Cómo guardar los alimentos en casa
Para tener una dieta sana es fundamental, antes de todo, tener normas de higiene y almacenamiento adecuadas de los alimentos. Proteja la salud de tu familia manteniendo limpio todo lo que pueda entrar en contacto con los alimentos.
Lávate bien las manos antes y después de tener contacto con los alimentos. Utilizando jabón, frótese las manos activamente durante 20 segundos bajo el chorro de agua tibia.
Utilice agua caliente enjabonada durante la preparación de las comidas, para limpiar los platos, cubiertos, utensilios de cocina, cuchillos, tablas para cortar y mesón. Debido a que las esponjas y los trapos de la cocina pueden alojar bacterias, se recomienda utilizar toallas de papel desechables y limpiadores, para limpiar y secar las diferentes superficies de la cocina.
Cómo guardar los alimentos en la nevera
- Mantenga las carnes crudas y sus sustancias separadas del resto de los alimentos.
- Utiliza un termómetro en su refrigerador para asegurarte que la temperatura del congelador esté en -18° grados C o menos, y que la zona de refrigeración se encuentre entre los 2° C y los 5° C.
- Nunca dejes alimentos perecederos fuera del refrigerador por más de dos horas.
- Refrigera o congela los restos sobrantes de la comida asegurándote de que se encuentren bien tapados, y trata de consumirlos dentro de los siguientes 2 ó 3 días.
- Consuma el pescado fresco, el pollo y la carne molida dentro de los dos primeros días de haberlos comprado.
- Consuma otras carnes de corte grande y que no han sido cortadas, dentro de los tres días siguientes a haberlos comprado. Si no las va a cocinar durante este tiempo se deben congelar.
- Revisa las fechas de caducidad antes de consumir cualquier alimento.
Guardar los alimentos en la despensa
Tenga cuidado porque algunas zonas de la despensa son más frescas que otras y esto influye en el tiempo de conservación y la apariencia de algunos productos. Así pues, los artículos de primera necesidad y de uso más frecuente se colocarán más cerca y a la vista, preferiblemente ordenados por grupos.
- Envases cerrados de leche: se conservan perfectamente en la despensa, al resguardo de la luz, al igual que la nata, leche concentrada, en polvo y condensada.
- Aceites: se han de guardar en un lugar oscuro, en su propio recipiente o en otro que cierre bien para evitar que se oxide la grasa y se enrancie.
- Pan: se conserva bien uno o dos días en una panera o en una bolsa de tela. Se puede meter en la nevera dentro de una bolsa de plástico; no se enmohece, pero se endurece más deprisa, y se puede congelar. En cuanto a los productos de bollería, es aconsejable mantenerlos en lugar fresco y refrigerar los que contengan nata o crema.
- Alimentos deshidratados y productos secos como arroz, pasta y frutos secos: se guardan a temperatura ambiente en sitios frescos y completamente secos, ya que si hay humedad se enmohecen. Una vez abierto su envase, estos alimentos se conservan mejor en recipientes herméticos.
- Patatas y otros tubérculos: se han de guardar en un lugar bien ventilado y oscuro. Pueden conservarse más tiempo cubiertas de arena o de tierra.
Siempre que el envase esté cerrado, se conservan perfectamente en la despensa, sin necesidad de ocupar un espacio en la nevera: yogures esterilizados que no necesitan frío; encurtidos (cebolletas, pepinillos...); conservas de pescado, de carne o de vegetales; salsas comerciales; tarros de mermelada; algunas verduras; huevos... No obstante, todos ellos, una vez abiertos, hay que tratarlos como alimentos perecederos y conservarlos refrigerados.
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