Falsos mitos: la vitamina C evita los constipados

Otro de los grandes remedios de nuestras madres y abuelas suele ser recurrir a la bienintencionada recomendación de que, sobre todo en temporada invernal, tomemos muchos alimentos ricos en vitamina C. Existe una importante tendencia a pensar que, de este modo, podemos evitar constipados y otro tipo de infecciones del sistema respiratorio. ¿Estas suposiciones poseen una base científica o nos encontramos ante otro falso mito?

La vitamina C y los resfriados

Análisis recientes han demostrado que, para la mayoría de la gente, la ingesta diaria de vitamina C posee efectos tan nimios que, en realidad, no merece la pena el desembolso y el esfuerzo que ésta requiere. Concretamente, investigadores científicos de la Universidad Nacional Australiana y de la Universidad de Helsinki realizaron en 2007 más de 30 estudios, en los que participaron un total de 11.350 personas, en los que se estableció esta levedad en los beneficios reales de esta vitamina sobre los resfriados y las gripes.

Los estudios mentados estimaron que la toma de este compuesto, en los supuestos más optimistas, lograrían disminuir la duración de los constipados alrededor de un máximo de 11 o 12 días al año. En el caso de los menores de 12 años, estas cifras se elevarían a hasta un máximo de 28 días.

El mito procede de la década de los 70, en la que varios científicos plantearon la teoría de que el consumo de 1000 miligramos diarios de vitamina C ayudaba a protegerse de este tipo de infecciones en las vías respiratorias. Sin embargo, nunca ha habido datos suficientes que contrastaran esta hipótesis y, además, ha generado mucha controversia y escaso consenso. Dependiendo del médico o experto en nutrición, la cantidad recomendada a ingerir puede oscilar entre 60 miligramos y 200 miligramos.

Otros beneficios de la vitamina C

Aunque realmente se haya sobreestimado el valor de la vitamina C a modo de componente paliativo de enfermedades respiratorias, no debemos olvidar que se trata de una sustancia que aporta una gran cantidad de beneficios a nuestro organismo.

Junto a la mentada reducción de la intensidad y duración de infecciones varias del sistema respiratorio, la vitamina C facilita la cicatrización de los tejidos, es un potente antioxidante que previene el envejecimiento prematuro, revierte y elimina cierto grado de daño solar y reduce las inflamaciones.

Por otra parte, esta vitamina previene la aparición de cataratas y mejora la visión. También ayuda a los enfermos de determinadas variantes de diabetes a reducir sus consecuencias negativas en nuestro organismo. Resulta, además, adecuada para regular la producción hormonal de la tiroides y favorece el mantenimiento del sistema inmunológico en buen estado.

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