¿Te gusta el jamón? Inclúyelo en tu dieta para adelgazar. ¡Va en serio!
Descubre todos los beneficios del jamón serrano
- El jamón serrano y la grasa
- ¿El jamón serrano engorda? Desmontamos este y otros mitos
- Beneficios del jamón
El jamón serrano es el alimento más característico de la gastronomía española. Aunque tiene sus detractores, la mayoría de la gente cae rendida ante el sabor de lo que muchos consideran un manjar, y cada vez son más los países que incluyen al jamón serrano como uno de los productos básicos a importar desde nuestro país. Pero aunque el jamón es uno de esos alimentos que gusta a casi todo el mundo, son muchas las mujeres que se privan de este placer por considerarlo uno de los principales enemigos de su dieta.
El jamón serrano y la grasa
Bien sea porque el animal del que proviene el jamón, esto es, el cerdo, está estrechamente relacionado con el exceso de grasa y los kilos de más, bien porque esa parte blanquecina nos parece un pecado grasiento, el jamón serrano se ha convertido en un alimento prohibido para cualquiera que esté intentando adelgazar. De hecho, casi ninguna de las dietas de adelgazamiento que conocemos permite comer jamón.
Sin embargo, que el jamón engorda es uno de tantos mitos que circulan sobre ciertos alimentos. Claro que el jamón engorda, cualquier cosa que comamos engorda, pero el jamón no tiene tanta cantidad de grasa como pensamos. Un dato a tener en cuenta es que 100 gramos de jamón serrano contienen 160 calorías. Pero no es sólo que el jamón no engorde tanto como mucha gente cree, sino que, dado su elevado aporte nutricional, se convierte en un aliado de las dietas de adelgazamiento, que muchas veces no consiguen aportarnos toda la cantidad de vitaminas y minerales que necesitamos.
Esto cambia bastante la imagen que teníamos del jamón como un alimento prohibido en las dietas y además podemos afirmar que el jamón es indispensable en cualquier dieta equilibrada, especialmente si queremos conseguir todos los beneficios saludables de la dieta mediterránea.
¿El jamón serrano engorda? Desmontamos este y otros mitos
Ya ha quedado claro que el jamón serrano no engorda tanto como se suele creer. Sin embargo, este no es el único mito que circula en torno a este delicioso producto. ¿Quieres saber lo que es verdad y lo que es mentira? ¡Atenta!
1 El jamón se conserva mejor si lo cubrimos con su propia grasa
¡Error! Si tapamos la pata del jamón con su propia grasa estaremos evitando que se oxigene correctamente. Y esto no es lo único. La grasa es un componente potente que impregna olor sobre todo lo que toca. ¿Esto que quiere decir? Que si cubrimos el jamón con ella modificaremos notablemente su sabor. ¿Ya te ha quedado claro que no es una buena idea? Lo mejor para taparlo es utilizar un paño de cocina que no suelte pelusa. El principal objetivo es que no le de la luz y tenga una exposición menor al aire.
2 Debes dejar que se atempere en un plato antes de empezar a comértelo
¡Error! El jamón como mejor está es recién cortadito. Y si se puede comer directamente del corte, mejor aún. Al dejarlo en un plato lo único que conseguimos es que pierda aceite que es justamente lo que le confiere ese delicioso sabor.
3 Los puntos blancos del jamón son sal
¡Mentira! Seguro que más de una vez has visto esos pequeños gránulos blancos en el jamón. Pues al contrario de lo que se suele pensar no se trata de sal, sino de cristales de tirosina. ¿Qué es esto? Pues nada más y nada menos que un aminoácido que se encarga de formar las proteínas. No es malo ni perjudicial, al contrario, significa que el jamón ha tenido una óptima curación y maduración. Sorprendente, ¿a que sí?
4 El jamón serrano produce colesterol
¡Un mito tan grande como una casa! El jamón serrano es rico en grasas de buena calidad (contiene un 60% de ácidos grasos insaturados, oléico principalmente). Esto quiere decir que el jamón, al contrario de subir el colesterol, ayuda a regularlo elevando el colesterol bueno (HDL) y bajando el malo (LDL). Además de todo eso, ¡también ayuda a proteger el corazón!
5 El jamón de bellota procede de cerdos que solamente se alimentan a base de bellota
¡Falso! Los jamones de bellota proceden de animales que pasan la última etapa de sus vidas en libertad. En ese momento se alimentan a base de frutos, raíces, hierbas y bellotas. Pero hasta el momento que les trasladan a la dehesa, viven a base de pienso.
Beneficios del jamón
Tal vez la única objeción que podemos ponerle al jamón serrano es su aporte de sal, que puede presentar problemas para las personas que sufren de hipertensión. En estos casos, es mejor seguir las recomendaciones del médico. Pero en el resto de los casos, lo único que encontramos en el jamón son beneficios nutricionales.
El jamón proporciona a nuestro organismo proteínas, vitaminas, especialmente del grupo B y minerales como el zinc, calcio, fósforo, magnesio y hierro, por lo que su consumo se recomienda en los casos de anemia y de osteoporosis (el consumo de jamón es bueno para proteger la pérdida de masa ósea). Y todos estos nutrientes permanecen a la sombra cuando lo que más oímos del jamón serrano es alabanzas a su sabor pero rechazo a su aporte calórico.
Defendemos así el consumo de jamón serrano sin miedo a engordar. Si te estás cuidando con la comida para quitar esos kilos de más, yo no tienes que temer al jamón, al contrario, puedes añadirlo a tus ensaladas y así no sentirás que te estás privando de algo, que al fin y al cabo es lo que hace fracasar muchas dietas.
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