Ahorra comiendo sano: una alimentación barata y saludable es posible
La situación de crisis económica que estamos atravesando dibuja un panorama complicado con muchos miembros de la familia en paro, con hijos que vuelven a casa de sus padres, en definitiva con más bocas que nunca para alimentar pero con menos dinero. Y aunque intentamos ahorrar en todos los ámbitos, no queremos renunciar a una buena alimentación.
Comer sano y barato
Sin embargo, conviene revisar lo que hasta ahora habíamos considerado una buena alimentación porque para comer bien no hace falta gastarse mucho dinero. Te damos algunos trucos para que compruebes que puedes ahorrarte un buen dinero si te decides por una alimentación de verdad sana.
Una dieta equilibrada no se compone precisamente de alimentos gourmet. Si aumentas la cantidad semanal de verduras, frutas y legumbres, tú y tu familia comeréis más sano. Y si las compras de temporada, conseguirás reducir el gasto en alimentación.
La carne es un alimento imprescindible para muchas personas, pero no es necesario comer cada día una chuleta de ternera. Reduce su consumo y opta por carnes más económicas como el pollo, que son igual de saludables y tienen la ventaja de contener menos grasa.
Otra por comprar pescado congelado. Es mucho más barato que el pescado fresco y aunque sigue abierto el debate sobre si el pescado congelado aporta los mismos beneficios a tu alimentación que el fresco, no es una mala opción para añadir a tu dieta.
Los productos de marca blanca son tu aliado perfecto en tiempos de crisis, porque son mucho más baratos y en realidad contienen los mismos nutrientes que sus homólogos de marcas conocidas.
Trucos económicos para comer bien
El momento de la compra es decisivo para un buen ahorro. Nunca vayas al supermercado con el estómago vacío, porque creerás que te hacen falta más productos de los que realmente necesitas. Haz una lista de lo que necesitas y cíñete a la lista. Conoce antes de salir los productos de temporada y planifica la comida semanal.
Invierte en un buen desayuno para afrontar toda la jornada con la energía suficiente. En un buen desayuno no pueden faltar los cereales, los lácteos y las frutas. No te dejes tentar por el croissant del bar, porque si desayunas cada día en casa notarás la diferencia en precio y en salud.
Si tienes que comer en el trabajo es hora de llevarte tu propia comida de casa. No sólo te ahorrarás el dinero del menú diario, sino que podrás controlar mejor lo que comes. Haz lo mismo a media mañana, llévate de casa alguna fruta para aguantar la mañana y olvídate de las tapas de la cafetería.
Una opción crucial en el ahorro en tu alimentación es la comida preparada. Renuncia a ella, porque sólo aporta comodidad, en cambio suelen ser alimentos más caros y nada saludables. De cualquier forma, si los evitas, sales ganando.
Para comer sano y barato se impone la creatividad en los fogones. Hazte con una gran cantidad de recetas de cocina que te aporten ideas de las posibles comidas que están de temporada para no poner en el plano siempre lo mismo. Verás cómo rápidamente tu gasto en alimentación se habrá reducido y comerás mucho más sano.
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