Separarse en tiempos de crisis y alternativas al divorcio
Estos años de crisis también han afectado a los divorcios. En contra de la tendencia nacional, las cifras de divorcios en España han disminuido drásticamente. Esto no significa que haya menos parejas que quieran separarse, sino que ya no se puede asumir el gasto que las rupturas matrimoniales suponen. En tiempos de crisis es difícil pagar abogados y asumir la duplicidad de los gastos (mantener dos viviendas, pensión alimentícia, etc.).
Tendencias ante las crisis
Los abogados afirman que se registran más casos de divorcios de mutuo acuerdo en los que ambas partes negocian para no llegar a pleitos interminables y extremadamente caros. También se incrementan las reclamaciones de pensiones. Asimismo, ante el miedo a los gastos de un posible divorcio, las parejas jóvenes optan por no casarse y valoran la posibilidad de establecerse como pareja de hecho.
Alternativas al divorcio
Varias son las organizaciones que opinan que la ley de divorcios exprés ha minado las bases de la familia en España. Divorciarse ya no es solo cosa de mujeres de una cierta clase social y con estudios. Ahora las mujeres con menos recursos también han accedido al divorcio y las cifras de divorcios entre parejas de estrato social más bajo se han equiparado a la de los estratos más altos.
También hay quien opina que el divorcio se ha convertido en una via fácil para solucionar una situación sentimental complicada. Sin embargo, con la crisis esta vía se ha reducido y ahora las parejas deben apostar más por la convivencia. Cuando surgen los primeros síntomas de problemas matrimoniales, los cónyuges, antes de considerar el divorcio, deben considerar la mediación y la orientación de psicólogos expertos en relaciones de parejas.
Hay casos en que las relaciones se han deteriorado gravemente, pero ninguno de los dos puede hacer frente a los severos gastos que supone un divorcio. Muchos acuerdos antes de la crisis pasaban por vender la casa y repartir los beneficios, pero en la situación actual las casas no se venden, por lo que los cónyugues deben buscar otra alternativa. La solución pasa por acordar nuevas reglas de convivencia hasta que la situación económica mejore. Estas parejas encuentran formas de convivir de forma diferente en la casa, pero su relación matrimonial ya está sentimentalmente rota.
Divorcio consensual
La situación de seguir compartiendo tu vida con una persona que ya no amas o con la que incluso tienes una mala relación puede ser agotadora psicológicamente, sobretodo para los hijos del matrimonio. Es por ello que se recomienda no aguantar una situación insostenible aunque haya crisis económica. Después de intentar la mediación o incluso visitar al psicólogo, si la relación está definitivamente rota, es mejor decidirse por la separación o el divorcio.
Para ahorrarnos dolores de cabeza y dinero es mucho mejor que los divorcios sean consensuados. Esto ayuda a que se simplifique la tramitación judicial, solo se necesite un abogado y un procurador y, por lo tanto, se ahorre dinero. Por otro lado, los divorcios contenciosos además de un coste económico suponen un coste psicológico, pues favorecen la incomunicación entre la ex pareja, aumenta el distanciamiento y acaban por afectar a los hijos.
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