Siete mitos acerca del café
El café es una de las bebidas estimulantes más inocuas siempre y cuando su consumo no exceda la dosis recomendada de dos a tres tazas al día, pero alrededor de este "brebaje" poderoso existen numerosos mitos que intentaremos dilucidar en las siguientes líneas.
El café facilita la digestión
Es común en muchos países terminar el almuerzo o cena con una taza de café y esto responde efectivamente a que la cafeína contenida en la aromática bebida estimula la secreción de saliva y de los jugos gástricos y favorece la digestión.
Pero más allá de esa virtud, el Journal of the American Medical Association publicó que el consumo de café reduce considerablemente la aparición de cálculos biliares y según los investigadores de la Universidad de Harvard, los adultos que beben dos a tres tazas de café tienen un 40 por ciento menos de posibilidades de padecer esa dolencia pues al parecer la cafeína puede prevenir la cristalización del colesterol, principal componente de los cálculos biliares.
El café interfiere en la actividad de algunos medicamentos
Ciertamente algunos medicamentos como los anticonceptivos y los fármacos para el corazón o las úlceras, reducen la capacidad del organismo para eliminar la cafeína por los riñones, esto puede provocar insomnio, irritabilidad y palpitaciones. Además, la cafeína reduce el efecto sedante de algunos tranquilizantes y, si se toma con algunos antidepresivos, puede causar una crisis de hipertensión arterial grave y alteraciones del ritmo cardíaco.
Los niños no deben tomar café
En este punto existe discordia pues aunque la doctora Judith Rapaport, jefa de psiquiatría infantil del Instituto Nacional de Salud Mental (National Institute of Mental Health) de Estados Unidos, asegura que es "escéptica respecto a cualquier afirmación en el sentido que la cafeína cause hiperactividad en los niños, con base en nuestra propia investigación y el peso de la evidencia científica"; otros especialistas reportan un nivel de respuesta mayor en el consumo de la cafeína en los niños que en los adultos. De cualquier modo, la propia Rapaport recomienda a los padres que apliquen el sentido común al ofrecer a sus hijos porciones normales de alimentos y bebidas con cafeína, incluyendo bebidas gasificadas y té.
Las embarazadas no deben tomar café
El consumo moderado de café no provoca efectos adversos en la salud de la mujer embarazada, ni tampoco afecta la fertilidad de las féminas en general. Para avalarlo el doctor James Mills, jefe de la sección de epidemiología pediátrica del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (National Institute of Child Health and Human Development) de Estados Unidos, sostiene que "tenemos una gran base de datos sobre la cafeína en el embarazo proveniente de diferentes estudios. En general, la información refuerza la inocuidad del consumo moderado de esta sustancia durante el embarazo".
La cafeína ocasiona trastornos mamarios
No existe una relación avalada científicamente que permita asegurar la relación entre la ingesta de cafeína y la enfermedad fibroquística de la mama patología benigna que se presenta como abultamientos según los estudios de la doctora Laurie Green, tocoginecóloga del Centro Médico del Pacífico de California. Este criterio es avalado también por el Consejo de Asuntos Científicos de la Asociación Médica Norteamericana (American Medical Association's Council on Scientific Affairs) y por el Instituto Nacional del Cáncer (National Cancer Institute).
El café crea adicción
Si bien es cierto que la cafeína puede establecer una relación de dependencia hacia ella, este mal nunca sería tan peligroso como los ocasionados por otras drogas sumamente adictivas como la cocaína y la heroína, que sí provocan efectos graves en la salud, y en comportamiento social y psicológico. En el sentido estrictamente médico, la adicción a la cafeína implicaría consumirla de una manera abusiva, pero una vez que la persona alcanza su nivel diario normal, por lo general se siente satisfecho y no desea consumir más. Además casi ningún paciente refiere grandes trastornos cuando reduce el consumo de café en el transcurso de varios días en vez de hacerlo de un tirón, según opina el doctor Charles O`Brien, jefe de psiquiatría del Centro Médico de Administración de Veteranos y profesor de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pennsylvania.
El café sube la presión y altera el corazón
Una ingesta moderada de café produce un aumento circunstancial y breve de la tensión arterial pero eso no se traduce, para nada, en un incremento del riesgo de infarto ni de otras enfermedades coronarias. En cambio, el asunto podría tornarse serio cuando la cafeína se mezcla con el estrés, pues según un estudio publicado en la revista American Journal of Hipertensión, esta combinación puede resultar riesgosa para aquellos que padecen de hipertensión. Como toda sustancia estimulante, de la que no se puede abusar, provoca en el organismo un estado de hiperactividad en todos los niveles, entre ellos el cardiovascular, por la secreción de catecolamina.
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