Tratamiento de la diabetes en el embarazo
Nadie mejor que tu diabetólogo para definir las pautas del tratamiento específico de la diabetes, que estará enfocado en el establecimiento de una alimentación adecuada y en la puesta en práctica de un programa de terapia intensiva de insulina. Dado que a lo largo del embarazo las necesidades de insulina varían, es fundamental la participación responsable y activa de la embarazada diabética en el ajuste de la dosis de insulina. Muy importante y complementar es la práctica de un ejercicio físico, adaptado a las condiciones específicas de cada una de las embarazadas tomando en cuenta peso, edad y salud materna.
Cuidados especiales con la insulina en el embarazo
Durante el embarazo no deben emplearse comprimidos antidiabéticos como terapéutica de la diabetes.
El tratamiento medicamentoso consistirá en el empleo por vía subcutánea de insulinas de acción rápida (duración 6 horas) o intermedia (duración 12-16 horas), solas o mezcladas, en pautas de tres a cuatro pinchazos diarios (dosis múltiples de insulina o DMI).
De manera alternativa, en algunos casos aislados, se ha acudido al uso de las denominadas bombas de infusión continua subcutánea de insulina, que junto con la administración continua programada de una dosis basal diaria (50% de la dosis total), suministran dosis insulínicas preprandiales, según las necesidades de la gestante. Este sistema de administración de insulina, no obstante, no es superior al empleo de dosis múltiples de insulina (DMI).
La dosis total diaria de insulina, a administrar durante el embarazo, puede disminuir a veces en el primer trimestre y suele generalmente aumentar a partir de la mitad del mismo.
El ajuste diario de las dosis de insulina se hará en función del análisis domiciliario de la glucosa por la propia embarazada diabética, mediante el uso de tiras reactivas y lectura de resultados con el correspondiente reflectómetro (autocontrol glucémico).
Alimentación de la mujer diabética en el embarazo
Las necesidades son idénticas a las de cualquier mujer gestante, que habrá que adaptar a las peculiaridades propias del tratamiento insulínico.
Aunque no están contraindicados, se recomienda no abusar de la ingesta de edulcorantes artificiales (sacarina, aspartamo, acesulfamo K). Deberá considerarse un discreto aumento del contenido en proteínas de la dieta. El reparto de calorías comprenderá un 50% de hidratos de carbono, un 30% de grasas y un 20% de proteínas.
El aporte calórico se amentará en 300 calorías a partir del segundo trimestre. Se tendrá también en cuenta el proporcionar con la dieta una adecuada cantidad de vitaminas y minerales. A veces resulta necesaria la toma de comprimidos de hierro o ácido fólico. La regularidad en los horarios y el control de las ingestas, es sin duda una norma que ayuda a conseguir los objetivos de control glucémico.
De manera general, el número de comidas diarias recomendable es el de tres principales (desayuno/comida/cena) y tres suplementarias (media mañana/merienda/poscena), no debiendo transcurrir más de 3-4 horas entre ingestas diurnas, y más de 8-9 horas durante la noche, ya que el ayuno prolongado afecta negativamente al control de la diabetes. Es preciso recordar la no conveniencia de seguir dietas muy restrictivas en gestantes con obesidad importante, pues favorecen la aparición de cuerpos cetónicos que pueden resultar perjudiciales para el desarrollo psicomotor ulterior del niño.
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