La comida basura y sus riesgos para la salud

La comida basura es baja en nutrientes y alta en calorías y grasas. Los productos con los que está hecha no suelen ser frescos y consisten básicamente en grasa saturadas, carnes y azúcares. Además, para potenciar su aspecto y sabor y mejorar su conservación, la industria alimenticia introduce en estos alimentos conservantes, colorantes y otros productos químicos. Su proceso de producción suele ser rápido, satisfaciendo así las necesidades de inmediatez de la sociedad contemporánea. Sin embargo, su consumo junto con un estilo de vida sedentario puede provocar complicaciones en la salud.

Trucos para hacer la comida basura más apetecible

Las cocinas especializadas en comida basura tienen la clave para hacer esta comida más apetecible e incluso adictiva. Los alimentos suelen ser rebozados, por lo que su aspecto tostado y crujiente se hace muy apetecible a la vista, sobretodo para los niños. Asimismo, estos productos suelen ser cocinados con mucha sal y condimentos, y para conseguir un aspecto apetecible se les añade antiapelmazantes, colorantes, conservantes y estabilizantes. Todo ello ayuda a que el sentido del gusto sea alterado y el consumidor se habitúe a comer este tipo de producto.

Además, algunas investigaciones han descubierto que las comidas grasas y azucaradas pueden crear adicción, debido a que se producen en el cerebro cambios bioquímicos similares a los que provocan algunas drogas como por ejemplo el tabaco y la cocaína. Muchas personas, cuando se enganchan a la comida basura, son incapaces de mantener una dieta equilibrada y su salud se ve gravemente perjudicada.

Efectos de la comida basura

Además de que la digestión de este tipo de comida es difícil debido a la gran cantidad de grasa y azúcares, la comida rápida o procesada también puede conllevar problemas de salud graves tales como la obesidad. Solo consumiendo un menú de comida rápida ya ingerimos más de las calorías necesarias en un día. Esto provoca que nuestro organismo engorde de forma desmesurada. Además, las grasas que contiene este tipo de comida pueden provocar un aumento del colesterol, dañando así las arterias y aumentando incluso el riesgo de infarto o angina de pecho. Asimismo, las altas cantidades de sal con los que se cocina pueden aumentar la tensión

Depresión y Alzheimer

Pero parece ser que la comida rápida no solo afecta a la salud física del que la consume, sino también a su salud mental. Científicos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de la Universidad de Navarra constataron que los consumidores de hamburguesas, pizzas, donuts, etc. sufren un alto riesgo de desarrollar depresión. Este incremento del riesgo se sitúa en torno al 40%. Por el contrario, una dieta saludable, como la mediterránea, se ha relacionado con un menor riesgo de depresión. Una posible explicación para esta relación entre comida basura y depresión es la alta presencia de grasas tipo trans en este tipo de alimentos, que se han asociado con un mayor riesgo de enfermedad mental.

Por otro lado, según otro estudio, la enfermedad de Alzheimer se presenta en el cerebro en forma de depósitos ricos en proteínas. A lo largo de los últimos años, varios estudios han continuado este primer estudio y han reforzado estas conclusiones hasta afirmar una relación entre la dieta alimenticia con la demencia. Así pues, los investigadores están analizando hasta qué punto la comida basura podría ayudar al desarrollo de esta enfermedad.

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