ser pequeños no se dan cuenta, sino que notan perfectamente que algo va mal y al no entender por qué o cuáles pueden ser sus consecuencias, se frustran.

Es muy importante que tras una pelea en la que hayan estado presentes los pequeños, acudamos inmediatamente después a hablar con ellos para tranquilizarlos. Los niños deben saber que sus padres se quieren a pesar de que hayan gritado, que ellos no son los culpables de esa discusión y que sus padres les querrán siempre aunque discutan. También es fundamental recalcarles que esa discusión no va a cambiar en absoluto sus vidas, que deben seguir estando confiados, tranquilos y seguros.

Cuando los hijos son mayores, se corre además otro riesgo. Y es que el comportamiento de su padres es el que les sirve de ejemplo en la vida. Un preadolescente que crece en un ambiente de gritos e insultos, actuará muy probablemente del mismo modo fuera de casa y, en su futuro hogar cuando forme una familia.

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