Embarazada y asmática

Napoleón Fernandez

El asma es una afección pulmonar que puede amenazar la calidad de vida de nuestro día a día, y mucho más si estás embarazada. Si el asma afecta a una mujer en pleno embarazo, puede hacerle vivir una etapa compleja desde el punto de vista metabólico, y por ello necesitará una atención especial para evitar complicaciones para el bienestar y la salud de la mujer y su bebé.

Un estudio publicado en New England Journal of Medicine asegura que no tratar la asma adecuadamente en la gestación puede originar complicaciones como hipertensión arterial, partos prematuros o niños con bajo peso. El problema es que el estudio recomienda también que la embarazada asmática evite los medicamentos por vía oral en esos meses, a menos que sean imprescindibles.

La embarazada asmática

Investigaciones recientes demostraron que hay evidencias científicas de que las oscilaciones hormonales en la mujer podrían influir directamente en la inflamación de las vías respiratorias y eso explica una de las razones de por qué el asma en algunas mujeres evoluciona en paralelo con su desarrollo hormonal. U ejemplo interesante, 57% de las mujeres asmáticas sufre más del asma en el período premenstrual.

El tratamiento del asma de la embarazada resulta esencial porque una crisis asmática supone la disminución del aporte de oxígeno al feto, peligro mucho mayor que la administración de esteroides o broncodilatadores adecuados. Se conoce que las asmáticas bajo tratamiento disfrutan de embarazos más saludables y que de esta forma aumenta la probabilidad de tener hijos sanos.

Los catedráticos recomiendan a las mujeres asmáticas que pretenden quedar embarazadas evalúen la situación de conjunto con su ginecólogo y proyecten un plan terapéutico preventivo. En este caso podrían emplearse la inmunoterapia que normalmente no tiene efectos adversos siempre que se inicien antes de la concepción.

Cuidados de la embarazada con asma

1- Cumplir rigurosamente el plan terapéutico preventivo indicado por el médico, y aprobado por el ginecólogo de manera que la inflamación crónica de las vías aéreas quede bajo control.
2- Mantenerse lejos de los factores que desencadenan las reacciones alérgicas o asmáticas, así como consultar siempre con un profesional antes de tomar medicamentos.
3- Practicar ejercicios físicos con moderación siempre que estos no sean inductores del asma. Esa rutina física también debe ser controlada por un profesional.
4- Vacunarse contra el virus de la gripe si el segundo o tercer trimestre de embarazo cae en otoño o invierno.

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